'Bolonia' aprueba su primer curso
Alumnos y profesores de la Carlos III se muestran moderadamente satisfechos tras un a?o como pioneros con el grado, pero las cr¨ªticas siguen presentes
"A Bolonia le dar¨ªa un seis", dice entre risas Juan Antonio Vargas. Acaba de terminar su primer curso en el grado de Ingenier¨ªa Electr¨®nica Industrial. Ha conseguido aprobarlo todo y ha disfrutado de un verano limpio. Con Bolonia se acabaron las temidas convocatorias de septiembre. Pero son muchas otras las novedades: pr¨¢cticas semanales, tutor¨ªas, nuevos t¨ªtulos... Una lista larga que alumnos y profesores de toda Espa?a han manejado sobre todo en el plano te¨®rico -en los debates que han arreciado desde que se empezaron a vislumbrar aires de cambio- y que en el curso que comienza estos d¨ªas vivir¨¢n en la pr¨¢ctica; la mitad de las titulaciones ya est¨¢n adaptadas al nuevo esquema, y el curso que viene ya tendr¨¢n que estarlo todas.
El nuevo modelo implica mucha m¨¢s carga de trabajo para el docente
"En Periodismo y Audiovisuales ha resultado muy f¨¢cil", dice una estudiante
La Universidad Carlos III de Madrid se ha adelantado y ha incorporado los nuevos t¨ªtulos desde el a?o pasado en la pr¨¢ctica totalidad de su oferta. Ahora observan el controvertido Plan Bolonia con cierta perspectiva. La vicerrectora de Comunicaci¨®n, Montserrat Iglesias, admite que hay cosas que mejorar -"tenemos que medir mejor la carga de trabajo a profesores y alumnos, que ha sido muy alta"-, pero en general se muestra contenta con el proceso y esgrime una serie de datos: un 50% m¨¢s de solicitudes de matr¨ªcula, una nota media para entrar en la universidad de 7,3, un 30% de alumnos de fuera de Madrid. M¨¢s all¨¢ de la lectura institucional, echando un vistazo entre alumnos y profesores, no se encuentran grandes entusiasmos, pero tampoco grandes decepciones, aunque algunas voces cr¨ªticas se mantienen. Bolonia pasa curso.
"En general, al menos en mi titulaci¨®n, ha resultado muy f¨¢cil sacarse las asignaturas", dice Amalia Gonz¨¢lez Jim¨¦nez, estudiante del doble t¨ªtulo de Periodismo y Comunicaci¨®n Audiovisual. La causa, asegura, est¨¢ en el trabajo d¨ªa a d¨ªa. "Cuando llegas al examen, lo haces con un mont¨®n de notas previas que cuentan en un 60%. De manera que aprobar o suspender esa evaluaci¨®n final ya no es tan relevante". El objetivo de la evaluaci¨®n continua es que el alumno trabaje y revise a diario. "El sistema tradicional ha potenciado en los alumnos la capacidad de resumir y empollar, pero ahora se intenta darle un empuj¨®n a otras competencias", explica Fernando Broncano, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Ciencia. En resumidas cuentas, ya no vale con estudiar para el examen final. Para Amalia, esta caracter¨ªstica conlleva que se est¨¢ premiando m¨¢s el esfuerzo que la brillantez. Sin embargo, para Emilio Ol¨ªas, director de la Escuela Polit¨¦cnica, "el alumno que es brillante lo es por encima de metodolog¨ªas".
"El objetivo es que los trabajos impliquen esfuerzo y aprendizaje", apunta Santiago Fern¨¢ndez Mu?oz, vicedecano de Turismo. "El hecho de que se apruebe con menor o mayor dificultad depender¨¢ de cada profesor", a?ade Broncano. "En mi caso, aprobar con trabajos y evaluaci¨®n continua no significa que sea m¨¢s f¨¢cil. Al contrario, los trabajos tienen que tener un nivel alto", afirma.
Representando a las voces m¨¢s cr¨ªticas, el catedr¨¢tico Jaime Alvar, que imparte clases de Prehistoria e Historia Antigua, asegura que Bolonia supone "un abuso nefasto de las posibilidades de participaci¨®n de los alumnos cuando llegan a primer curso. No pueden hacer una cr¨ªtica de algo que desconocen. Para hablar, antes hay que conocer y se conoce a trav¨¦s del estudio y esa palabra ha desaparecido". Antonio Valdecantos, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Moral, dibuja un panorama muy negro: "En la medida en que el plan se ha aplicado, ha resultado desastroso", y sostiene que hay un "sentimiento generalizado de fraude y de escandaloso descenso del nivel de ense?anza".
Ol¨ªas, por su parte, dice que puede haber escepticismo, pero que el cambio es sin duda una oportunidad para mejorar. En su ¨¢rea, las ingenier¨ªas, siempre se ha criticado mucho el alto ¨ªndice de alumnos que abandonan o que tardan m¨¢s a?os de los establecidos en terminar la carrera. ?ngel Garc¨ªa Olaya, profesor de Programaci¨®n en Ingenier¨ªa Inform¨¢tica, dice que la tasa de no presentados a los ex¨¢menes eran antes del 50% y ahora del 18%. "No s¨¦ si es mejor o peor que antes; yo estoy contento. Se trata de conseguir que los chicos sepan lo mismo que los que aprobaban antes, pero sin hacerles la vida imposible".
Un cambio que supone m¨¢s trabajo para el docente. "El Plan Bolonia obliga al profesor a trabajar m¨¢s, a organizarse a trav¨¦s de un plan, a articular un proyecto. Tiene que pensar en el alumno: en qu¨¦ competencias y capacidades tiene que desarrollar. En mi opini¨®n, con esta disciplina, salen ganando tanto el alumno como el profesor", dice Broncano.
As¨ª como las pegas de los profesores animan los despachos, las de los alumnos se dejan o¨ªr en cafeter¨ªas y aulas. Uno de los defectos que tradicionalmente los estudiantes le han achacado a la Universidad ha sido su monumental y pesada base te¨®rica. Un mar de apuntes con dif¨ªcil aplicaci¨®n pr¨¢ctica en el mercado laboral. Las nuevas titulaciones le han intentado plantar cara a esta insatisfacci¨®n con una clara vocaci¨®n pr¨¢ctica. Los alumnos que ya las han probado lo confirman. "Te ense?an lo que demanda el mercado", apunta Kevin Ayuso (primero de Econom¨ªa). Sin embargo, contra todo pron¨®stico, Kevin echa de menos m¨¢s teor¨ªa. Y como ¨¦l, Amalia Jim¨¦nez (Comunicaci¨®n Audiovisual y Periodismo), y Juan Antonio Vargas (Ingenier¨ªa). ?Por qu¨¦? "Se est¨¢ cumpliendo uno de los objetivos primordiales de Bolonia: que el alumno sea mucho m¨¢s participativo y se prepare sus propios contenidos. Pero se exceden en esto. Tenemos que hacer muchos trabajos pero, ?sobre qu¨¦ base?", dice Amalia. Algunos temen tambi¨¦n que una ense?anza muy tutelada corre el riesgo de repetir la misma mec¨¢nica del instituto. Pilar Carrera, profesora de Teor¨ªa de la Comunicaci¨®n en el grado de Periodismo, asegura que "no se trata de fomentar un esp¨ªritu corderil. Eso no forma parte del esp¨ªritu de Bolonia y, si ocurriera, se tratar¨ªa de una disfunci¨®n".
Por ¨²ltimo, una de las mayores preocupaciones para un sector del alumnado es la imposibilidad de compatibilizar estudios y trabajo. Pedro Silvero, estudiante de primero de Ingenier¨ªa Electr¨®nica, ya se encuentra "haciendo piruetas", hablando con cada profesor, para conseguir estudiar y trabajar al mismo tiempo. "Ahora, en segundo, tendr¨¦ que dejar de trabajar". Y con Bolonia, si no vas a clase te juegas la asignatura. El nuevo Estatuto del Estudiante contempla por primera vez la figura del estudiante a tiempo parcial. Isabel Guti¨¦rrez Calder¨®n, vicerrectora, sostiene que "a partir de este curso entrante, los alumnos podr¨¢n cursar asignaturas en diferentes grupos si tienen problemas de horario".
Todas estas cuestiones est¨¢n presentes en la Carlos III. Los despachos de los docentes, las cafeter¨ªas, las aulas son y ser¨¢n los espacios en los que Bolonia se cuestione y crezca. El rector se ha comprometido a revisar la adaptaci¨®n del plan cada dos a?os, para pulir lo que se crea necesario. Hoy, concluido el experimento de este primer curso y arrancado el segundo, no arden contenedores, pero tampoco hay fuegos artificiales.
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