El buscavidas de las gafas oscuras
Flavio Briatore siempre ha jugado con tres cubiletes y una pelotita debajo. Quebr¨® el 'holding' del conde Caproni, fue condenado por hacer trampas en un garito, se fug¨® a las Islas V¨ªrgenes, frecuent¨® a mafiosos y es socio de Alejandro Agag e ¨ªntimo de Berlusconi
Entre la abundante fauna vulgar y abrasada por el sol que puebla Berluscolandia, Flavio Briatore es probablemente el tipo m¨¢s viscoso del cat¨¢logo. Tambi¨¦n uno de los m¨¢s listos y los m¨¢s ricos. Y amable, y gracioso hasta hacerte morir de risa, cuentan los que le conocen. Entre los Casanovas cargados de a?os, melatonina, cuentas offshore, oscuras relaciones, avi¨®n privado y yate de 70 metros, esos que -como piensa el padrone Berlusconi- suscitan la envidia de los simples mortales, Briatore encabeza el ranking desde hace veinte a?os.
Cabe decir que Briatore, viejo colega de farras, reciclajes y veraneos sardos de Papi Berlusconi, puede incluso dar lecciones al amo de "la tierra de los playboys". Por decirlo con el estilo de animador de crucero que hoy triunfa en el pa¨ªs que un d¨ªa fue el de Dante, si un t¨ªo que con esa jeta y esa barriga ha convencido a sus paisanos de haber salido con Elle McPherson y con Noemi Campbell se merece como m¨ªnimo un aplauso.
En las dos d¨¦cadas que Briatore ha estado en el negocio ha logrado amasar una fortuna de 300 millones de d¨®lares
Dejando aparte la mercadotecnia de la virilidad falsa y el cotilleo cutre de bronceado perenne, pizza y champ¨¢n que ha convertido a personajes como Berlusconi -el ¨²nico editor de revistas del coraz¨®n que es adem¨¢s primer ministro- y a Briatore -primer m¨¢nager de escuder¨ªa expulsado de por vida de la f¨®rmula 1- en la encarnaci¨®n del ¨¦xito contempor¨¢neo, lo cierto es que este hijo de maestros de escuela, que naci¨® trillizo en Verzuolo, una aldea de la provincia de Cuneo, en plenas monta?as del Piamonte en 1950, tiene un m¨¦rito bastante grande.
Nuevo rico a sabiendas y orgulloso de serlo, don Flavio no ha hecho otra cosa en estos 59 a?os que buscarse la vida, templar la muleta, comprar, vender, revender, quebrar empresas, obtener comisiones con artes buenas o malas, meterlas en la lavadora fiscal y triunfar en el papel cuch¨¦.
"Los dineros", suele decir ¨¦l, "sirven para pagar a los m¨¦dicos". Quiz¨¢ sea un proverbio monta?¨¦s. O una maldici¨®n gitana. Qui¨¦n sabe. Lo importante es que a Briatore la ¨²nica cosa que le parece leg¨ªtima es el dinero. Lo cual tampoco significa que le obsesione. "No s¨¦ ni cu¨¢nto tengo, cr¨¦ame", declar¨® hace un par de a?os en una memorable entrevista a La Repubblica. "Soy muy rico, pero no me ocupo personalmente".
Seg¨²n las revistas especializadas de la f¨®rmula 1, en las dos d¨¦cadas que Briatore ha estado en el negocio ha logrado amasar una fortuna cercana a los 300 millones de d¨®lares. Y casi toda ha aflorado en los ¨²ltimos 6 a?os, durante la etapa de Renault, pues en 2003 s¨®lo ten¨ªa 48 millones en la cuenta.
Tampoco es tanto, si se piensa que adem¨¢s de pagar los m¨¦dicos, debe tambi¨¦n pagar una legi¨®n de secretarios, sus sempiternas gafas de espejo azul, los caprichos de su mujer, la modelo Elisabetta Gregoraci; los ingentes gastos de las casas en Londres, Cerde?a, Malindi (Kenia), Nueva York y Atenas; y el gas¨®leo para el jet y el yate Force blue que valen 66 millones de euros.
Aunque quiz¨¢ lo compense con los ingresos de sus locales: el restaurante Cipriani de Londres, el hotel keniano de safaris de lujo Lion in the Sun, y el Billionaire, el m¨ªtico local de la Costa Esmeralda, donde velinas y lumis se codean con capos de la televisi¨®n, la pol¨ªtica o la empresa del made in Italy.
Y luego est¨¢ la libertad, claro, esa cosa tan cara. "La riqueza me ha permitido comprar la libertad. Traduzco: hago lo que quiero, vivo en los mejores hoteles del mundo y puedo tomar casi cualquier decisi¨®n sin preguntarme ?pero esta barbaridad me la puedo permitir?".
Como se ve, no estamos ante el cl¨¢sico trilero, sino ante un gran empresario global, ante un baranda cosmopolita y off shore que fue aprendiz de constructor y vendedor de camisetas, pero se recicl¨® a tiempo en m¨¢nager de la f¨®rmula 1, el negocio off shore por naturaleza.
Visto que Briatore no ha pasado ni un solo d¨ªa a la sombra, cabe colegir que no es ning¨²n est¨²pido. Alguien le ha llamado ignorante genial, aunque a ¨¦l se la suda (son palabras suyas), como se la suda no haberse quitado todav¨ªa, a pesar de haber dado 80 vueltas al mundo, el acento de Cuneo. Tampoco ha le¨ªdo un libro desde el colegio ("ni me gusta ni tengo tiempo"), pero qu¨¦ importa eso cuando odiando el deporte ganas cuatro veces un Mundial (dos con Michael Schumacher y dos con Fernando Alonso) y cuando el campe¨®n asturiano te hace de ch¨®fer el d¨ªa que te casas con una modelo 30 a?os menor que t¨² (Roma, junio de 2008).
Antes de entrar (1991) en el circo del que acaba de ser despedido, Briatore hab¨ªa vivido una vida f¨®rmula 1. Turbia, acelerada, sinuosa, llena de sobresaltos y de choques, rodeada de novias de usar y tirar, con ¨¦xitos y quiebras, lujo y miseria, suerte y muerte. Una vida poco ejemplar. Y sin amigos: "S¨®lo tengo dos, este mundo es as¨ª".
De joven fue un poco playboy y un poco gigol¨®. En dialecto piamont¨¦s le llamaban El Trib¨¹la: el que nunca est¨¢ quieto, se mete en todas partes y hace lo que sea para trepar. Briatore se hizo ge¨®metra (t¨¦cnico de construcci¨®n) a los 19 a?os porque quer¨ªa divertirse y ganar dinero. "Si naces en medio del Congo no vas a decir que has tenido suerte. Yo no nac¨ª en el Congo, pero en esas monta?as, de ni?o, cuando me preguntaban qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor, s¨®lo dec¨ªa que quer¨ªa irme de all¨ª, de aquella aspereza, de esas fatigas, de esos sacrificios".
As¨ª que se march¨®: primero trabaj¨® en un restaurante del pueblo de al lado, luego se hizo empresario y puso un bar llamado Trib¨¹la. Quebr¨®, y huy¨® a Cuneo, la capital de la provincia. All¨ª, antes de cumplir los 30, vivir¨ªa una fecha clave. El 21 de marzo de 1979, el due?o de la agencia inmobiliaria que le dio su primer empleo, Attilio Dutto, fue asesinado con un coche bomba.
Dutto hab¨ªa sido due?o de la Paramatti Vernici, que hab¨ªa sido propiedad de Michele Sindona, el banquero mafioso del Vaticano y de la P2, envenenado en la c¨¢rcel en 1986. Como la suya, la muerte de Dutto fue achacada a la Cosa Nostra, pero no se pudo probar. Ah¨ª empieza la ascensi¨®n de Briatore, seg¨²n explica el periodista Gianni Barbacetto en su libro Campeones de Italia (2002).
El reportero cuenta que, tras la muerte de Dutto, Trib¨¹la se instala en Mil¨¢n y monta "casa en la Piazza Tricolore: mucha exhibici¨®n de riqueza y ocupaci¨®n incierta. Se las da de financiero". Pronto conoce al conde Achille Caproni, divino fabricante de aviones, que le encarga la gesti¨®n de su holding CGI. Resultado: en pocos meses, la Paramatti, que el conde ha adquirido por consejo de Briatore, acaba en una quiebra que arrastra a las otras empresas del grupo y deja un agujero de 14.000 millones de liras (6,5 millones de euros).
En esa ¨¦poca conoce a Luciano Benetton. Se lo presenta, cuenta Barbacetto, "Romano Luzi, profesor de tenis de Berlusconi y luego fabricante de sus fondos negros". Tambi¨¦n se relaciona con Berlusconi y con su mano derecha siciliana, Marcello Dell' Utri (condenado en primer grado a nueve a?os por asociaci¨®n mafiosa), al que llama siempre "querid¨ªsimo amigo". A ellos se sumar¨¢, con el tiempo, un austero pol¨ªtico vallisoletano, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que se har¨¢ habitual de bodas, yates y veranos gracias a la discreci¨®n de su yerno, Alejandro Agag.
Igual que le sucede a Berlusconi ("el mejor empresario italiano de los ¨²ltimos treinta a?os, con Luciano Benetton"), todo ese dinero que no es capaz de contar no le ha servido a Briatore para lo ¨²nico que le importaba: ganarse la consideraci¨®n de los salones financieros de Mil¨¢n: "Todav¨ªa me miran como a un marciano verde porque soy de Cuneo", dijo dolido hace dos a?os.
Ese odio de clase, trampol¨ªn de la ambici¨®n, une sus destinos desde un inicio marcado por el ladrillo. Tras la quiebra de CGI, don Flavio cambia su tarjeta de visita y se presenta como promotor de la cantante Iva Zanichi, que hoy es eurodiputada berlusconiana. Enseguida, el joven Briatore se mete en un negocio sucio: regenta un garito donde se juega con las cartas marcadas. Varios clientes ricos y famosos aparecen desplumados sin saber c¨®mo. Denuncia, proceso y condena: tres a?os de c¨¢rcel. Seg¨²n los jueces, Briatore es el jefe del Grupo de Mil¨¢n, "dise?ado por los herederos del capo Francis Turatello para estafar a los estirados due?os de los mejores salones lombardos". Su amigo Emilio Fede, hoy presentador de telediario en el grupo Mediaset y habitual del Billionaire, tambi¨¦n fue acusado, pero se libr¨® por falta de pruebas. Milagrosamente, explica Barbacetto, porque algunos de los cheques de los membrillos estaban a su nombre.
"Era joven, me equivoqu¨¦, sirvi¨® para hacerme p¨ªcaro. Nadie es perfecto, eso es lo bonito de la vida", recuerda Briatore. Eso, y cambiar de oficio: profesor de esqu¨ª, agente inmobiliario, asegurador, jugador de Bolsa, otra vez agente inmobiliario en Nueva York... "En su agenda, lleva un n¨²mero de tel¨¦fono de Nueva York (212-833337) apuntado junto al nombre de Genovese", escribe Barbacetto. Genovese es un personaje de Francis Ford Coppola: Cosa Nostra neoyorquina.
Briatore se fuga a las Islas V¨ªrgenes, abre un restaurante y espera hasta ser amnistiado. Tras cerrar por deudas el restaurante, Benetton le concede algunas franquicias en las islas. En 1991, regresa a Italia como directivo de Benetton y da el salto mortal a la formula 1: de director comercial a responsable de la escuder¨ªa.
Llegan los a?os del proceso Manos Limpias. Mientras el pa¨ªs se hunde y Berlusconi entra en pol¨ªtica, Briatore empieza a triunfar. Conquista los t¨ªtulos de 1994 y 1995 con Schumacher, pero Benetton le despide en 1997, quiz¨¢ porque ha comprado y vendido por debajo de cuerda una cuota de otro equipo, Minardi. En esos a?os, recibe 37 millones de d¨®lares de salario.
Adem¨¢s, su nombre aparece ligado a la complicada historia de un paquete de 330.000 millones de acciones de la Generali. "Protagonistas: Mazed Rashad Pharson, jeque ¨¢rabe, y Florio Fiorini, ex m¨¢nager de la petrolera ENI". Las acciones recorren el mundo off shore durante siete a?os como garant¨ªa de opacas transacciones, incluidas armas y helic¨®pteros de guerra que acaban en manos de Gaddafi pese al embargo.
Antes de eso, su nombre surge en una investigaci¨®n antimafia de los jueces de Catania. Nada relevante, por supuesto. Su voz ha sido grabada en conversaciones con personajes como Felice Cultrera, simp¨¢tico hombre de negocios supuestamente cercano en esa ¨¦poca al capo de Cosa Nostra Nitto Santapaola, seg¨²n Barbacetto.
Meses despu¨¦s, el 10 de febrero de 1993, una bomba explota (es la segunda en la vida de Briatore) ante la puerta de su espl¨¦ndida casa londinense en Cadogan Place, "destruyendo una columna del porticado, manchando de cenizas los libros falsos de la librer¨ªa y haciendo saltar los vidrios por todas partes", dice Barbacetto. Peri¨®dicos brit¨¢nicos escriben que ¨¦l no tiene nada que ver: es s¨®lo una peque?a bomba del IRA.
Mientras tanto, no deja de cambiar de novia. Conoce a Noemi Campbell en 1998 (¨¦l tiene 49 a?os, ella 29), y las revistas de cotilleo juran que veranean juntos. Despu¨¦s dir¨¢n que tiene una hija secreta con la modelo Heidi Klum.
En Londres, adem¨¢s de a Bernie Ecclestone, conoce tambi¨¦n a David Mills, especialista en la construcci¨®n de sistemas financieros "reservados" y que ha trabajado para Berlusconi y para Benetton. Hace cinco meses, Mills fue condenado a tres a?os y ocho meses de prisi¨®n por testificar en falso en dos juicios a favor de Berlusconi. Briatore defendi¨® como testigo la inocencia del Cavaliere, pero ¨¦ste fue considerado culpable del soborno y se encuentra a la espera de ser procesado. Por ahora le protege la ley de inmunidad llamada Laudo Alfano, que analizar¨¢ esta semana el Tribunal Constitucional.
Una vez asentado en la f¨®rmula 1, llegan las plusval¨ªas. Con la venta del equipo Ligier, recauda 10 millones de d¨®lares en 1997. Crea la empresa de motores Supertech con los prototipos de Renault, y en 1999 factura 13 millones. Entre 2003 y 2008 es socio de Alejandro Agag en la explotaci¨®n de los derechos televisivos de la F 1 para Espa?a: los compra Mediaset, de la que Briatore es consultor. Un negociete de 75 millones, de los que Agag y Briatore se reparten las comisiones. Con Ecclestone y Agag, se compra en 2007 el Queens Park Rangers, un equipo de f¨²tbol londinense, por 60 millones de euros.
Los t¨ªtulos mundiales de 2005 y 2006 son su ¨²ltimo ¨¦xito. En los circuitos, los mec¨¢nicos sonr¨ªen y recuerdan que El Buscavidas era un tipo amable, que se ha ido del negocio debiendo dinero a algunos pilotos. Nelson Piquet j¨²nior, el que denunci¨® su trampa, ha dicho: "Ahora todos conocen su verdadera personalidad".
A Briatore le da igual. Est¨¢ a punto de ser padre y se presenta como un m¨¢nager "de estilo din¨¢mico e innovador". Cuenta que duerme poco, dice que la vejez no existe y que su ¨²nica pesadilla es perder la cabeza. No vota desde hace 25 a?os, y lo explica as¨ª: "Me pregunto cu¨¢ndo piensan en el pa¨ªs los ministros italianos: est¨¢n siempre en congresos, debates, televisiones, peri¨®dicos. Har¨ªa falta un Gobierno paralelo, de consejeros delegados que trabajen en su lugar".
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