Los caminos del deseo
El Liceo estrena en Espa?a 'El rey Roger', obra maestra de Karol Szymanowski
Los abismos del deseo yacen en el interior de cada ser humano. Cuando la tentaci¨®n llama a la puerta, s¨®lo se pueden hacer dos cosas, resistir o ceder. Convertir en ¨®pera un conflicto interno tan turbador y peligroso, explorar, en definitiva, los l¨ªmites del deseo, es uno de los grandes m¨¦ritos de El rey Roger, de Karol Szymanowski (1882-1937), la m¨¢s internacional de las ¨®peras del repertorio l¨ªrico polaco. Obra de culto desde su estreno, en 1926, s¨®lo es conocida y apreciada por los m¨¢s inquietos amantes de la ¨®pera, siendo todav¨ªa una rareza en el circuito l¨ªrico internacional. Ahora, el Teatro del Liceo de Barcelona la estrena en Espa?a, en un montaje dirigido esc¨¦nicamente por el brit¨¢nico David Pountney y musicalmente por el catal¨¢n Josep Pons que puede verse del 2 al 16 de noviembre en el coliseo barcelon¨¦s, que paralelamenente acoge en su foyer, hasta el 30 de diciembre, la exposici¨®n Bello como yo, en la que se recorre la gestaci¨®n de la esta ¨®pera y la vida de su compositor.
El Liceo presenta el montaje con direcci¨®n musical de Josep Pons
La direcci¨®n esc¨¦nica de David Pountney incluye alg¨²n toque 'gore'
"No es una ¨®pera de tem¨¢tica homosexual, eso ser¨ªa reduccionista"
Transcurre en una corte siciliana del siglo XII que rinde culto al placer
Definitivamente, corren buenos tiempos para la ¨®pera del siglo XX, repertorio que el Liceo viene divulgando con aut¨¦ntica pasi¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada. El rey Roger, cuyo estreno tuvo lugar el 19 de junio de 1926 en el teatro Wielki de Varsovia (Polonia), es un tesoro por descubrir, una ¨®pera capaz de fascinar al oyente con una exuberancia sinf¨®nica fuera de serie. Lo dice Simon Rattle, que inici¨® hace 11 a?os una cruzada personal en su defensa presentando El rey Roger en los Proms de Londres y el Festival de Salzburgo, y grabando una versi¨®n discogr¨¢fica de referencia al frente de la que entonces era su orquesta, la Sinf¨®nica de la Ciudad de Birmingham.
Algo m¨¢gico tiene esta obra, porque, y en eso coinciden David Pountney y Josep Pons, su exuberancia musical cautiva por completo. "Me enamor¨¦ de esta ¨®pera por su m¨²sica, que es absolutamente fascinante. Nadie puede escapar a la magia, el refinamiento y la tensi¨®n que late en esta partitura", afirma David Pountney, que trabaja por primera vez en el Liceo. "Hay que dejarse seducir por esta ¨®pera, es como si pudieras coger una fruta en alm¨ªbar directamente del ¨¢rbol, algo exquisito pero dif¨ªcil de servir", explica Pons, principal director invitado del coliseo barcelon¨¦s.
"La m¨²sica es prodigiosa, altamente refinada, muy colorista, con una sensibilidad pr¨®xima a la de Debussy en Francia o Scriabin en Rusia, pero exige mucho a los int¨¦rpretes. Pasa con ella como con las obras de Ravel, que mal tocadas son insoportables porque encuentran su verdadera dimensi¨®n en el refinamiento. Sorprender¨¢ a quienes no la conocen", a?ade Pons.
El descubrimiento de esta ¨®pera no ha hecho m¨¢s que empezar. Este mismo a?o se ha presentado en la ?pera de Bonn, en la Bastilla, en Par¨ªs, y en el Festival de Bregenz, de donde procede el montaje que se ver¨¢ en Barcelona, coproducido por el Liceo. El doble reparto que afronta las ocho funciones programadas hasta el pr¨®ximo 16 de noviembre est¨¢ encabezado por los bar¨ªtonos Scott Hendricks y Leszek Skrla, en el personaje de Rey Roger; las sopranos Anne Schwanewilms y Monica Mych como Roxana, y los tenores Will Hartmann y Pawel Tolstoy en el papel del pastor. La parte coral, de extraordinaria importancia, ha sido preparada concienzudamente por Jos¨¦ Luis Basso, titular del coro del teatro.
No puede entenderse la m¨²sica contempor¨¢nea polaca sin la figura de Szymanowski, un creador singular, refinado y culto, viajero empedernido, enamorado de Italia y de la luz mediterr¨¢nea. "Si Italia no existiera, yo tampoco existir¨ªa", confes¨® en 1911 a su colega y amigo Zdzislaw Jachimecki. No fue ajeno a la influencia musical de gigantes como Debussy, Stravinski y Richard Strauss, y sinti¨® una especial fascinaci¨®n por el mundo ¨¢rabe y Oriente. "Su m¨²sica tambi¨¦n es una respuesta a Wagner, porque todos los compositores de su tiempo, incluido Falla, tan austero, sucumben a Wagner. La armon¨ªa tonal que desplega est¨¢ muy desarrollada y la riqueza de la textura instrumental forma parte de su lenguaje. El sentido del color es decisivo en Szymanowski, es m¨¢s voluptuoso que Britten y en este sentido est¨¢ m¨¢s pr¨®ximo a Strauss".
El libreto, firmado por su primo Jaroslaw Iwaszkiewicz, enlaza elementos del clasicismo griego -Las bacantes, de Eur¨ªpides- con la filosof¨ªa de Nietzsche. La ¨®pera lleva a escena la eterna lucha por el equilibrio entre la sensualidad dionisiaca y el racionalismo apol¨ªneo en la mente humana. Ambientada en la Sicilia del siglo XII, su protagonista es el rey normando Roger de Hauteville (1095-1154), a cuya corte llega un enigm¨¢tico pastor que convierte a sus habitantes al culto de un dios pagano que promete una religi¨®n de amor y placer. Hasta el soberano y su esposa, Roxana, son seducidos por este personaje, encarnaci¨®n misma del dios del vino, la fertilidad y el hedonismo. Al final, Roger resiste la tentaci¨®n y trata de alcanzar por s¨ª mismo el equilibrio entonando un vibrante himno al sol.
"Es un viaje psicol¨®gico hacia el abismo que cada ser humano tiene en su interior. Al final, el rey se da cuenta de que su ¨²nica tabla de salvaci¨®n frente a los peligros que le acechan es la raz¨®n", explica Pountney. "La m¨²sica es tan suntuosa que hemos buscado la m¨¢xima austeridad en la escena. La obra plasma una lucha interna, todo est¨¢ en la mente del rey y lo que predica el pastor forma parte de sus demonios interiores. Es una ¨®pera que nos habla de la lucha entre la represi¨®n y la libertad de pensamiento". Califica su concepci¨®n esc¨¦nica de "m¨¢s bien abstracta", sin concesiones realistas, pero en las acciones de los personajes imprime un toque gore que puede levantar algunas ampollas entre el p¨²blico m¨¢s sensible.
La lucha de una persona que abandona el hedonismo para buscar la paz interior asumiendo su propia condici¨®n es un tema vital para Szymanowski, que ya plasm¨® este conflicto en su novela perdida Efebos, retrato de su intensa relaci¨®n con su joven amante Bor¨ªs Kochno, quien acab¨® siendo secretario y amante del famoso Sergu¨¦i Diaghilev. Pero quienes pretenden leer la obra en clave homosexual s¨®lo porque Szymanovski lo era, se equivocan, afirma Pountney. "No es una ¨®pera de tem¨¢tica homosexual, eso ser¨ªa una concepci¨®n reduccionista rid¨ªcula. La ¨®pera nos habla a todos, lo que Szymanovski plantea es un conflicto espiritual y filos¨®fico que afecta al g¨¦nero humano en general, no a una opci¨®n sexual determinada".
Los tres actos de esta personal ¨®pera, pre?ada de simbolismos, con elementos de oratorio y auto sacramental, poseen distintas ambientaciones: el primero, bizantina; el segundo, ¨¢rabe-oriental, y el tercero, griega, con citas y usos musicales acordes a cada cultura musical, tamizados siempre por un extremo refinamiento y sentido del color. El canto del pastor, reencarnaci¨®n medieval del mito de Dionisos, siempre se dirige al rey Roger, y precisamente en la atracci¨®n tenor-bar¨ªtono, lejos de los esquemas convencionales del g¨¦nero l¨ªrico, radica uno de sus grandes hallazgos.
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