Angustia en la ciudad de Lada
La crisis ensombrece el futuro de Togliatti, capital rusa del motor
El fantasma del desempleo recorre las calles de Togliatti, ciudad a orillas del Volga considerada capital de la industria automotriz de Rusia. Bautizada en honor al comunista italiano Palmiro Togliatti, es sede del gigante AvtoVAZ, con m¨¢s de 100.000 trabajadores. El problema es que ese monstruo fabril -gracias al cual existe la ciudad, de poco m¨¢s de 700.000 habitantes- no es rentable y pr¨¢cticamente la mitad de su personal est¨¢ de m¨¢s. Los dirigentes de AvtoVAZ propusieron en septiembre pasado un plan para echar a unas 30.000 personas, pero el Gobierno no lo ha permitido por temor a una explosi¨®n social. De momento, ha aprobado el despido de s¨®lo 5.000, la mayor¨ªa en edad de jubilaci¨®n o cercana a ella.
"?Y qu¨¦ vamos a hacer? Aqu¨ª no hay donde elegir", dice un empleado
El Ministerio de Industria calcula que sobran 50.000 trabajadores
La propuesta radical del consejo de directores de la F¨¢brica Automotriz del Volga, nombre completo de AvtoVAZ, no pod¨ªa ser aceptada por el Gobierno -uno de los principales accionistas de la empresa a trav¨¦s de Rostechnologi; los otros son Troika-Dialog y Renault, con el 25% cada uno-, que quiere evitar a toda costa un aumento del descontento social, con bloqueo de carreteras y m¨ªtines como sucedi¨® en Pikoliovo, no lejos de San Petersburgo, en junio pasado.
Verdad es que los dirigentes de la f¨¢brica que producen los legendarios Lada m¨¢s tarde explicaron que lo que hab¨ªan hecho en realidad era una simple constataci¨®n: que hab¨ªa cerca de 27.000 trabajadores que sobraban -Andr¨¦i Dem¨¦ntiev, viceministro de Industria, estima que son 50.000 los que est¨¢n de m¨¢s-, pero ello en ning¨²n caso significa que hay que echarlos a la calle. Lo que es necesario es buscar soluciones al problema de manera que paulatinamente pueda ir disminuyendo el n¨²mero de sobrantes sin que se queden completamente desempleados.
Pasadas las tres de la tarde, un mar humano sale de AvtoVAZ para tomar por asalto los autobuses fabriles que les llevar¨¢n a casa. Interrogando a algunos que no tienen demasiada prisa, se puede ver que, a pesar de todo, la gente est¨¢ relativamente tranquila y resignada a ver recortados sus ingresos, pero sin perder completamente el trabajo: "?Y qu¨¦ vamos a hacer? -dice Vladislav-; la crisis golpea a todos y aqu¨ª no hay mucho donde elegir". Y la mayor¨ªa no cree que habr¨¢ despidos masivos: "Jam¨¢s -tercia Nina, que, como Vladislav, acaba de terminar su turno-; el Gobierno no lo permitir¨¢, tienen miedo que perdamos la paciencia, y en Rusia son millones los que est¨¢n en esta situaci¨®n".
Que hay que reestructurar radicalmente AvtoVAZ es algo que ning¨²n especialista duda. Desde su nacimiento, la f¨¢brica lo hace absolutamente todo: desde los motores hasta el ensamblaje del autom¨®vil, lo que no corresponde al concepto moderno de una empresa automotriz.
AvtoVAZ hoy ha dejado de ser rentable. Si analizamos el ¨²ltimo quinquenio veremos que en el mejor a?o, 2007, gan¨® s¨®lo 3.670 millones de rublos (unos 85 millones de euros), aunque las ventas llegaron a 185.000 millones (4.280 millones de euros). Eso se explica, entre otras cosas, por la carga que significan los sueldos: un promedio de m¨¢s de 463 millones de euros anuales. En 2008, con la llegada de la crisis mundial, la f¨¢brica qued¨® en rojo: sus p¨¦rdidas fueron de unos 570 millones de euros.
La crisis ha obligado a la empresa a trabajar con un solo turno, pero el n¨²mero de trabajadores es para dos. De ah¨ª que los salarios hayan ca¨ªdo a la mitad en el mejor de los casos, pues ahora pagan por las horas realmente trabajadas, y en agosto, por ejemplo, AvtoVAZ par¨® por completo sus l¨ªneas de producci¨®n.
A los que afirman que la producci¨®n de la f¨¢brica no es competitiva, AvtoVAZ responde que los autos Lada siguen siendo los m¨¢s vendidos en Rusia -lo que es verdad- y aseguran que ocupan un nicho propio que, de momento, no corre peligro alguno.
A AvtoVAZ la ahogan hoy las deudas, que este a?o se calcula alcanzar¨¢n los 1.941 millones de euros, a pesar de que el Gobierno le dio este a?o un subsidio -cr¨¦dito a 10 a?os al 0% de inter¨¦s- de 578,5 millones. Pero necesita m¨¢s: s¨®lo para los programas relacionados con la reducci¨®n de plantilla pide un cr¨¦dito de 277 millones, con pago de intereses s¨®lo a partir de 2014, a?o en que los dirigentes de la f¨¢brica calculan que el mercado automovil¨ªstico de Rusia se habr¨¢ recuperado del todo. Adem¨¢s, para los programas de inversi¨®n -nuevos modelos que puedan competir con los autos de importaci¨®n-, AvtoVAZ necesita otros 972 millones. En caso de no recibir ayuda para cancelar lo que deben, el nuevo presidente de la f¨¢brica, ?gor Komarov, dice estar dispuesto a comenzar el proceso de bancarrota como medida de protecci¨®n ante los acreedores.
Cuando se hizo p¨²blico el lamentable estado de la f¨¢brica, el primer ministro Vlad¨ªmir Putin decidi¨® intervenir y lanz¨® una advertencia a Renault: o ayudan a AvtoVAZ o su participaci¨®n disminuir¨¢, ya que el Gobierno, para salvar la f¨¢brica, est¨¢ estudiando lanzar una emisi¨®n adicional de acciones (los dirigentes fabriles quisieran que ¨¦sta fuera por valor de 1.620 millones de euros). El aporte de Renault no tiene que ser necesariamente en dinero: lo que los rusos desean es tecnolog¨ªa para producir autos de la empresa francesa, concretamente del modelo Logan.
Para calmar los ¨¢nimos en Togliatti y buscar una soluci¨®n aceptable, Putin envi¨® a la ciudad al viceprimer ministro ?gor Shuv¨¢lov, quien desminti¨® que se pensara echar a la calle a decenas de miles de trabajadores y asegur¨® que no habr¨¢ despidos masivos. El sindicato independente Yedinstvo, que hace 15 d¨ªas organiz¨® un mitin de protesta, no cree al Gobierno porque, como explica el dirigente Andr¨¦i Lapin, "se han decidido ya por la estrategia de montaje de autos de la l¨ªnea Renault, lo que significa el despido masivo". Yedinstvo tiene pocos miembros, cerca de 1.000, mientras que el grueso de los trabajadores pertenece a los sindicatos oficiales. Nikil¨¢i Karaguin, su presidente desde hace 13 a?os, afirma que ¨¦l es partidario del di¨¢logo con los ejecutivos de la empresa para lograr salvar a la f¨¢brica y, al mismo tiempo, conservar el trabajo de la gente.
Como soluci¨®n paliativa a la p¨¦rdida de ingresos de los trabajadores, Karaguin cuenta que han logrado que los de m¨¢s bajos ingresos en AvtoVAZ puedan colocarse en trabajos sociales por las otras 80 horas mensuales y recibir as¨ª unos 100 euros adicionales. En Togliatti no hay muchas alternativas de trabajo: el mejor pagado que ofrec¨ªa ¨²ltimamente el Centro de Empleo rondaba los 162 euros al mes, y por cada puesto hay ocho pretendientes.
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