Lent¨ªsimamente cierra en negro
Yo creo que correr¨ªa, aproximadamente, el a?o 58 o tal vez el 59 cuando nos conocimos Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez y yo. Ten¨ªamos un scooter Lambreta en medio. ?l me pregunt¨® con explicable desconfianza: "Pero, ?t¨² sabes c¨®mo funciona esto?". Y yo le dije: "No tengas miedo... M¨®ntate atr¨¢s y ag¨¢rrate donde puedas". Llegamos con felicidad a nuestro destino. A Jos¨¦ Luis -que fue un magn¨ªfico dibujante- le hab¨ªan encargado la decoraci¨®n del Pabell¨®n de Canarias en la Feria del Campo y ¨¦l busc¨® la colaboraci¨®n de Elena Santonja. Me apunt¨¦ al programa e hice algo as¨ª como un a prop¨®sito titulado La isla de San Borond¨®n, que se represent¨® en la mencionada feria. Est¨¢bamos empezando a nadar sin flotador y hab¨ªa que buscarse los garbanzos, como ocurre ahora, como siempre.
Flashback. 1971. Jos¨¦ Luis Borau y yo hab¨ªamos decidido escribir un gui¨®n juntos. No ten¨ªamos tema. Nos reun¨ªamos en mi casa de Canillejas en mar abierto y sin viento en popa, ni en las velas. Un d¨ªa entre los d¨ªas surgi¨® el tema. No s¨¦ c¨®mo vino, pero lleg¨®: hab¨ªa nacido el embri¨®n de Mi querida se?orita. ?Qui¨¦n pod¨ªa hacer el papel de do?a Adela? Desde luego un hombre... Pero, ?qui¨¦n, qu¨¦ actor? La t¨ªa de Carlos acechaba en la sombra.
Repasamos el censo de c¨®micos en el Cine Gu¨ªa y rechazamos buscar un actor extranjero, para doblarlo despu¨¦s, o de un guapo de nuestra tierra.
Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez ya hab¨ªa hecho El pisito y El cochecito, de Ferreri; Pl¨¢cido y El verdugo con Berlanga; Atraco a las tres con Forqu¨¦; Peppermint frapp¨¦ de Saura; El bosque del lobo, con Pedro Olea... Un gran c¨®mico... Un actor sensible e inteligente con sentido del humor, con talento dram¨¢tico: un artista, como se dec¨ªa entonces.
Pepe Luis, el querido Pepe Luis, tambi¨¦n conocido como El Morito, ley¨® el gui¨®n. Yo creo que le estremeci¨® y desde luego s¨¦ -porque me lo dijo- que le entr¨® un miedo espantoso al tiempo que una peligrosa atracci¨®n. Tanto miedo tuvo, que abandon¨® el barco quince d¨ªas o un mes antes de empezar a rodar la pel¨ªcula.
?Qu¨¦ ¨ªbamos a hacer? Fingir que no nos importaba y seguir trabajando... Yo con la jindama metida en el cuerpo y con una certeza absoluta... Si L¨®pez V¨¢zquez no era do?a Adela, no hab¨ªa un actor en el mundo, y me atrevo a decirlo as¨ª, que pudiera sustituirlo... Al final se rindi¨®, olvid¨® sus temores, se puso la peineta de do?a Adela y se enfrent¨® al personaje.
Corte brusco. Mi querida se?orita se estren¨® en el cine Coliseum de Madrid en 1972. A m¨ª no me gusta ir a mis estrenos porque paso aut¨¦ntico terror. Pero aquella noche me tragu¨¦ el recelo. El p¨²blico entr¨® con desconfianza en la trama, pero poco a poco fue acomod¨¢ndose a la historia y por supuesto dej¨¢ndose mecer y aun seducir por tan curiosa se?ora de provincias, gallega de Tuy.
La pobre se?ora acude a un m¨¦dico de confianza y va sofocada porque siente algo as¨ª como una inexplicable atracci¨®n hacia Isabelita, su chica para todo, a la que acaba de echar a la calle. Pasa por el cura de su pueblo y acude a un m¨¦dico de Zaragoza. Est¨¢ angustiada. El p¨²blico contiene la respiraci¨®n. Se ha re¨ªdo mucho.
Ahora parece que no hay nadie en el cine Coliseum: ?es algo grave, doctor? No, no, en absoluto... Habr¨¢ que intervenir, pero no debe usted preocuparse... Le agradecer¨ªa que hablara sin rodeos: yo soy una mujer fuerte y valiente... Es usted fuerte y valiente, pero... pero no es usted una mujer... El p¨²blico no respira. El rostro de do?a Adela ocupa la totalidad de la pantalla, los ojos del gran actor hablan sin palabras... ?Qu¨¦ van a encontrar ahora? Nada... ?La oscuridad?
Una enorme ovaci¨®n rompi¨® entonces el silencio del cine Coliseum. Era para Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez. No lo olvidemos.
y Mi general (1987).
Jaime de Armi?¨¢n dirigi¨® a Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez en Mi querida se?orita (1972), Un casto var¨®n espa?ol (1973)
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