Bernarda Alba sale de la chabola
Pepa Gamboa y Ricardo Iniesta, premio Nacional de Teatro, montan una versi¨®n de la obra de Lorca interpretada por mujeres gitanas y analfabetas de un barrio sevillano
Roc¨ªo Montero Maya tiene siete hijos y vive en El Vacie, un asentamiento chabolista de la zona norte de Sevilla del que la mayor¨ªa no quiere ni o¨ªr hablar. Cuando traspasaba la barrera invisible pero insalvable de la miseria, todos sus vecinos -salvo los que habitan el cementerio de San Fernando- la esquivaban. "Antes la gente no nos miraba a la cara. Ahora nos saludan y hasta nos invitan al caf¨¦ en los bares, porque ya no somos las mismas. Hemos cambiado", afirma.
El cambio le ha llegado de la mano de Federico Garc¨ªa Lorca, aunque ella no est¨¢ muy segura de saber qui¨¦n era ese hombre. Roc¨ªo Montero encarna a Bernarda, esa mujer que gobernaba con mano de hierro su casa y manten¨ªa a sus hijas en un encierro tan claustrof¨®bico como el que experimentan las m¨¢s de 800 personas, la mayor¨ªa gitanos, que malviven en El Vacie. Ella y otras siete mujeres de este barrio marginal estrenar¨¢n este domingo La casa de Bernarda Alba en el TNT Centro Internacional de Investigaci¨®n Teatral, el espacio que ha puesto en marcha Ricardo Iniesta, fundador de la compa?¨ªa Atalaya.
Como no saben leer, las mujeres de El Vacie repiten el texto hasta aprenderlo
El milagro de la visibilidad de las gitanas lo ha obrado Pepa Gamboa, la directora de escena que, desde hace dos meses, ensaya diariamente con ocho actrices que no pueden estudiarse el texto -seis de ellas son analfabetas- pero que compensan sus carencias con entusiasmo, puntualidad y frescas aportaciones. En el reparto figura tambi¨¦n Marga Reyes, una de las actrices de Atalaya que encarna a Poncia, la criada, y que se ha convertido en una especie de maestra de ceremonias que les aporta seguridad a las ne¨®fitas actrices.
"Ella me lo iba diciendo y yo lo repet¨ªa una, dos, cinco veces... hasta que me lo aprend¨ªa. Ahora ya no me cuesta tanto trabajo, pero la primera vez...", cuenta Roc¨ªo en un descanso de los ensayos, mientras sostiene el bast¨®n de Bernarda, s¨ªmbolo de su poder.
"No me interesan ni la visi¨®n de un etn¨®grafo ni la literatura de denuncia, porque ser¨ªa hacer de la miseria un parque tem¨¢tico. Mi trabajo ha sido buscar una verdad teatral desde la convivencia y la imaginaci¨®n. As¨ª podemos ofrecer una verdad m¨¢s sutil, menos expl¨ªcita, y no una mirada de voyeur", asegura Pepa Gamboa, directora de escena conocida por sus trabajos con el flamenco.
"Muchas veces, cuando montas un espect¨¢culo, tienes la sensaci¨®n de hacer una pieza de museo. Sin embargo, esto es un trozo de vida. El proceso ha sido m¨¢gico y estoy encantada. Es una Casa de Bernarda Alba hilvanada desde las acciones", explica Pepa Gamboa, que ha tenido que reinventar el texto de Garc¨ªa Lorca para adaptarlo a la realidad de las nuevas actrices.
A Sandra Ram¨ªrez, de 26 a?os, le encanta interpretar su personaje: Angustias, la mayor y la m¨¢s rica de las cuatro hermanas. Se mueve por el escenario desafiante, segura, quiz¨¢s por saberse rica, aunque sea s¨®lo en la obra. "Aprenderme los textos y sacar la voz ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil, porque yo no s¨¦ leer y lo he cogido de cabeza", explica Sandra, que, una vez terminados los ensayos, deja de ser una rica heredera para convertirse en limpiadora del TNT, un espacio que es como una segunda casa para estas mujeres.
Lole del Campo, Martirio en la ficci¨®n, tiene tambi¨¦n 26 a?os y trabaja de limpiadora en el teatro. "Estoy un poquito nerviosa por el estreno. Ayer hicimos un cachito y vinieron mis ni?os" -tiene tres de ocho, cinco y cuatro a?os- "y les gust¨® mucho", apunta la actriz, la ¨²nica que ha podido leer la obra.
"Es como si Lorca tuviese un pacto con ellas para que el resultado sea real, no una cosa cosm¨¦tica", a?ade Pepa Gamboa, orgullosa de la puntualidad de su equipo. Adem¨¢s de la directora y de Marga Reyes, trabajan en el montaje Silvia Garz¨®n y Jeroni Obrador.
Sonia Joana da Silva, que con 20 a?os es la m¨¢s joven, encarna a la sensual Adela, motor de la tragedia. Ella es de Lisboa, pero desde hace seis a?os vive en El Vacie con su marido, que es chatarrero, y dos ni?os de dos y tres a?os. "Yo nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar de Lorca, pero todo esto me gusta mucho desde que el a?o pasado vine a los talleres de teatro. Me encanta bailar en el escenario, sobre todo cuando salgo con la abuela", comenta la actriz con un suave acento portugu¨¦s.
"Lo que m¨¢s nos ha sorprendido ha sido la disciplina que tienen. Ellas siempre han estado esperando a la directora, algo que no ocurre con los actores profesionales. Aportan ternura, emoci¨®n y humor al texto", asegura Ricardo Iniesta, quien en 2008 recibi¨® el Premio Nacional de Teatro.
La idea de trabajar de una forma profesional con estas mujeres surgi¨® de los talleres de teatro que el TNT ofreci¨® el a?o pasado. "Fueron ellas mismas las que me dijeron que quer¨ªan hacer algo. Yo pens¨¦ inmediatamente en Pepa Gamboa y ella acept¨® el reto y eligi¨® este texto de Lorca. Lo mejor de todo es que no se trata s¨®lo de un tema socialmente interesante, sino tambi¨¦n art¨ªsticamente", afirma Iniesta. La casa de Bernarda Alba cerrar¨¢ la II Muestra Internacional de Teatro de Investigaci¨®n, que se celebra en el TNT desde el 23 de octubre. La obra volver¨¢ a representarse del 20 al 28 de noviembre en Sevilla y el 20 de diciembre iniciar¨¢ en Valladolid una gira por Espa?a.
Babelia
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