Alemania se queda de piedra
El Gobierno de Berl¨ªn exige a GM que presente ya un plan de futuro para Opel
La anulaci¨®n de la venta de Opel por parte de General Motors lleg¨® el martes por sorpresa para todos. El mi¨¦rcoles, los l¨ªderes pol¨ªticos presentaban una imagen de estupefacci¨®n. La canciller Angela Merkel invit¨® el jueves a un grupo de periodistas internacionales. Se pod¨ªa citar libremente, pero la conversaci¨®n deb¨ªa ce?irse al vig¨¦simo aniversario de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Con precauci¨®n, los periodistas preguntaban a sus colaboradores si dir¨ªa algo de Opel: "No". El contratiempo de Opel est¨¢ lejos de resolverse y supone un golpe p¨²blico para el Gobierno. Ahora, la pol¨ªtica alemana pide a la compa?¨ªa que presente su plan de reestructuraci¨®n para la automotriz. Mientras la canciller anunciaba que tratar¨¢ el asunto con el presidente de EE UU, Barack Obama, el ministro de Hacienda, Wolfgang Sch?uble, democristiano como ella, suger¨ªa el jueves por la tarde que Opel pod¨ªa seguir contando con posibles ayudas.
El jefe europeo de GM, Carl-Peter Forster, podr¨ªa ser la primera v¨ªctima
Obama asegur¨® a Merkel que desconoc¨ªa el cambio de planes
El Gobierno sugiere que Opel podr¨¢ seguir contando con ayudas p¨²blicas
Los Estados federados reclaman que todas las plantas sigan abiertas
Antes que nada, GM deber¨¢ devolver los 1.500 millones de euros de cr¨¦dito puente que les concedi¨® el Gobierno cuando Opel iba a ser vendida a Magna. La compa?¨ªa canadiense, apoyada por el banco ruso Sberbank, era la pretendiente favorita del Gobierno alem¨¢n. Seg¨²n public¨® el viernes el diario Neue Presse, de Hannover, Sch?uble planea "proseguir con los esfuerzos para ayudar a los afectados y buscar soluciones". Reconoce Sch?uble que los c¨¢lculos de su predecesor en Hacienda, el socialdem¨®crata Peer Steinbr¨¹ck, "no son equivocados": la quiebra de Opel costar¨ªa al Estado unos 3.000 millones de euros. Asegura Sch?uble que "no se trata de los fondos p¨²blicos, sino de los trabajadores afectados, de las ciudades y de las regiones".
R¨¹sselsheim, en Hesse, es la sede de la central de Opel. Buena parte de la ciudad est¨¢ ocupada por la enorme planta de fabricaci¨®n y los edificios de investigaci¨®n y desarrollo. Una breve visita basta para percatarse del efecto devastador que el cierre de Opel tendr¨ªa sobre toda la regi¨®n. As¨ª, los primeros ministros de los Estados federados donde Opel tiene f¨¢bricas -Turingia, Hesse, Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado- condicionan las ayudas a que todas las f¨¢bricas permanezcan abiertas. El negociador de GM en la cancelada venta de Opel, John Smith, no asegur¨® la pervivencia de las plantas de Bochum y Eisenach, aunque dijo que ten¨ªan buenas perspectivas. No as¨ª la de Amberes, en B¨¦lgica, que cerrar¨¢ probablemente.
La primera v¨ªctima del cambio de planes de General Motors podr¨ªa ser, seg¨²n avanzaban los medios alemanes el viernes, su jefe europeo, Carl-Peter Forster. Se barajaba entonces a Smith como su sucesor. La edici¨®n en Internet del semanario Spiegel mencionaba, en cambio, al ejecutivo Nick Reilly. Sea como sea, las cr¨ªticas de Forster a la anulaci¨®n de la venta no han sentado bien en la central de GM en Detroit. Fritz Henderson, jefe de GM, anunci¨® un cambio "en los pr¨®ximos d¨ªas o semanas" en los puestos ejecutivos de Opel y Vauxall, la marca de Opel en Reino Unido. Tambi¨¦n se hablaba el viernes de que Hans Demant, jefe actual de Opel, podr¨ªa dejar la empresa.
Henderson reconoci¨® en el rotativo neoyorquino The Wall Street Journal que las relaciones de GM con sus trabajadores europeos se han resentido por las largas negociaciones y cambios de parecer de sus ejecutivos: "Hay bastante que mejorar".
La anulaci¨®n de la venta a Magna fue un duro golpe para Merkel, que hab¨ªa celebrado como un triunfo el anuncio del acuerdo el 10 de septiembre. Con las elecciones generales alemanas a la vuelta de la esquina, la situaci¨®n favoreci¨® a los democristianos y sirvi¨® para negociar ayudas. Pasadas ya las elecciones, GM tiene mejores cartas para una nueva negociaci¨®n con el reci¨¦n reelegido partido de Merkel. La empresa necesita 3.000 millones en ayudas para reflotar Opel.
La canciller viaj¨® a principios de semana a Washington, donde se reuni¨® con Obama. El Gobierno alem¨¢n asegura que "no hab¨ªa se?ales" del cambio de opini¨®n en Detroit. Obama dice que tampoco lo conoc¨ªa. A la jefa del Gobierno alem¨¢n no le queda m¨¢s remedio que creerlo. El viernes lo explic¨® as¨ª en el popular diario Bild Zeitung: "La conversaci¨®n con Obama me demostr¨® que ¨¦l tampoco sab¨ªa nada". El caso contrario significar¨ªa una seria afrenta para el Gobierno alem¨¢n y la propia Merkel, que desde el principio de los problemas de Opel se decantaron p¨²blicamente por Magna.
Tambi¨¦n el primer ministro ruso, Vladimir Putin, protest¨® por el nuevo rumbo de General Motors. Advirti¨® Putin que el Gobierno de Rusia "tendr¨¢ en cuenta" el trato de GM a los Gobiernos europeos en sus relaciones futuras con la empresa.
El m¨¢s duro con GM fue el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, el democristiano J¨¹rgen R¨¹ttgers. Para ¨¦l, que se enfrenta a unas disputadas elecciones regionales el pr¨®ximo mes de mayo, GM tiene en Detroit "un chiringuito ca¨®tico". Los estadounidenses, dijo, han tardado en darse cuenta de que "necesitan los buenos coches de Opel". Pide, como el resto de pol¨ªticos alemanes, que presenten lo antes posible el plan de saneamiento de la marca alemana.
Los sindicatos alemanes, adem¨¢s de manifestarse masivamente el jueves, pidieron al Estado que exija garant¨ªas laborales a GM antes de darles dinero. Los comerciantes de la marca Opel, por su parte, rechazan ahora participar en la empresa para contribuir a su salvamento. Cuando se anunci¨® la venta a Magna, la Asociaci¨®n de Comerciantes de Opel Europeos se hab¨ªa mostrado dispuesta a comprar participaciones en Opel por 400 o 500 millones de euros.
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