El compromiso de V¨¢zquez

Lo primero que hizo Antonio V¨¢zquez nada m¨¢s ser nombrado presidente de Iberia el pasado julio fue comprar medio mill¨®n de acciones de la compa?¨ªa. Lo de menos eran los 775.000 euros (a 1,55 euros por acci¨®n) que hab¨ªa invertido para hacerse fuerte. Fue tambi¨¦n una muestra de compromiso con el cargo que acababa de estrenar. V¨¢zquez lleg¨® a Iberia como una soluci¨®n consensuada para sustituir a un devaluado Fernando Conte que hab¨ªa perdido la confianza del principal accionista, Caja Madrid y, sobre todo, de British Airways, con quien negociaba la alianza que ahora parece llegar a buen puerto.

V¨¢zquez, que en enero de 2008 hab¨ªa abandonado Altadis tras venderla a buen precio (12.800 millones de euros) a Imperial Tobacco para tomarse un periodo sab¨¢tico, acept¨® la oferta con ganas. Este cordob¨¦s de 57 a?os, que necesita dormir pocas horas, no perdi¨® el sue?o con el reto. Acostumbrado a negociar con brit¨¢nicos, en seguida reemprendi¨® los contactos casi como quien se fuma un puro, a lo que acostumbra desde primera hora.

Hombre vitalista, pulcro, siempre con el pelo engominado y la corbata ajustada al cuello, amante de la m¨²sica cl¨¢sica y del deporte, de trato afable y cercano, de sonrisa f¨¢cil, se deja querer. Facilita el trabajo en equipo, lo que explica que C¨¦sar Alierta le incluyera en su grupo ejecutivo cuando recibi¨® el encargo de reordenar y privatizar la antigua Tabacalera, a la que V¨¢zquez se hab¨ªa incorporado en 1978 tras pasar por Osborne.

En esa etapa se form¨® en gesti¨®n internacional de altos vuelos, que posteriormente le ha venido al pelo para guiar los mandos de Iberia. Y cuando Pablo Isla sustituy¨® a Alierta en 2001 fue uno de sus apoyos vitales. En 2005 le tocar¨ªa a ¨¦l tomar las riendas. Y no fue f¨¢cil. Tuvo que pugnar con las marcas de bajo precio, tres subidas de impuestos en seis meses, la ley antitabaco y la guerra de precios a la baja con Philips Morris.