La idea de un lugar

La investigaci¨®n cient¨ªfica no se ci?e s¨®lo al trabajo realizado en laboratorios de experimentaci¨®n dotados de costos¨ªsimos aparatos cuyos resultados se manifiestan en abstrusas teor¨ªas y cr¨ªpticas f¨®rmulas de dif¨ªcil comprensi¨®n para el profano. La investigaci¨®n es el trabajo silencioso y abnegado de estudiar y describir, ordenar e interpretar objetos patrimoniales, como los fondos de estampas y dibujos de la Biblioteca Nacional. Este tipo de trabajo, que reclama mucho tiempo y dedicaci¨®n, se manifiesta, por el contrario, en espl¨¦ndidas, sorprendentes e instructivas exposiciones, como la que ahora se presenta de dibujos de arquitectura del XVIII, cuyas piezas provienen de las colecciones de la instituci¨®n, as¨ª como en la edici¨®n de un cat¨¢logo con descripciones y comentarios de todas las piezas expuestas.

Todo el mundo entiende que la arquitectura se encuentra en las construcciones que poseen magnificencia, buena presencia f¨ªsica y car¨¢cter significativo, pero antes de llegar a construirse estos edificios la arquitectura fue s¨®lo "idea" que se manifest¨® a trav¨¦s de esbozos, dibujos y estampas por medio de los cuales va cobrando visibilidad. La actual exposici¨®n, exquisitamente montada, muestra no s¨®lo espl¨¦ndidos dibujos que en s¨ª mismos se pueden contemplar como obras de arte aut¨®nomas, dada su calidad gr¨¢fica, sino que ayuda a explicar la metamorfosis que tuvieron que experimentar los arquitectos espa?oles para pasar del estilo tardobarroco al neoclasicismo.

Efectivamente, en esta exposici¨®n se puede ver, por cap¨ªtulos ordenados de forma hist¨®rica y tem¨¢tica, la "manera hisp¨¢nica" de continuar el barroco a principios del siglo XVIII frente a las tradiciones italiana y francesa. A continuaci¨®n, el cosmopolitismo de las cortes europeas, con especial hincapi¨¦ en una gran colecci¨®n de planos realizados para proyectar el nuevo palacio real de Madrid. Sigue la muestra presentando la interpretaci¨®n que hicieron los arquitectos espa?oles de las ruinas de Roma y la forma en que se adaptaron los modelos de la Antig¨¹edad desde los que se inici¨® el neoclasicismo, para continuar con el papel pol¨ªtico que tuvieron los "reales sitios" durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, mostrando el descubrimiento del territorio y las primeras planificaciones de obras p¨²blicas; para acabar con las interpretaciones del clasicismo en Espa?a que condujeron a la fundaci¨®n de la Academia, cuya consecuencia fue la adopci¨®n de normas y la edici¨®n de libros.

Pero, tal vez, lo m¨¢s importante de esta exposici¨®n es que permite al espectador deleitarse contemplando los diferentes procedimientos expresivos que dominaron la arquitectura del siglo XVIII, las distintas maneras de plantear cada estado de la idea y de representar las etapas del proyecto. De esta manera, como har¨ªa la arqueolog¨ªa, a trav¨¦s de los restos gr¨¢ficos conservados en la Biblioteca Nacional se puede empezar a comprender c¨®mo surg¨ªa el proceso de ideaci¨®n arquitect¨®nica y c¨®mo se imaginaban las formas, tanto las que estaban destinadas a ser construidas como aquellas que premeditadamente carecen de finalidad pr¨¢ctica, bien porque se planteaban como estudios compositivos, como ensayos de imaginaci¨®n ut¨®pica o porque pretend¨ªan cubrir una funci¨®n normativa o formativa. Aqu¨ª se pueden ver desde amplios desarrollos monumentales hasta apuntes tomados en un instante, desde proyectos completamente elaborados hasta detalles ornamentales. El conjunto muestra no s¨®lo una amplia variedad de t¨¦cnicas y procedimientos gr¨¢ficos sino una insospechada libertad expresiva e ideol¨®gica que va m¨¢s all¨¢ de la mera interpretaci¨®n personal de las normas al uso en cada momento.