Los juzgados reciben dos denuncias al d¨ªa por ocupaciones ilegales
Los desalojos se ejecutan en unos tres meses, seg¨²n datos del decanato
A los juzgados de instrucci¨®n de Barcelona llegan una media diaria de casi dos denuncias por presuntos delitos de usurpaci¨®n. El a?o pasado se abrieron 623 diligencias previas por ocupaciones ilegales de viviendas y locales de toda clase. De esas denuncias, s¨®lo 33 se tramitaron por v¨ªa penal, al considerar que exist¨ªan indicios de delito. La usurpaci¨®n fue incluida en el C¨®digo Penal para agilizar la expulsi¨®n de los ocupantes ya que, hasta entonces, los leg¨ªtimos propietarios s¨®lo pod¨ªan acudir a la v¨ªa civil, a trav¨¦s del desahucio.
Usurpar es ocupar un inmueble sin autorizaci¨®n del titular, o permanecer en ¨¦l contra su voluntad. Este delito est¨¢ castigado con una pena de multa de tres a seis meses y se refiere, sobre todo, a inmuebles "que no constituyan morada". Su incorporaci¨®n complement¨®, as¨ª, al delito de allanamiento de morada. En el caso del matrimonio formado por Josep Medi?¨¤ y Antonia, que lleva 16 meses con varios intrusos en su piso del Raval, los Mossos d'Esquadra iniciaron diligencias por un presunto delito de usurpaci¨®n.
S¨®lo 33 procesos fueron tramitados por v¨ªa penal en 2008
Como ocurre en la mayor¨ªa de denuncias que llegan a los juzgados de instrucci¨®n por usurpaci¨®n, el titular del n¨²mero 13 de Barcelona sobresey¨® el caso (al apreciar contradicciones en las declaraciones de los testigos a la polic¨ªa) y dej¨® abierta la v¨ªa civil.
El proceso judicial no tiene por qu¨¦ ser tan penoso como el que sufren Josep, de profesi¨®n alba?il, y su mujer, dependienta. La v¨ªctima suele acudir primero a la polic¨ªa, indignada porque alguien ha violentado su propiedad. Los agentes instan al denunciante a acudir al juzgado y le aconsejan abstenerse de cualquier acci¨®n por su cuenta. Al menos, de forma oficial. Fuentes policiales y judiciales admiten que cierta picard¨ªa -por ejemplo, entrar a la vivienda cuando los intrusos se van, ya que despu¨¦s ¨¦stos no tienen nada que reclamar- puede ahorrar meses de angustia. Aunque conlleva riesgos. En algunos casos, los propietarios llegan a un acuerdo econ¨®mico o buscan soluciones fuera de la ley, como contratar a grupos de matones, seg¨²n fuentes policiales.
Hay ocupaciones para todos los gustos. Desde las que protagoniza el colectivo okupa -que reivindica espacios de autogesti¨®n y se instala, por norma, en inmuebles vac¨ªos- hasta las familias que buscan un techo donde refugiarse, pasando por delincuentes que pretenden extorsionar al propietario o realquilar el bot¨ªn..
La polic¨ªa, en cualquier caso, no puede entrar sin m¨¢s en el piso. Necesita una orden judicial. La denuncia llega al juzgado de guardia y ¨¦ste suele indicar a los agentes que inspeccionen la vivienda para comprobar. Si los ocupantes se marchan de forma voluntaria, el proceso termina ah¨ª.
Si se resisten a abandonar la casa, en cambio, el juez puede decidir expulsarles. Incluso ese mismo d¨ªa. "Eso s¨ª, la persona tiene que presentarse con todo: los documentos que acreditan que es su vivienda, y si me apuras una foto de los invitados que cenaron en casa la noche anterior", bromean fuentes judiciales. En cualquier caso, y cuando el juez lo tiene claro, no debe tardar m¨¢s que d¨ªas o semanas.
Cuando no est¨¢ claro que haya delito, queda la v¨ªa civil. En Barcelona, los procesos de desahucio en precario se suelen resolver en tres meses, seg¨²n datos del decanato de Barcelona. Eso siempre que no haya complicaciones o recursos, como en el caso del matrimonio del Raval. En la v¨ªa civil, se trata de dilucidar qui¨¦n tiene derecho al inmueble. Y aqu¨ª, el C¨®digo Civil prev¨¦ entre otras cosas que el propietario puede perder la posesi¨®n "por la posesi¨®n de otro", aun contra su voluntad, cuando el intruso lleve m¨¢s de un a?o instalado en la casa.
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