Luberon, donde Petrarca enloqueci¨® de amor
Este rinc¨®n del sur de Francia inspir¨® a Camus y a Ren¨¦ Char. Y fue refugio de Sade y Beckett. Cinco apuntes provenzales
En ¨¦poca de confusi¨®n de valores y turismo impulsivo, a menudo es ventajoso apostar por lo seguro. As¨ª, la luminosidad de la Provenza francesa aflora como un enigma que apetece descifrar. Ideal para rutas tem¨¢ticas, faro para viajeros gastron¨®micos, eterno refugio de intelectuales y ejemplo de conservaci¨®n de patrimonio en el que vale la pena ejercitarse.
Es el momento de escaparse unos d¨ªas, subirse al coche, bordear, saborear y perderse en el entorno del macizo de Luberon, a medio camino entre los Alpes y el Mediterr¨¢neo. Una comarca monta?osa, de horizontes radiantes, que tiene el aroma y el color de la lavanda y que pone en relieve tesoros de una Provenza al alcance de todos.
01 L'ISLE SUR LA SORGUE
No se tarda nada en descubrir que esta localidad vio nacer al poeta Ren¨¦ Char (1907-1988). Hoy, su casa tambi¨¦n es museo de arte contempor¨¢neo. Uno de los pisos expone manuscritos, mesa de trabajo, audiovisuales y documentaci¨®n. Aunque la inspiraci¨®n est¨¦ pasada de moda y Ren¨¦ Char empezara siendo surrealista, es una casa que invita a las musas. Desde aqu¨ª inici¨® su intenso periplo por la vida y una producci¨®n literaria personal, comprometida con la dignidad del hombre. Durante la ocupaci¨®n alemana se uni¨® a la Resistencia. En la guerra aprendi¨® "a amar ferozmente" a sus semejantes, para despu¨¦s recluirse en un mundo po¨¦tico propio, de delicada imaginer¨ªa, carism¨¢tico y sensual.
Tintoreros y poes¨ªa
Se dice que el poeta gustaba de tener el Mont Ventoux en su punto de mira, como si para corregir tuviera que medirse con un macizo m¨¢s grande que ¨¦l. Puede que aqu¨ª escribiera los versos de El refugio maltratado: "Siempre me ha gustado la proximidad, sobre un camino de tierra, de un hilillo de agua ca¨ªda del cielo que viene y va persigui¨¦ndose a s¨ª mismo, y la tierna torpeza de la hierba mediana a la que una carga de piedras detiene,igual que un rev¨¦s oscuro pone fin al pensamiento".
L'Isle-sur-la-Sorgue flota rodeada de un agua que habla de un pasado de tintoreros y curtidores. Hoy, canales y bistrots hacen que sea carne para turistas que juegan a confundirla con Venecia y llaman a sus g¨®ndolas noie chiens (ahoga perros). Tambi¨¦n es el para¨ªso de los anticuarios, para todos los gustos y en todas las calles. Hay arte contempor¨¢neo en Espace Libre Ounouh (Rue Carnot, 51). Los fans de la moda vintage no descartar¨¢n la entrada en Troc'Styl (Rue Moli¨¨re, 1). Tampoco conviene perderse la terraza de Le Caf¨¦ de France (plaza de la Libert¨¦), que pone un toque bohemio frente a la fachada de la colegiata de Notre Dame des Anges.
Aqu¨ª veranean dos de los cantantes m¨¢s codiciados de Francia, Renaud y Patrick Bruel. No es probable que vayan a tocar un rock and roll a la plaza del pueblo, pero los fetichistas pueden preparar la c¨¢mara.
02 FONTAINE DE VAUCLUSE
Pasiones plat¨®nicas
Siguiendo la D 25, bordeando la rivi¨¨re (el r¨ªo Sorgue), contando viejos molinos como elementos esenciales de la Provenza, llegamos a Fontaine de Vaucluse: peque?o pueblo de un refinamiento extremo en el que nadie se libra de pagar parking (tres euros, sin l¨ªmite horario). Uno llega a Fontaine de Vaucluse y la raz¨®n se hace l¨ªquida. Le avala una ubicaci¨®n extraordinaria. Un valle en el que se escucha el eco del agua por todas partes. Suscita emociones y logra implicar y mojar al viajero. Un lugar que gestiona de tal modo sus recursos naturales que no sorprende que su transparencia haya atra¨ªdo a poetas, desde Bocaccio hasta Ren¨¦ Char. Pero el que mayor fascinaci¨®n sinti¨® fue Francesco Petrarca (1304-1374). El gran poeta italiano, autor de Il canzionere, se instal¨® en Fontaine de Vaucluse entre 1337 y 1353. Estaba loco por Laura de Noves, a quien vio por primera vez en Avignon el 6 de abril de 1327. Petrarca era de los constantes (era italiano). Le escribi¨® 366 poemas de gran pasi¨®n plat¨®nica. Muchos concebidos aqu¨ª, en la rive gauche de la Sorgue, lo que no es extra?o, pues ser¨¢ dif¨ªcil hallar lugar m¨¢s buc¨®lico. Pero ni aun as¨ª bast¨® para que fuera un amor correspondido. Laura no era presa f¨¢cil. Queda claro en este soneto: "Mi loco af¨¢n est¨¢ tan extraviado, / de seguir a la que huye tan resuelta, / y de lazos de amor ligera y suelta, / vuela ante mi correr desalentado...". Si Petrarca levantara la cabeza y descorriera las cortinas, ver¨ªa turistas con sandalias y calcetines y puede que escribiera: "Qu¨¦ dif¨ªcil, se?ora, concentrarse...". Y es que, por momentos, el locus amoenus se hace Gran V¨ªa en hora punta.
El Museo Petrarca incluye una colecci¨®n de arte moderno en la que destacan litograf¨ªas de Braque y dibujos de Giacometti, Picasso, Vieira da Silva o Joan Mir¨®. Se pretende vincular las l¨ªneas est¨¦ticas y sentimentales de Petrarca y Ren¨¦ Char y perpetuar la relaci¨®n entre literatura y pintura.
Pero en Fontaine de Vaucluse la protagonista es la fuente que da nombre al pueblo, la m¨¢s caudalosa de Francia, a la que se llega siguiendo la pista del r¨ªo hasta dar con una impresionante barrera rocosa. Un enclave de culto que conquista a la multitud: 630 millones de metros c¨²bicos de caudal medio por a?o. M¨¢s de uno imagina los desbordes que suelen llegar en oto?o y primavera, un escalofr¨ªo le hace guardar la c¨¢mara y poner rumbo al antiguo molino de papel (www.vallis-clausa.com), antes de despedirse empapado de calma.
03 GORDES
Para llegar a Gordes se recomienda tomar la Route Turistique, porque se trata de una carretera secundaria que atraviesa un espl¨¦ndido paisaje provenzal. Vi?as, encinas, robles, olivos y cantos de cigarras dotan de resonancia y coloraci¨®n las virtudes del Luberon.
El caf¨¦ La Renaissance
Una se?al indica que llegamos a un pueblo clasificado entre los m¨¢s bellos de Francia. Gordes es un encanto, pero es m¨¢s encanto todav¨ªa si se visita fuera de temporada. Quien vaya un d¨ªa festivo constatar¨¢ esta afirmaci¨®n. En cualquier caso, es uno de esos lugares que vinculan lo vivido con lo imaginado. Su riqueza patrimonial y la presencia de artistas como Chagall, Vasar¨¦ly o Willy Ronis han contribuido a dar un renombre internacional a este prodigioso rinc¨®n de la Provenza.
El castillo de Gordes (del siglo XI) da personalidad a un centro hist¨®rico que interact¨²a con el viajero calle arriba y calle abajo. Desde 1997 acoge la obra del pintor belga Pol Mara.
Si hay algo que no puede descuidarse en Gordes bajo ning¨²n pretexto es el caf¨¦ La Renaissance. Un bar chapado a la antigua, tambi¨¦n llamado cercle republicain, con mesa de billar y terraza impagable. Este mirador asoma al viajero a unas perspectivas y juegos de luz infinitos, a las casas suspendidas y enmara?adas entre la vegetaci¨®n de un pueblo alzado sobre la extremidad de la meseta de Vaucluse, dominando el valle de Cavalon frente al Luberon. Es el espacio ideal para comprobar c¨®mo resplandece la piedra con la que est¨¢ construida Gordes cuando el sol se encapricha con ella.
Pero quiz¨¢ lo m¨¢s espectacular de Gordes lo encontramos en sus alrededores. Porque a cuatro kil¨®metros, direcci¨®n Venasque, espera la abad¨ªa de S¨¦nanque. Construcci¨®n cisterciense del siglo XII, austera, emplazada en un lugar imposible, que sorprende y serena al mismo tiempo. Vale la pena visitarla y meditar en su refectorio, sala capitular, claustro e iglesia. ?Pero esto no lo hab¨ªamos visto antes? Por supuesto, estamos ante la portada de todas las gu¨ªas de Provenza y la postal estrella. Y es que a los pies de la abad¨ªa se despliega un campo de lavanda de lo m¨¢s espectacular. Es hora de entretenerse con la c¨¢mara sin verg¨¹enza, claro que s¨ª, pues no es f¨¢cil encontrar un lugar donde confluyan de modo tan perfecto lo natural y lo espiritual.
04 LACOSTE Y BONNIEUX
Para dejar atr¨¢s iglesias, monjas y meditaciones, nada como recordar al marqu¨¦s de Sade. Un hombre que no estaba falto de pericia. En 1774, cuando sus textos sembraban el p¨¢nico en las altas esferas de Par¨ªs y la sombra de una amenaza de muerte se cern¨ªa sobre ¨¦l, escogi¨® esconderse para ponerse a salvo de sus difamadores. ?Ad¨®nde fue? A Lacoste, otro pueblo encaramado en una monta?a, otra joya del Petit Luberon cuyo castillo era propiedad del abuelo del marqu¨¦s. En ¨¦l se encerr¨® y no lo encontraron. Una escultura de Louis Malachier muestra hoy la cabeza del divino marqu¨¦s entre rejas, con los brazos por fuera de la jaula, para recordar a este enemigo de las buenas costumbres.
El secreto de Ridley Scott y el marqu¨¦s de Sade
Lacoste se sit¨²a en el coraz¨®n del parque natural regional del Luberon. La Rue Calad¨¦e busca al castillo dejando atr¨¢s portales y fachadas medievales. La Rue du Tour hace lo propio con la Place de la Mairie, hasta que aparece el caf¨¦ de France, ideal para un descanso.
Lacoste es un pueblo tan sensual que no sorprende que el castillo hoy d¨ªa pertenezca a Pierre Cardin, ilustre veraneante. Desde all¨ª se tienen las mejores vistas del Mont Ventoux y otros tesoros cercanos como Bonnieux, tambi¨¦n fort¨ªn del star system. Ridley Scott dir¨ªa que es un paisaje de cine. Aqu¨ª y en Gordes encontr¨® localizaciones para su pel¨ªcula Un buen a?o (2006), historia de amor entre vi?edos protagonizada por Russell Crown, basada en el best-seller de Meter Mayle Un a?o en Provenza. El silencio, el sol, la piedra y el bosque de cedros que lo rodea consiguen que sea complicado encontrar mejor opci¨®n que Lacoste para recibir una herencia y entregarse de una vez por todas a la vie de ch?teau. Ni una sola construcci¨®n de m¨¢s. Ni un desliz arquitect¨®nico pone en tela de juicio una homogeneidad est¨¦tica envidiable. No habr¨¢ viajero que no se vaya pensando en volver.
05 ROUSSILLON
A medida que el visitante se acerca a Roussillon va percibiendo una gama de ocres que se ponen de acuerdo para crear un conjunto que capta su curiosidad. Es el color de sus edificios y de sus monta?as. Todos los matices del amarillo al rojo se expanden aqu¨ª esmaltando el atardecer.
C¨®ctel de ocres para Samuel Beckett
El mayor atractivo de Roussillon es su Sentier des Ocres, un recorrido por un terreno muy bien conservado. Hay que reconocer el poder de seducci¨®n que ejerce la arenisca rojiza de las colinas combinada con el verde de los pinos. Tanta autenticidad le lleva a colocarse entre los pueblos m¨¢s visitados. Roussillon no renuncia a la coqueter¨ªa, se impregna de reflejos y constituye un c¨®ctel de ocres irresistible para viajeros de todas las edades.
Es probable que usted ya haya o¨ªdo hablar de Roussillon. Haga memoria, un poco de ejercicio mnemot¨¦cnico y voil¨¤: en una escena de Esperando a Godot, de Samuel Beckett, Vladimir dice a Estrag¨®n: "Hemos estado juntos en Vaucluse, pondr¨ªa mi mano en el fuego. Estuvimos vendimiando en casa de un tal Bonnelly, en Roussillon". Y es que en Roussillon, durante la II Guerra Mundial, se refugi¨® Beckett. El premio Nobel irland¨¦s huy¨® de la Gestapo en 1945. La estancia en Roussillon le marc¨® y le proporcion¨® salud e inspiraci¨®n.
A las ocho de la tarde, cuando el sol se desangra, estamos en el lugar y el momento adecuados para recordar unos versos de El semblante nupcial, de Ren¨¦ Char, libres, minuciosos, pegados a la tierra: "En el ayer, la mica del duelo sobre tu rostro. Vidrio inextinguible: mi respiraci¨®n alcanzaba ya la amistad de tu herida, armaba tu realeza inaparente, y de los labios de la niebla descendi¨® nuestro placer de un umbral de dunas, y de un techo de bronce". ?Alguien afina m¨¢s?
? Use Lahoz es autor de la novela Los Baldrich (Alfaguara).
M¨¢s informaci¨®n en la Gu¨ªa de Francia
GU?A
C¨®mo ir
? La cordillera monta?osa del Luberon se encuentra al sur de Francia, al este de Avi?¨®n. La distancia desde esta ciudad hasta Gordes es de unos 50 kil¨®metros en coche.
Visitas
? Maison Ren¨¦ Char (www.maison-renechar.fr). 20, Rue du Docteur Tallet. L'Isle sur laSorgue. Martes a domingo, de 10.00 a 13.00 y de 14.00 a 17.30. Entrada, 6,30 euros.
? Museo-Biblioteca Petrarca (00 33 490 20 37 20). Rive Gauche de la Sorgue. Fontaine de Vaucluse. Precio de entrada, 3,50 euros.
? Abad¨ªa de S¨¦nanque (www.senanque.fr). Cerca de Gordes. Hasta finales de enero s¨®lo abre por las tardes (de 14.50 a 16.20). Precio de entrada, 7 euros.
Informaci¨®n
? Regi¨®n de Luberon (www.luberon-en-provence.com).
? Informaci¨®n tur¨ªstica de L'Isle sur la Sorgue y de Fontaine de Vaucluse en www.oti-delasorgue.fr.
? Turismo de Gordes (www.gordes-village.com; 00 33 490 72 02 75).
? Turismo de Lacoste (00 33 490 06 11 36).
? Turismo de Roussillon (www.roussillon-provence.com; 00 33 490 05 60 25).
? Parque natural regional del Luberon (00 33 490 04 42 00; www.parcduluberon.fr).
? Turismo de Francia en Espa?a (www.franceguide.com; 807 11 71 81).
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