Las luces de Lourmarin
Teniendo en cuenta la trayectoria literaria y vital de Ren¨¦ Char, podemos considerarlo un poeta de los m¨¢rgenes, paradigma de vida intensa y coherente. De tanta obra, uno nunca acaba de conocerlo, y por m¨¢s que lo leamos siempre ser¨¢ un poco oculto. Si echamos un vistazo a su biograf¨ªa, descubrimos un poeta que se tom¨® muy en serio eso de ser uno mismo. Tambi¨¦n supo siempre de d¨®nde ven¨ªa y mantuvo intacta la fascinaci¨®n por L'Isle sur la Sorgue, la tierra de su infancia.
A los 22 a?os visit¨® Par¨ªs y se vincul¨® con el grupo de los surrealistas. Se hizo amigo de Louis Aragon, Andr¨¦ Breton, Ren¨¦ Crevel, y en 1930 lleg¨® a firmar con ellos el Segundo manifiesto surrealista. Pero en 1938 public¨® Afuera la noche es gobernada, libro con el que puso punto final a su periodo surrealista, como si intuyera que su vida iba a ser m¨¢s surrealista que nunca. Porque un a?o despu¨¦s, tras la invasi¨®n de Polonia por parte de los alemanes, Char fue enviado a luchar con un regimiento a Alsacia. En 1939 se uni¨® a la Resistencia con el nombre Capit¨¢n Alexandre, una experiencia que le marcar¨¢ de por vida y que se ver¨¢ reflejada en uno de sus mejores libros: Las hojas de Hipnos, publicado en 1946. Poemario de prosas po¨¦ticas enemigas de los totalitarismos. Enfrentarse a su lectura es ponerse delante de un buf¨¦ libre de primera. Como un chef, Char va preparando exquisitos platos de un men¨² degustaci¨®n que pone en tela de juicio la condici¨®n humana.
En casa de Camus
"A todas las comidas hechas en com¨²n invitamos a la libertad a sentarse. El sitio permanece vac¨ªo, pero el cuchillo sigue puesto". Char le dedic¨® estos versos a su gran amigo Albert Camus, a quien conoci¨® ese mismo a?o 1946. Siempre defensor de su territorio, Ren¨¦ Char se trajo al autor de Cal¨ªgula a la Provenza. Le ense?¨® L'Isle sur la Sorgue y dem¨¢s maravillas de la zona. Bast¨® ese viaje para que Camus buscara casa cerca del Mont Ventoux. Tard¨® en tenerla, pero en cuanto le dieron el Nobel la compr¨® en Lourmarin, otra joya del Luberon, apenas a 30 kil¨®metros de L'Isle sur la Sorgue. No todo es casualidad.
Para los camusianos es obligado visitar su casa, situada en la calle que lleva su nombre, en la que sigue viviendo su hija Catherine. La sensibilidad de Camus se prend¨® del sol provenzal y de este pueblo, por el que sol¨ªa caminar hasta el castillo. Quiso quedarse para siempre, pues aqu¨ª encontr¨® la luz de su Argelia natal, los colores de su infancia. S¨®lo lo disfrut¨® dos a?os. Le dio tiempo de empezar El primer hombre, pero no de terminarlo. A dos pasos de su casa se halla el cementerio donde est¨¢ enterrado, cuya tumba es lugar de culto para los amantes de uno de los autores m¨¢s visionarios y luminosos del siglo XX.
Prueba de la pasi¨®n que los dos ten¨ªan por la regi¨®n, Ren¨¦ Char lleg¨® a marcar una ruta sentimental por ella que Albert Camus fue escribiendo y pasando a limpio. Las fotograf¨ªas corrieron a cargo de Henriette Grindat. A seis manos volcaron su entusiasmo en un libro para la posteridad titulado La posterit¨¦ du soleil (La posteridad del sol). En 2007, Gallimard public¨® el libro Correspondances 1946-1959 el epistolario entre Ren¨¦ Char y Albert Camus, editado por Franck Planeill, donde ambos autores dan cuenta de su fervor provenzal.
El eco del r¨ªo Sorgue
Camus muri¨® en 1960. Ren¨¦ Char sigui¨® publicando libros, desaprobando la indignidad del hombre, sin salir de su mundo po¨¦tico, en el que siempre se oye el eco del r¨ªo Sorgue. "R¨ªo del coraz¨®n jam¨¢s destruido en este mundo loco de prisi¨®n. Prot¨¦genos violento y amigo de las abejas del horizonte".
Ren¨¦ Char muri¨® en Par¨ªs en 1988, y entre los m¨¢rgenes de sus c¨¦lebres aforismos dej¨® ¨¦ste: "El rel¨¢mpago me conserva. La poes¨ªa me robar¨¢ de la muerte".
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