La Liga de Robben Island
A mediados de los a?os sesenta, los presos pol¨ªticos del 'apartheid' lograron una gran victoria: jugar al f¨²tbol en la c¨¢rcel
Luchar por jugar al f¨²tbol en la c¨¢rcel m¨¢s famosa del apartheid (segregaci¨®n racial) surafricano, la prisi¨®n de Robben Island, desde donde se divisa Ciudad del Cabo, fue para los presos pol¨ªticos de los a?os sesenta no s¨®lo una manera de sobreponerse al tedio y a la depresi¨®n, sino tambi¨¦n de imponerse a la prohibici¨®n de los guardias, retar al sistema y derrotarlo: jugar¨ªan al f¨²tbol y lo har¨ªan a su manera, de acuerdo con estrictas reglas.
Cuando la presi¨®n internacional oblig¨® al r¨¦gimen racista a ponerse una m¨¢scara de humanidad, los presos vieron recompensada su tenacidad y, organizados en clubes de m¨¢s de 50 miembros, formaron la ya legendaria Asociaci¨®n de F¨²tbol Makana, que durar¨ªa tres d¨¦cadas m¨¢s en el Alcatraz surafricano y se convertir¨ªa en el eje gravitatorio de la vida de los 1400 prisioneros.
La insistente petici¨®n de hacer deporte llev¨® al castigo: sin comida durante dos d¨ªas
Los reclusos metieron de tapadillo los libros m¨¢s le¨ªdos: un manuel de arbitraje y 'El Capital'
Nelson Mandela, el interno m¨¢s famoso, no jug¨® porque se encontraba aislado
El actual presidente del pa¨ªs y el ministro de Viviendas¨ª participaron en la Liga
Tres a?os cost¨®. De 1964 a 1967, cada fin de semana, en las jornadas de "peticiones y reclamaciones" de la penitenciar¨ªa, un preso lo solicitaba: "Queremos jugar al f¨²tbol". La respuesta, siempre: "No". Los internos jugaban en las celdas "con trapos liados con papeles", explicaba ayer, en la isla, Lizo Sitoto, de 66 a?os (condenado por conspiraci¨®n para derrocar al Gobierno). Pero quer¨ªan jugar de verdad y el reglamento establec¨ªa que los presos ten¨ªan derecho a ejercitarse. Nuevo fin de semana, nueva petici¨®n, nueva negativa. La petici¨®n llev¨® al castigo: sin comida durante dos d¨ªas. No se arredraron: fin de semana, nueva petici¨®n, nueva negativa y nuevo ayuno, que se hac¨ªa por turnos. No faltaban voluntarios pese a que el rancho ya era escaso y el trabajo en la isla terrible: en la cantera, de sol a sol.
S¨®lo la intervenci¨®n del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja y la presi¨®n internacional sobre el apartheid acab¨® con el duelo entre guardias y presos. Para suavizar su imagen, el sistema permiti¨® el juego, los s¨¢bados, media hora: "Los artesanos de la c¨¢rcel hicieron una pelota de cuero. Los zapateros usaban botas de mujer a los que cortaban el tac¨®n y pegaban suelas de neum¨¢tico, gordas, para hacer tacos", recuerda Sitoto, que hac¨ªa de portero para uno de los equipos m¨¢s fuertes, el Manong (Buitres). "Yo no sab¨ªa de f¨²tbol, sino de rugby, de coger el bal¨®n con las manos", recuerda. El Manong era el ¨²nico club que no se defin¨ªa por la pertenencia ideol¨®gica al Congreso Nacional Africano, al Congreso Panafricano, a los movimientos de liberaci¨®n de Namibia...
Uno de los principales art¨ªfices de Makana fue Sedick Isaacs (condenado por llevar explosivos), que tambi¨¦n se hizo cargo de la librer¨ªa y de que entraran de tapadillo los dos libros m¨¢s le¨ªdos por los presos: un manual de arbitraje y El Capital. "Por el t¨ªtulo, los guardias se pensaron que iba de dinero", se r¨ªe Isaacs, que puso su empe?o en los clubes tras leer los efectos de los largos periodos en la c¨¢rcel: "pasividad y vac¨ªo mental". Isaacs, enjuto, tambi¨¦n jug¨® de portero (en la Liga inferior, de las tres establecidas seg¨²n la calidad de los jugadores). Este profesor universitario de estad¨ªstica e inform¨¢tica, graduado en psicolog¨ªa y ciencias, fue el responsable de las bases de la asociaci¨®n, de la creaci¨®n de comit¨¦s disciplinarios, de arbitraje, financieros... "Ten¨ªan que hacer las cosas correctamente", explica Chuck Korr, acad¨¦mico estadounidense que dio en 2007 con los archivos de Makana FA y recopil¨® la historia, de la que se han hecho un libro y una pel¨ªcula.
"Eran encuentros tensos sobre los que se hablaba toda la semana", explica Isaaks; "por ello las reglas ten¨ªan que ser muy precisas, rigurosas, sin vac¨ªos. ?Si hasta hicimos reglas para el juego de llevar una patata con una cucaracha en la boca para lo que llam¨¢bamos Juegos Ol¨ªmpicos!". No es s¨®lo que tuvieran mucho tiempo en la c¨¢rcel. Como presos pol¨ªticos, "todo requer¨ªa debate, consenso". Se formaron hasta nueve clubes con nombres como Gunners (Pistoleros), Rangers, Bucks (Ant¨ªlopes), Dynamo y Black Eagles (?guilas Negras).
Muchos reclusos aprendieron a leer y aritm¨¦tica porque ten¨ªan que llevar las actas de los partidos. El preso m¨¢s famoso, Nelson Mandela, no particip¨®: estaba aislado. Pero el actual presidente del Gobierno, Jacob Zuma, ofici¨® de ¨¢rbitro y jugaba en los Rangers. Otro de los jugadores era el ministro de Vivienda, Tokyo Sexwale, que dijo ayer: "?ramos soldados, luchadores por la libertad, pero todos nos unimos por el f¨²tbol".
Zuma es presidente; Sexwale, ministro; Sitoto, profesor de primaria, tiene una escuela; Isaacs da clases a sus universitarios. Makana es miembro honorario de la FIFA. Y Sur¨¢frica celebra un Mundial de f¨²tbol.
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