Fabricando la islamofobia
La prohibici¨®n de construir alminares indigna a la comunidad musulmana en Suiza - "Crear¨¢ tensiones entre las comunidades", afirma un creyente
"Ser un buen musulm¨¢n, y estar orgulloso de ello, no siempre es f¨¢cil", reza la voz de tono hipn¨®tico ante la asamblea entregada. "Pero respetar nuestra religi¨®n quiere decir tambi¨¦n respetar las leyes del pa¨ªs donde vivimos". Es la plegaria colectiva del viernes en la mezquita de Neuch?tel, en la Suiza francesa. La sala est¨¢ llena de hombres serios que siguen la pr¨¦dica del iman Sifedine Tindil. Este sudan¨¦s comenta: "Hay que transmitir el mensaje de paz y tolerancia del verdadero islam, pues en ning¨²n caso la respuesta a Suiza debe ser violenta".
En esta mezquita no hay minaretes, ni tampoco lujos. Salta a la vista que los m¨¢s de 200 hombres presentes son modestos trabajadores. ?C¨®mo viven estos musulmanes, residentes en uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos, la decisi¨®n de los suizos de prohibir la construcci¨®n de alminares?
La mayor¨ªa de los musulmanes suizos vienen de Albania y de la ex Yugoslavia
"Creemos que esta medida es un bofet¨®n a la legalidad y crear¨¢ tensiones entre comunidades", dice uno de los fieles. "Las diferencias entre nuestras comunidades existen", dice otro, "pero eso no es algo necesariamente negativo para Suiza. M¨¢s bien al contrario, pues nos enriquece a todos".
Aunque el discurso es menos angelical en Ginebra. "Al igual que todos los musulmanes de Suiza, me he levantado el domingo 29 con unos derechos y me fui a dormir esa noche con menos derechos y m¨¢s obligaciones", analiza con tono severo Hafid Ouardiri. Este hombre, presencia habitual en todos los debates sobre la cuesti¨®n isl¨¢mica, es responsable de la Fundaci¨®n para el Conocimiento Mutuo. "Suiza se ha convertido en el gran laboratorio europeo de la islamofobia, y esto puede terminar por despertar a los extremistas", afirma, "pues los que hasta ahora no se atrev¨ªan a alzar la voz contra el islam en Europa, ahora se sienten respaldados".
A pesar de ello, Ouardiri admite que "la comunidad musulmana se da a conocer poco y mal". Pero no se puede extrapolar el discurso de odio que hacen algunos exaltados a todo un colectivo. "Si un pastor protestante o un rabino comete un delito, se le juzga y se le aplica el castigo correspondiente, pero no se castiga a todos los jud¨ªos, o a todos los calvinistas". "Lo que m¨¢s miedo me da", concluye Ouardiri, "es darme cuenta de que los resultados habr¨ªan sido los mismos en toda Europa". Una afirmaci¨®n que puede ser f¨¢cilmente comprobada con la lectura de los principales diarios del continente. Las encuestas arrojan el mismo resultado: Europa no parece sentirse muy a gusto con el islam. En Suiza a¨²n menos, a pesar de la casi absoluta carencia de conflictividad social.
En este pa¨ªs viven 400.000 musulmanes, de los cuales la mayor¨ªa proviene de lo que algunos observadores llaman islam europeo (Turqu¨ªa, Albania y ex Yugoslavia). Pueblos que jam¨¢s han o¨ªdo hablar de la ley isl¨¢mica. De hecho, la frase "se ha creado un problema donde no lo hab¨ªa", aparece en boca de todos los observadores consultados por este diario. ?Por qu¨¦ entonces el resultado del pasado domingo?
A esta pregunta responde desde EE UU por tel¨¦fono Robert Spencer, especialista en temas musulmanes. "Los suizos han hecho algo muy poco habitual: han votado como medida de precauci¨®n, antes de que los problemas ocurran". En su opini¨®n, "los suizos han expresado tambi¨¦n un rechazo a una clase pol¨ªtica a la que acusan de indiferencia hacia los problemas cotidianos".
Spencer pone el acento en "el abismo existente entre la experiencia directa del islam que vive cada d¨ªa el ciudadano corriente y la visi¨®n idealizada de las ¨¦lites pol¨ªticas y medi¨¢ticas". "Es una impresi¨®n correcta", coincide Esther Mamarbachi, productora y presentadora de la televisi¨®n suiza. "La clase pol¨ªtica y los medios intentan racionalizar un tema que es profundamente emocional y ata?e a nuestros miedos m¨¢s profundos como sociedad", dice.
?Los miedos sociales de los suizos se aplican a todos los extranjeros? "Sin duda", afirma Taner Hatipoglu, de la Asociaci¨®n de Organizaciones Isl¨¢micas. Este inform¨¢tico de origen turco recuerda "el rechazo a los inmigrantes espa?oles e italianos en los a?os sesenta". Seg¨²n Hatipoglu, "a pesar de ser cat¨®licos, tampoco los suizos les acogieron con flores".
Por su parte, Hadji Keddoud, vicepresidente de la Asociaci¨®n de Musulmanes Laicos, hace un an¨¢lisis pol¨ªtico de la cuesti¨®n. "Los musulmanes de Suiza somos de los mejor integrados de Europa", comenta, "pero a los partidos pol¨ªticos no les importamos por una sencilla raz¨®n: no votamos". De los 400.000 musulmanes de Suiza, apenas 40.000 son ciudadanos suizos. "Y de entre ellos, s¨®lo un 20% vota", afirma. Keddoud aboga por el laicismo como v¨ªa para salir de esta situaci¨®n.
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