Capitalismo de coraz¨®n
Una aproximaci¨®n a la ¨¦tica empresarial
"Las palabras sinceras no son agradables, las agradables no son sinceras. Las buenas personas no son discutidoras, las discutidoras no son buenas. Las personas sabias no son eruditas, las eruditas no son sabias. El sabio no toma nada para acaparar, cuanto m¨¢s vive para los dem¨¢s, m¨¢s plena es su vida. Cuanto m¨¢s da, m¨¢s nada en la abundancia. La ley del cielo es beneficiar, no perjudicar. La ley del sabio es cumplir su deber, no luchar contra nadie".
Estas palabras de Lao Tse, escritas hace m¨¢s de dos mil a?os, bien ilustran la tarea emprendida por Aldo Olcese con El capitalismo humanista, que afronta con valent¨ªa, profundidad y de una forma m¨¢s sint¨¦tica la l¨ªnea argumental iniciada en sus dos trabajos previos: La responsabilidad social de la empresa. Propuesta para una nueva econom¨ªa de la empresa responsable y sostenible y el Manual de la empresa responsable y sostenible. Digo con valent¨ªa porque, como reconoce Aldo, muchos han disertado sobre RSC y buen gobierno de manera oportunista o bien intencionada, pero con escasa formaci¨®n o experiencia empresarial.
EL CAPITALISMO HUMANISTA
Aldo Olcese Santoja
Editorial Marcial Pons
ISNB 978-84-9768-706-5
Resulta de agradecer una aproximaci¨®n a la ¨¦tica empresarial que, sin perderse en recursos estil¨ªsticos o lugares comunes, aborde de forma pr¨¢ctica y concreta el que se nos antoja como principal reto para las empresas del siglo XXI: ganar dinero y hacer el bien simult¨¢neamente. He disfrutado mucho con la lectura de El capitalismo humanista, aunque no me resulta f¨¢cil describir el libro. No es un libro de ¨¦tica, pero nos sugiere una conducta ante la vida empresarial. No es un libro filos¨®fico, pero su densidad reflexiva es elevada.
Ricardo D¨ªez Hochleitner, presidente de honor del Club de Roma, prologa el libro y pone el dedo en la llaga cuando habla de la empresa como portadora de la justicia y protecci¨®n social, adem¨¢s de la humanizaci¨®n del trabajo, la solidaridad, la cooperaci¨®n, el progreso tecnol¨®gico... Steve Jobs, fundador y primer ejecutivo de Apple, ofrece un buen ejemplo de emprendedor que ha sabido satisfacer las necesidades de los consumidores, mejorar sus comunicaciones e integraci¨®n social, hacerles disfrutar de su ocio, generar miles de puestos de trabajo y, en definitiva, hacer perdurar a su empresa en un sector tan din¨¢mico como competitivo, de acuerdo con la tesis de otro libro excelente cuya lectura es un buen complemento del que hoy comentamos: Built to Last: Successful Habits of Visionary Companies (1997).
El capitalismo humanista comienza con una s¨ªntesis de la responsabilidad social en la empresa para engarzar pronto con el gobierno corporativo, materia en la que el autor est¨¢ particularmente versado, pues fue uno de los representantes del sector privado en el grupo especial de trabajo sobre buen gobierno de las sociedades cotizadas que, en mayo de 2006, elabor¨® el C¨®digo Unificado. En un cierto af¨¢n enciclopedista, dedica un cap¨ªtulo a la empresa familiar y otro a los c¨®digos de conducta. Son dignos de menci¨®n, por su oportunidad did¨¢ctica, los cap¨ªtulos sobre esc¨¢ndalos corporativos y la medici¨®n y valoraci¨®n de la RSE y el buen gobierno.
Dec¨ªa Cristo que "es m¨¢s f¨¢cil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios" (Mateo 19, 24). El "ojo de aguja" era esa puerta peque?a que se pod¨ªa abrir si alguien llegaba a la ciudad amurallada despu¨¦s del atardecer, estando ya cerradas las puertas principales. No trat¨¢ndose de la aguja de coser, como com¨²nmente se piensa, no parece imposible el paso del rico, y desde luego parece poco probable que se recrimine la recompensa econ¨®mica para quien arriesgue su capital, facilita el acceso de las personas al trabajo, fabrica productos o servicios que satisfacen necesidades y, en definitiva, contribuye a que la sociedad sea m¨¢s pr¨®spera, m¨¢s justa y m¨¢s feliz.
El autor nos propone adentrarnos en un nuevo paradigma empresarial, m¨¢s pr¨®ximo a nuestra condici¨®n de seres humanos que de agentes productivos. M¨¢s que una receta para superar la crisis econ¨®mica actual, parece una recomendaci¨®n sensata para evitar tropezar con la misma piedra en el futuro. ?Tendremos la longitud de miras necesaria para llevar esto a efecto? Les propongo que para empezar seamos capaces de poner nuestro granito de arena en nuestro peque?o mundo.
jmn@georgetown.edu
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