El pesimismo nunca cambi¨® nada
Vuelvo de Copenhague. ?Decepci¨®n? Sin duda. ?Fracaso? Matizable. Se ha firmado una declaraci¨®n de intenciones que est¨¢ muy lejos del acuerdo ambicioso, justo y jur¨ªdicamente vinculante que necesitamos, pero, ?qu¨¦ quer¨ªamos? ?Cambiar el mundo en 15 d¨ªas? La trascendencia del texto de partida era enorme, la crisis clim¨¢tica tambi¨¦n es econ¨®mica, alimentaria, energ¨¦tica y de valores. Nos est¨¢bamos jugando enormes intereses econ¨®micos y nuestro futuro como especie. No se pod¨ªa firmar cualquier cosa.
Creo que es mejor lo que ha sucedido que haber firmado un mal acuerdo. Adem¨¢s, ha habido avances muy importantes. Se deber¨ªa haber llegado a objetivos de reducci¨®n de gases y a acuerdos jur¨ªdicamente vinculantes, son fundamentales y urgentes. Pero no nos quedemos ah¨ª, el pesimismo nunca cambi¨® nada.
Lo primero ha sido llegar a un consenso mundial que no exist¨ªa. A pesar de los obst¨¢culos, el proceso ha demostrado la importancia de la ONU como foro democr¨¢tico global de debate, con miles de delegados y observadores garantizando la transparencia de las negociaciones. Y es inevitable que, aunque todos participen, las grandes potencias tengan mayor peso. Al final, todos se han comprometido a impedir un incremento de temperatura superior a dos grados, a reducir las emisiones en el marco de un desarrollo sostenible, a dar recursos a los pa¨ªses pobres para que detengan la deforestaci¨®n, un logro fundamental para proteger la biodiversidad. Adem¨¢s, asumen que habr¨¢ impactos futuros y sus costes. Por fin, la defensa del clima ha unido a todos los pa¨ªses en pro del beneficio com¨²n, acaparando el inter¨¦s de medios de comunicaci¨®n, clase pol¨ªtica y econ¨®mica, en todo el planeta. Si en 1997, en Kioto, s¨®lo estuvo el anfitri¨®n japon¨¦s, en Copenhague todos los grandes l¨ªderes han estado presentes y han dado su palabra al mundo. Ni es poco ni hay vuelta atr¨¢s.
Segundo, la afirmaci¨®n de que "el cambio clim¨¢tico es uno de los m¨¢s grandes desaf¨ªos de nuestro tiempo y que hay que reducir los gases de efecto invernadero para prevenir peligrosas interferencias de origen antropog¨¦nico en el clima" es la aceptaci¨®n definitiva. Pocas recomendaciones cient¨ªficas se han situado entre las prioridades de la agenda pol¨ªtica. Representa el mayor ¨¦xito de la causa verde, de miles de ONG, de los autores de los informes del IPCC y de Al Gore y su "verdad inc¨®moda". Sin sus eficaces llamadas de alerta no estar¨ªamos ahora plante¨¢ndonos c¨®mo salvar el mundo. Esta constataci¨®n debe hacer reflexionar a los que a¨²n se empe?an en negar las evidencias o atacar al mensajero. Este asunto lo debemos solucionar entre todos, sin demora, sin excusas.
Tercero, se ha hablado poco del ineficaz mercado de emisiones y de la necesidad de un cambio de modelo de consumo. Sin embargo, la presencia de grandes corporaciones demuestra que el mercado ve rentable sumarse al cambio, algo fundamental.
Por otra parte, en Klimaforum, la cumbre paralela, p¨²blico y especialistas reclamaban un nuevo paradigma, quer¨ªan cambiarlo todo ya. Pero debemos ser conscientes de que una gran parte de la sociedad a¨²n desconoce o rechaza lo que representa el cambio clim¨¢tico y sin la complicidad de todos el cambio no ser¨¢ posible. Es vital que los Gobiernos informen adecuadamente a sus pueblos. Cuando la gente comprende que el actual sistema deteriora nuestro entorno, limita nuestros recursos y pone en peligro nuestra sociedad, inmediatamente se pregunta ?qu¨¦ puedo hacer para cambiar? Hay que transformarlo todo si queremos que nuestros descendientes tengan oportunidades y un clima amable. Debemos trabajar todos unidos y tomar las medidas adecuadas. Si quieres llegar antes, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompa?ado. Copenhague ha sido un ¨¦xito porque ha puesto las cartas sobre la mesa y todo el planeta ha aceptado jugar. Lo que ocurre es que el juego es estratosf¨¦rico, y tendremos que echar muchas manos para jugarlo bien.
Prep¨¢rense, la pr¨®xima cumbre ser¨¢ la definitiva.
?ngel Cano Garc¨ªa-Hidalgo es responsable de Comunicaci¨®n de The Climate Project Spain.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.