El libro de Juanito
El PP se despidi¨® del agitado a?o 2009 (en su caso no ha sido un motivo menor la trama de corrupci¨®n pol¨ªtico-mafiosa empotrada en sus organizaciones regionales de Valencia y Madrid) con la promulgaci¨®n de un C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas al que deber¨¢n ajustarse sus cargos p¨²blicos y responsables pol¨ªticos. No es la primera vez que los populares bendicen un catecismo de ese tipo. Presionados por el reciente esc¨¢ndalo de financiaci¨®n irregular del caso Naseiro y por el deseo de llegar al poder en la siguiente cita electoral, tambi¨¦n publicaron en 1993 un C¨®digo ?tico pronto ca¨ªdo en el desuso.
El art¨ªculo 6 de la Constituci¨®n de C¨¢diz de 1812 dictaba a todos los espa?oles la obligaci¨®n de amar a la Patria y de ser justos y ben¨¦ficos; m¨¢s modestamente, el partido presidido por Mariano Rajoy se conforma con inculcar a los militantes del PP los valores que deben presidir "el digno ejercicio de la actividad pol¨ªtica". Los principios generales y la carta de compromisos del nuevo documento adoctrinador -completados por los cap¨ªtulos dedicados a los procedimientos de contrataci¨®n del PP con sus proveedores y a la creaci¨®n de un auditor de pr¨¢cticas internas y a una comisi¨®n de seguimiento del C¨®digo- se hallan igualmente en la l¨ªnea de bienintencionadas recomendaciones de la literatura pedag¨®gica al estilo del Libro de Juanito.
El PP se despide de 2009 con un C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas para sus cargos p¨²blicos y responsables pol¨ªticos
Aunque a la luz de pasadas experiencias quepa la sospecha de que este C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas sea ¨²nicamente un homenaje del vicio a la virtud, a nadie da?a que la direcci¨®n del PP recuerde a sus afiliados el deber ser de la pol¨ªtica democr¨¢tica. Resulta probable, sin embargo, que los miembros de las redes mafiosas -al estilo de la trama G¨¹rtel- simbi¨®ticamente enmadradas en el PP se habr¨¢n relamido los labios de gula y chupado golosamente los dedos al saborear la inocencia de las exhortaciones a la honradez y la insuficiencia de las cautelas y de las sanciones para frenar a esos profesionales de la corrupci¨®n. La impunidad pol¨ªtica del presidente de la Generalitat Valenciana y de la Diputaci¨®n Provincial de Castell¨®n es un precedente de mal augurio para los buenos prop¨®sitos de regeneraci¨®n.
Se echa de menos en el C¨®digo alguna alusi¨®n a la financiaci¨®n ilegal de los partidos, la cabeza de la tenia de la corrupci¨®n pol¨ªtica que se reproduce a trav¨¦s de las recalificaciones de terrenos, las licencias de obras y los concursos p¨²blicos de los municipios y comunidades controlados con mayor¨ªa absoluta por el PP (o por otros partidos). Cabe esperar, por lo dem¨¢s, que el llamamiento a la reducci¨®n de los gastos de protocolo y de publicidad tenga una aplicaci¨®n inmediata en lo que respecta a las inauguraciones, primeras piedras, verbenas, procesiones, actos de caridad y visiteos varios que tanto han prodigado durante sus mandatos Esperanza Aguirre y Francisco Camps como presidentes auton¨®micos de Madrid y Valencia en beneficio ¨²ltimo de la trama G¨¹rtel encargada de preparar los festejos.
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