Ni el ministro que lo pari¨®
El almac¨¦n nuclear no lo quiere cerca ni el ministro que lo pari¨®. El 27 de julio de 2006, la prensa public¨® a toda p¨¢gina un anuncio en el que el Ministerio de Industria ped¨ªa ayuntamientos candidatos para albergar todos los residuos radiactivos de Espa?a. El anuncio, ilustrado de forma incomprensible con un girasol, destacaba en negrita: "Este proyecto conllevar¨¢ un beneficio econ¨®mico para la zona en que se ubique". Citaba los 700 millones de inversi¨®n, los 300 empleos y la compensaci¨®n millonaria a los ayuntamientos. Aunque mencionaba una vez a las comunidades, el anuncio iba dirigido a los municipios, entre los que ped¨ªa voluntarios. El ministro de Industria en esa fecha era Jos¨¦ Montilla, hoy presidente de la Generalitat de Catalu?a.
Desde Industria, Montilla pidi¨® en 2006 pueblos candidatos al silo, pero no lo quiere en Tarragona
Pero el padre de la criatura no piensa que este sea un buen negocio para Catalu?a, como desvel¨® ayer en Antena 3: "Yo no quiero un almac¨¦n nuclear en Asc¨®, seguramente por razones diferentes de las de algunas personas que he escuchado y que se han pronunciado estos d¨ªas. Espa?a necesita un ATC [Almac¨¦n Temporal Centralizado] donde depositar los residuos que producen las centrales nucleares, que en este momento est¨¢n alojados en cada una de las centrales. Eso es as¨ª y funciona en otros pa¨ªses de Europa. Ahora bien, ?d¨®nde se debe ubicar? Donde haya un cierto consenso social y territorial y esto no se da en Catalu?a".
Quiz¨¢ Montilla pensaba en una zona despoblada con menor capacidad de movilizaci¨®n, tal vez Soria, pero por supuesto no se trataba de que fueran a Tarragona. En la provincia ya hay tres reactores nucleares y una central clausurada. Pero, sobre todo, hab¨ªa dos ayuntamientos -Asc¨® y Tivissa- dispuestos a pedir el almac¨¦n nuclear. S¨®lo queda Asc¨®, gobernado por CiU con el apoyo de un concejal socialista, y que anoche aseguraban seguir firmes en su idea de votar a favor de la instalaci¨®n. El PSC ha dado libertad de voto a su edil.
La oposici¨®n de Montilla se convierte en un gran argumento ecologista. "Esto da la puntilla a la b¨²squeda de un emplazamiento. Si ni Montilla lo quiere, ?qui¨¦n lo va a pedir? Este proceso est¨¢ muerto por ser muy poco democr¨¢tico", afirma Carlos Bravo, de Greenpeace.
El presidente catal¨¢n se ha situado al nivel del presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, y de la secretaria general del PP y l¨ªder en esa comunidad, Dolores de Cospedal. Como Barreda, se opone a un proyecto del Gobierno aunque sea socialista. Lo hace, eso s¨ª, con mucha menor beligerancia, casi con la boca peque?a. La segunda apoya el almac¨¦n nuclear como secretaria general del PP pero expedienta al alcalde popular de Guadalajara que lo ha pedido, en una contradicci¨®n que recuerda a la de Montilla como ministro convertido en presidente auton¨®mico.
Los municipios nucleares replicaron al presidente catal¨¢n. "Las centrales catalanas ya tienen 1.000 toneladas de residuos radiactivos. ?D¨®nde estaba la Generalitat cuando las nucleares ampliaron las piscinas que guardan el combustible gastado?", afirm¨® el gerente de la Asociaci¨®n de Municipios en ?reas Nucleares, Marino Vila.
Que Espa?a no tenga un ¨²nico almac¨¦n de residuos radiactivos no quiere decir que no tenga desechos at¨®micos, con actividad durante miles de a?os. Ni siquiera significa que no haya almacenes nucleares. En Trillo, Guadalajara, hay uno cubierto y en Zorita, en la misma provincia, uno al aire libre. Los presupuestos de este a?o incluyen una partida para un almac¨¦n en Asc¨® con los bidones al aire libre,, ya que la piscina de la central se satura en 2014. Si no se construye un ¨²nico almac¨¦n habr¨¢ que levantar uno en cada central, algo que, seg¨²n el Gobierno, es mucho m¨¢s caro y peligroso.
?D¨®nde deber¨ªa ir ese ¨²nico almac¨¦n nuclear? Montilla, Barreda y Cospedal coinciden en que a una zona no nuclear. "Catalu?a tiene actualmente centrales que producen m¨¢s del 40% de la energ¨ªa nuclear de toda Espa?a. No s¨®lo consumimos energ¨ªa sino que la producimos. Conviene tambi¨¦n que otros territorios que s¨®lo son consumidores de energ¨ªa y que no tienen instalaciones de este tipo las puedan tener por eso de la cohesi¨®n y la solidaridad que siempre se habla", explic¨® Montilla.
El problema es que conseguir en s¨®lo unos d¨ªas que los vecinos de un pueblo no nuclear lo acepten es -salvo caciques en la alcald¨ªa- misi¨®n imposible. La escena vivida el domingo en Bernuy de Porreros (Segovia, 534 habitantes) muestra la dificultad. Tras una extravagante discusi¨®n -"si hay un escape radiactivo mejor que sea lejos", opin¨® sabiamente un vecino-, la alcaldesa de Bernuy pidi¨® gente a favor del llamado cementerio nuclear. S¨®lo se vio una mano en un sal¨®n de actos con unas 200 personas. En Yebra (a 12 kil¨®metros de la nuclear de Zorita) al menos el pueblo est¨¢ dividido. Mucha gente ha trabajado en la nuclear y teme m¨¢s al paro que a los residuos. Otra parte de la poblaci¨®n no ve claros los riesgos del almac¨¦n.
El rechazo de Barreda, Montilla y Cospedal ha metido la selecci¨®n del emplazamiento en una situaci¨®n diab¨®lica. Donde hay pueblos que lo quieren no hay comunidades que lo apoyen. Y donde hay comunidades que lo podr¨ªan aceptar, como Castilla y Le¨®n, no asoman candidatos. A eso se suma un Ministerio de Industria que no ha gastado demasiada energ¨ªa en defender el proyecto -cuando lo ha hecho ha sido para echar gasolina al fuego, como cuando el ministro Miguel Sebasti¨¢n declar¨® a este diario que la opini¨®n de Barreda no ten¨ªa "ninguna importancia"- y se obtiene la f¨®rmula del bloqueo, muy lejos de las bofetadas entre aspirantes que pronostic¨® Sebasti¨¢n. El debate se ha contaminado tanto con intereses electorales que suena a iron¨ªa el lema de Industria que encabezaba la publicidad: "Antes de decidir, inf¨®rmese".
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