Abran paso a los patitos
En el jard¨ªn bot¨¢nico esperan ocho aves de cuento. Dulces en el barrio italiano, tiendas en la calle de Newbury y los vestidos de Jackie en el Museo de Kennedy. El coraz¨®n de Boston es un parque
Boston fue la primera en casi todo. En sus calles est¨¢ la primera biblioteca de Estados Unidos; bajo ellas, el metro m¨¢s antiguo. All¨ª se prohibi¨® por primera vez fumar en p¨²blico, en 1632, y se construy¨® el primer faro. Ventajas de estar a 50 kil¨®metros de donde desembarc¨® el Mayflower.
9.00 Cisnes y ocho patitos
Es toda una declaraci¨®n de intenciones que el centro de una ciudad sea un parque. El Boston Common (1) es el primer parque p¨²blico de EE UU y la joya del Collar de Esmeraldas, el cintur¨®n verde que atraviesa Boston. Adquirido en 1634 por los colonos puritanos a un ministro anglicano por 30 libras (en participaciones de seis chelines), fue pasto de ganado, campo de entrenamiento militar y cadalso. Hoy, en su lago de Las Ranas montan una pista de patinaje sobre hielo en invierno, y una piscina para ni?os en verano. Justo al lado, la laguna del victoriano Public Garden (2), el primer jard¨ªn bot¨¢nico de EE UU, ofrece paseos en cisnes-pedal¨® id¨¦nticos a los que disfrutaban los burgueses del XIX. En la entrada da la bienvenida una escultura de bronce que homenajea a sus habitantes m¨¢s famosos, los protagonistas del cuento infantil Abran paso a los patitos. Est¨¢n todos: Jack, Kack, Lack, Mack, Nack, Ouack, Pack y Quack.
11.00 Siga la l¨ªnea roja
Por todo Boston, una l¨ªnea de adoquines rojos marca el camino de la libertad. El Freedom Trail es un recorrido por los hitos de la independencia americana. Se puede pasear a solas -las 16 paradas tienen paneles informativos- o con una de las visitas guiadas que salen de la oficina de turismo del Boston Common (http://www.thefreedomtrail.org/). Se detiene en maravillosos cementerios donde est¨¢n enterrados los padres de la patria, en la Sede del gobierno regional (3) (Beacon Hill), que con su c¨²pula dorada es el modelo de todos los capitolios que vinieron despu¨¦s, o en la iglesia de Park Street (4) que Henry James, autor de Las bostonianas, defini¨® como "el amasijo de ladrillo y mortero m¨¢s interesante de Am¨¦rica". En sus escalones se cant¨® por primera vez el primer himno del pa¨ªs (todav¨ªa con la m¨²sica del brit¨¢nico God save the Queen). El Freedom Trail no anda escaso de "primeros": pasa por King's Chapel (5) (Tremont con School), la primera iglesia anglicana de EE UU, y por el Old City House (School, 45) (6), donde estuvo el primer colegio p¨²blico del pa¨ªs y a¨²n permanece la primera estatua, erigida en honor de Benjamin Franklin en 1856.
Pero, sobre todo, el Freedom Trail es una lecci¨®n de historia. La raya roja bordea la actual isleta de tr¨¢fico donde tuvo lugar la Masacre de Boston (7) (Washington con State), la trifulca callejera entre soldados de la reina y colonos que hizo saltar la chispa de la revoluci¨®n en 1770. Justo enfrente, siete a?os despu¨¦s, desde el balc¨®n de la Old State House se ley¨® la Declaraci¨®n de independencia seguida por 13 ca?onazos en honor de los Estados reci¨¦n unidos. Entre medias, el Mot¨ªn del t¨¦ (venden bolsitas conmemorativas) y sangrientas batallas en las que ayud¨® mucho Paul Revere, uno de los jinetes de medianoche, que recorri¨® la regi¨®n avisando del avance de las tropas inglesas. La casa que habit¨® en el siglo XIX se puede visitar (8) (http://www.paulreverehouse.org/; North Square, 19); es la m¨¢s antigua de la ciudad y un precioso ejemplo de la arquitectura popular del XVII.
13.00 B¨¦same, ?soy italiano!
Es una suerte que el hogar del patriota est¨¦ en pleno North End, la little Italy bostoniana. El ¨²nico problema para comer es decidirse por una de las decenas de trattorias ambientadas con fotos de Sinatra y m¨²sica de tarantela. Abundan las tiendas de souvenirs -donde venden camisetas con lemas como "Kiss me, ?I'm Italian!"- y pasteler¨ªas. Un n¨²mero inusitado de peatones porta cajas de Mike's Pastry Shop (Hanover, 300) (9): no es de extra?ar, de sus hornos salen casi un centenar de tipos de dulces italianos, entre ellos unos canolli para desmayarse. Si se quiere probar la cocina local, Ye Olde Union Oyster House (10) (Union, 41) ofrece un delicioso chowder (t¨ªpica crema de mariscos) desde 1826. ?Lo han adivinado? Es el restaurante operativo m¨¢s antiguo de EE UU. Enfrente, la Bell in Hand resulta ser la primera taberna del pa¨ªs.
15.00 Isabella entra gratis
Boston hace honor a su fama de ciudad culta. El n¨²mero de museos para una capital de 600.000 habitantes es apabullante (http://www.museumsofboston.org/). Tanto que hay incluso una Avenida de los Museos. Los hay enciclop¨¦dicos -como el de Bellas Artes (11) (http://www.mfa.org/; Huntington Avenue, 465), que guarda m¨¢s de 450.000 objetos-, e interactivos -como el de Ciencias (12) (http://www.mos.org./. Science Park, 1)-. En el elegi¨¢tico Museo de John F. Kennedy (13) (http://www.jfklibrary.org/; Columbia Point), ubicado en un edificio del arquitecto I. M. Pei, se explica de forma amena la vida de JFK y Jackie (?hay vestidos!) y la pol¨ªtica de los sesenta. Incluso hay un barco museo, el USS Constitution (14) (www.ussconstitution.navy.mil; Constitution Road, 1). Sin embargo, el m¨¢s especial es el Museo Isabella Gardner (15) (http://www.gardnermuseum.org/; The Fenway, 280), una suerte de palacete renacentista veneciano mandado construir por la millonaria para albergar su colecci¨®n de arte. Sus salas tienen el encanto cosmopolita de su fundadora y quien se llame Isabella entra gratis.
Para pasar la tarde al aire libre, a diez minutos en metro, en la ciudad de Cambridge (en la pr¨¢ctica, un barrio) est¨¢ el prestigioso instituto MIT y la Universidad de Harvard, donde estudi¨® gente como Roosevelt, Dos Passos, E. E. Cummings, Randolph Hearst (que fue expulsado) o Bill Gates (que no lleg¨® a graduarse).
17.00 ?Compre!
A pesar de su pasado puritano, Boston est¨¢ lleno de tentaciones de esas que duelen en la cartera. En Newbury Street (16), los bajos de las casas victorianas alojan tiendas monas y grandes marcas. Para compras m¨¢s compulsivas y tur¨ªsticas, el mercado Fanehuil Hall (17), en la plaza hom¨®nima, lleva comerciando 250 a?os. A pesar de su esp¨ªritu europeo, esto es Am¨¦rica y abundan los grandes centros comerciales; en el Prudential Center (18) (Boylston, 800) hay un magn¨ªfico observatorio de 360 grados a 50 pisos de altura.
20.00 Delicias ex¨®ticas
Como en todas las ciudades de EE UU, la mejor gastronom¨ªa viene de fuera. Tailandeses, chinos, jud¨ªos, italianos... cada comunidad inmigrante ha dejado su deliciosa huella. El laureado Helmand's (19) (http://www.helmandrestaurantcambridge.com/; First, 142, en Cambridge) sirve, en un ambiente de cuarto de estar, ex¨®ticos platos afganos. No puede ser m¨¢s aut¨¦ntico: el due?o es hermano del presidente Karzai.
La visita no estar¨ªa completa sin tomar una copa "donde todo el mundo sabe tu nombre". Es imposible no canturrear la televisiva melod¨ªa cuando uno baja las escaleras de Cheers (20) (Beacon, 84). Por dentro, el local no es el de la serie (que se rod¨® en un decorado) y aunque el merchandising lo ocupa todo, es un lugar agradable y espacioso. Para una velada de lo m¨¢s yankee, la bolera King's - 21 (Dalton, 50) ofrece 16 pistas de bolos y ocho mesas de billar vintage.
Lo mejor: acabar la noche en la c¨¢rcel, pero c¨®modamente tomando un c¨®ctel. El Liberty Hotel, en una antigua prisi¨®n, aloja el lounge-bar Alibi - 22 (www.alibiboston.com; Charles, 215). El nombre significa coartada y tras sus rejas los delincuentes s¨®lo son culpables de pasar un buen rato.
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![Patricia Gos¨¢lvez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ff5744da4-d9b2-4e2b-9ea3-976b6f2039cc.jpg?auth=461f59fda40b3bda3de89b30da6b7a6bbdfc0e3690ce7434e9a5b104080a80f5&width=100&height=100&smart=true)