El arte de la a?oranza

El a?o 1939 supuso una fractura en Espa?a. La guerra terminaba, a sangre y fuego, con uno de los ciclos m¨¢s intensos y, en algunos aspectos, esperanzadores, de la historia del pa¨ªs: la II Rep¨²blica. Su derrota militar frente a las fuerzas rebeldes y conservadoras empuj¨® fuera de las fronteras a miles de personas, entre ellas, cientos de artistas e intelectuales que eran parte de la inteligencia de la naci¨®n. Repartidos por m¨¢s de medio mundo, su actividad creadora no decay¨®, pero s¨ª se empap¨® por la tristeza del exilio. C¨®rdoba acoge, hasta el 14 de febrero, la exposici¨®n Despu¨¦s de la alambrada. El arte espa?ol en el exilio. 1939-1960, una muestra de la obra dejada por aquellos espa?oles.

180 obras resumen la producci¨®n de 50 artistas exiliados entre 1939 y 1960

La exhibici¨®n re¨²ne unas 180 obras de medio centenar de artistas y se estructura en dos vertientes geogr¨¢ficas. El exilio en el continente americano (expuesta en la Sala Muse¨ªstica de Cajasur) y el del continente europeo (en el Palacio de la Merced). Sus l¨ªmites cronol¨®gicos son muy claros: el fin de la Guerra Civil en 1939 y el inicio de la modernizaci¨®n que comenz¨® a vivirse en la Espa?a gobernada por Franco en 1960. "De esta forma, el contenido est¨¦tico de la exposici¨®n se vuelca sobre un periodo en el que a¨²n se percibe con intensidad el solapamiento entre la memoria del origen y la fuerza fecundadora de los nuevos contextos", dicen los organizadores.

"Sobre el exilio se hab¨ªan hecho antes merecidos homenajes de todo tipo, pero hac¨ªa falta detenerse para reflexionar y abarcar, con una sola mirada, el arte global del exilio para saber si existe o no una est¨¦tica propia", explica el comisario de la exposici¨®n, Jaime Brihuega. "La conclusi¨®n a la que hemos llegado es que no hay una est¨¦tica, sino infinitas. Pero s¨ª que existen ciertas constantes, a pesar de no ser universales", contin¨²a.

Los puntos comunes de algunos de los artistas que vuelcan en papeles, lienzos o esculturas la experiencia del abandono brusco de su patria se pueden resumir en una "melancol¨ªa metaf¨ªsica, en una tristeza por la p¨¦rdida", ahonda Brihuega. "Adem¨¢s, los creadores tratan de mantener viva la imagen del conflicto b¨¦lico o el recuerdo de la pervivencia del fascismo en Espa?a. Asimismo, como ya hizo Goya en sus Desastres de la guerra, exacerban los grotesco y lo brutal. De alguna manera, ajustan las cuentas con la poes¨ªa, como diciendo que ya no puede haber belleza despu¨¦s de la guerra", prosigue el comisario. Finalmente, la estancia en pa¨ªses, a veces muy lejanos, como M¨¦xico o la Uni¨®n Sovi¨¦tica, termin¨® marcando otro rasgo compartido por los exiliados, ya que aquellas latitudes terminan calando en su inspiraci¨®n creativa y los artistas se dejan influir por las est¨¦ticas y culturas que les eran ajenas.

La exposici¨®n sirve tambi¨¦n para recuperar y reivindicar nombres que o bien hab¨ªan ca¨ªdo en el olvido o casi no se les conoc¨ªa por haber madurado y realizado buena parte de su obra fuera de Espa?a. "Por ejemplo, de Jos¨¦ Garc¨ªa Narejo apenas conoc¨ªamos nada m¨¢s que su participaci¨®n en el Pabell¨®n de Espa?a en la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs de 1937. Casos como el de Elvira Gasc¨®n, que se nos ha revelado como una expresionista arrolladora. O como el de Juli¨¢n Costelo, un acuarelista exiliado en la URSS del que penas se sab¨ªa nada, hasta que aparecieron dos acuarelas en los ba¨²les que trajo de vuelta", destaca Brihuega.

La concepci¨®n de la muestra es muy did¨¢ctica. Para comprender mejor el contexto de las obras que se exponen, el visitante sufre una experiencia 'traum¨¢tica' que recrea, a trav¨¦s de un montaje audiovisual, el periplo de la guerra, la huida, los campos de concentraci¨®n y el viaje al exilio definitivo. Se ha dispuesto tambi¨¦n la proyecci¨®n de un cortometraje sobre el exilio, realizado para esta ocasi¨®n por el cineasta Joan Dol?. Asimismo, se han realizado dos collages antol¨®gicos con m¨²sica e im¨¢genes de los artistas en el exilio.