Paisaje a¨¦reo de un Madrid sin gr¨²as
Acaban las obras de remodelaci¨®n del Faro de Moncloa, que abrir¨¢ en 2011
El m¨¢stil met¨¢lico olvidado entre arbolitos en el coraz¨®n de la Ciudad Universitaria volver¨¢ a lucir. Y con el haz luminoso barriendo los cuatro puntos cardinales de la ciudad, al menos volver¨¢ a tener sentido que se llame el Faro de Moncloa. Pero nada m¨¢s. Hasta dentro de un a?o no pasar¨¢ nada. No se sabr¨¢ a qu¨¦ se dedica la und¨¦cima construcci¨®n m¨¢s alta de la capital (95 metros). Lo que si se conoce es que tendr¨¢ una especie de i-pods gigantes, con un sistema de luces, que servir¨¢n para que la gente descifre la interminable vista de ladrillo que se abre ante sus ojos.
El espigado mirador, que se construy¨® en 1992 por decisi¨®n del entonces alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (PP), ha subsanado los problemas de seguridad que motivaron su cierre en 2005. El Plan E (con 4,5 millones) ha despertado al edificio, que por el momento deja indiferentes a los chavales que hacen botell¨®n cerca de sus jardines. O a los estudiantes que transitan por los caminillos que conducen a la Avenida Complutense. No as¨ª a los pol¨ªticos que se concentraron ayer en la especie de ovni que corona el edificio. All¨ª estaba el alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP), los portavoces de PSOE e IU en el Consistorio, David Lucas y ?ngel P¨¦rez, la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce, y una representaci¨®n de concejales sin derecho a discurso, entre los que se hallaba Ana Botella, de Medio Ambiente.
Uno de los semic¨ªrculos de la c¨¢psula est¨¢ cerrado y da al sur. A trav¨¦s de los cristales se ve el Pirul¨ª, los patios del cercano edificio del Cuartel General del Aire y muchos bloques, escalon¨¢ndose hasta Castilla-La Mancha. Por el otro lado hay un voladizo. Una terraza, seg¨²n lo que dijeron en los discursos, que en realidad es una pasarela circular. Desde all¨ª se ve la Ciudad Universitaria al completo y, al fondo, la nieve en las monta?as. Lo que no se ve desde ninguna perspectiva son gr¨²as. No hay viviendas a la vista en fase de construcci¨®n. Un mapa a¨¦reo sin monstruos met¨¢licos surc¨¢ndolo impensable hace s¨®lo dos a?os.
El faro ya alberg¨® hace a?os un restaurante, pero al parecer no era muy estable y se decidi¨® que dar comidas con un tembleque constante no era buena idea. Entonces qued¨® exclusivamente como mirador. Hasta que languideci¨® y el endurecimiento de las normativas de seguridad oblig¨® a su cierre. Ya est¨¢ todo arreglado, aunque uno de los dos ascensores panor¨¢micos se negase a ponerse en marcha a la hora convenida con los pol¨ªticos. El edificio tiene ahora las escaleras de emergencia m¨¢s anchas y un montacargas interno.
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