Polanski tambi¨¦n hace cine. Y del bueno
Ese hombre inquietante llamado Roman Polanski vuelve a estar de fat¨ªdica moda. Su accidentada existencia siempre ha pose¨ªdo un trono en las p¨¢ginas de sucesos, en el morbo que despierta alguien con el que se ha cebado el mal y que actualmente debe responder ante la justicia de algo tan turbio como hab¨¦rselo montado muchos a?os atr¨¢s con una cr¨ªa a la que puso ciega de alcohol y de drogas y haberse fugado del pa¨ªs que le iba a juzgar. Y es lamentable que su personalidad est¨¦ indisolublemente asociada para tanta gente a los tabloides, los esc¨¢ndalos y el sensacionalismo, cuando este fulano tambi¨¦n lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas desplegando un arte frecuentemente perturbador y un talento genuino en eso tan dif¨ªcil de hacer cine.
'The ghost writer' adapta una ingeniosa novela de Robert Harris
Construye una intriga ¨¢gil y maliciosa, c¨¢ustica y esc¨¦ptica
Polanski, con orden de reclusi¨®n en su casa, no ha podido venir a la Berlinale a dar explicaciones sobre su ¨²ltima pel¨ªcula. ?sta no pertenece al grupo de las memorablemente tenebrosas, de sus penetrantes retratos del mal, de obras maestras como La semilla del diablo, Chinatown, El quim¨¦rico inquilino, Lunas de hiel y El pianista, pero s¨ª a un tipo de cine mod¨¦licamente contado, con la profesionalidad y la sabidur¨ªa de alguien que sabe resolver en im¨¢genes todo tipo de historias. Se titula The ghost writer y adapta una ingeniosa novela de Robert Harris, un thriller pol¨ªtico en el que todos conocemos la identidad de los protagonistas, aunque l¨®gicamente se les haya cambiado el nombre y el autor repita que su obra s¨®lo pertenece a la ficci¨®n.
En ella, un negro de la escritura firma un suculento contrato con una editorial para reescribir las memorias del ex primer ministro de Inglaterra, ya que la persona que hab¨ªa comenzado ese trabajo aparentemente se ha suicidado. La trama se complica porque el pol¨ªtico es acusado por un tribunal de derechos humanos de haber colaborado con la CIA despu¨¦s del 11-S secuestrando, torturando y matando a varios ciudadanos ingleses con ascendencia asi¨¢tica.
Con argumento tan sugerente, Polanski construye una intriga ¨¢gil y maliciosa, c¨¢ustica y esc¨¦ptica, con suspense inteligentemente mantenido, muy bien interpretada. No te remite a las se?as de identidad m¨¢s poderosas de su universo, pero s¨ª es un impecable trabajo artesanal, un entretenimiento m¨¢s que digno, realizado por un director para el que narrar con la c¨¢mara ya no tiene secretos.
En 1957, un hombre escribi¨® un poema que comenzaba as¨ª: "He visto a los mejores esp¨ªritus de mi generaci¨®n destruidos por la locura". Se llamaba Aullido, su autor era Allen Ginsberg y su catarsis sirvi¨® para remover perdurablemente la sensibilidad de mucha gente. Los directores Rob Epstein y Jeffrey Friedman se han propuesto homenajear en su pel¨ªcula Aullido a aquel juglar volc¨¢nico y las desgarradas circunstancias en las que naci¨® su febril e inolvidable poema. Tambi¨¦n denunciar el proceso que le montaron los hip¨®critas guardianes de la moral acus¨¢ndole de exaltar la obscenidad. El tributo se agradece, pero s¨®lo les ha salido bien a medias. El recurso de utilizar caprichosos dibujos animados para retratar los delirios y las visiones del torturado y drogado cerebro de Ginsberg suena a experimentalismo f¨¢cil. Se nota el amor y la admiraci¨®n de ambos directores hacia lo que represent¨® la beat generation, pero con eso no basta para hacer una gran pel¨ªcula.
Tampoco lo es la india Mi nombre es Khan, pero s¨ª resulta muy curioso constatar c¨®mo la industria de Bollywood intenta copiar el lenguaje y la tem¨¢tica de pel¨ªculas estadounidenses que arrasaron en las taquillas y en los Oscar. Me refiero a Forrest Gump y Rain man. El director Karan Johar se traslada a Estados Unidos en compa?¨ªa de las estrellas y de los t¨¦cnicos m¨¢s s¨®lidos de Bollywood para contar la supervivencia en San Francisco de un autista pretendidamente entra?able y l¨ªrico y su incombustible pasi¨®n hacia otra emigrante india y su peque?o hijo. Hay una molesta tendencia al pasteleo y a la sensibler¨ªa. O tal vez s¨®lo se trate de inocencia. Lo que est¨¢ claro es que los chicos de Bollywood saben copiar. Mi nombre es Khan puede triunfar tambi¨¦n en el mercado occidental.
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