Buenafuente hizo correr la sangre

Sostuvo Andreu que Antonio Resines le hab¨ªa dicho antes de la gala "hagas lo que hagas te van a poner a parir". Y gracias a tan sabio consejo, o quiz¨¢s por los a?os de tablas y experiencia al frente de su programa nocturno, Buenafuente pis¨® con seguridad el escenario, lanz¨® chistes impecables y sac¨® adelante ese caramelo envenenado, m¨¢s por la inmisericorde mirada de la profesi¨®n que por la repercusi¨®n medi¨¢tica, en el que se ha convertido la entrega de los premios del cine espa?ol.

Se supone que los Oscar son el espejo en el que se miran todas las ceremonias de galardones cinematogr¨¢ficos. Y es bueno que, salvando las distancias, as¨ª sea; no hubo nada nuevo en la estructura de la ceremonia que no hayamos visto en la madre de todos los premios (incluso en otras ediciones de los Goya), como esa apertura con un divertid¨ªsimo corto introductorio que nos record¨® al mejor Jon Stewart (en el plano final, Andreu compart¨ªa cama con Olivia Molina y Fernando Tejero). No faltaron las amables pullas certeras (m¨¢s amables que certeras) que el conductor dedic¨® a las estrellas con m¨¢s brillo. La presencia de Javier Bardem y Pen¨¦lope Cruz (indicadora del cariz conciliador que la Academia ha tomado bajo la presidencia de Alex de la Iglesia) le vali¨® a Andreu para saludar "a Carlos Bardem y M¨®nica Cruz... Ah, no, ?que son los de verdad!". La calva de Resines ("la vamos a iluminar para que nos encuentren en Google Earth"), una broma a costa de la Guerra Civil ("yo tambi¨¦n") o una referencia a Loles Le¨®n y su ya famosa ca¨ªda en la habitaci¨®n de Jeremy Irons funcionaron como ese aperitivo ¨¢gil, entretenido y divertido que nos prepara el est¨®mago para esos eternos agradecimientos a padres, madres y gentes del equipo (?es que no saben los actores, actrices y t¨¦cnicos que ya los suponemos buenos hijos y compa?eros?).

Muri¨® el presentador entre risas. Por favor, que lo resuciten en 2011

Las seis apariciones posteriores del presentador mantuvieron el ritmo esperado (agilizado a su vez por las sobrias presentaciones de los candidatos). Tir¨® del inefable Santiago Segura para que le sujetara el cable en el muy visto gag de filmar con su propia c¨¢mara a los famosos, aunque con el toque Bf: "pon cara de bueno", le espet¨® a Luis Tosar (las cejas m¨¢s amenazadoras del cine espa?ol), amag¨® con obviar a Bardem y brome¨® con los presupuestos de Amen¨¢bar: "eres caro, t¨ªo", le dijo con su celebrada imitaci¨®n de Robert de Niro.

No falt¨®, al mejor estilo de Hollywood o los MTV Awards, la presencia virtual de un personaje animado, nuestro internacional Pocoy¨®, que interactu¨® con el presentador, as¨ª como un efecto especial de tromba de agua que no chirri¨® con el tono del programa.

El remate final vendr¨ªa en el mano a mano con Rosa Mar¨ªa Sard¨¢, recordada presentadora de dicha gala (la ¨²ltima hace ocho a?os), para que entre los dos dieran paso a la gran sorpresa: Pedro Almod¨®var, en persona, entregar¨ªa el Goya a la Mejor Pel¨ªcula.

Se despidi¨® Buenafuente con un gag de altura: anunci¨® que muy mal tendr¨ªan que ir las cosas para que no presente la ceremonia el a?o que viene, antes de que una r¨¢faga de ametralladora lo barriese del escenario. Muri¨® el presentador entre risas del respetable invocando a Pen¨¦lope a trav¨¦s de Serrat, pero creci¨® Andreu en su papel de conductor indispensable. Por favor, que lo resuciten para el 2011.