Oposici¨®n y sindicatos cierran filas en Grecia en torno a Papandreu
La amenaza de suspensi¨®n de pagos hace de la crisis una cuesti¨®n de Estado
El d¨ªa que perdi¨® las elecciones, el pasado 4 de octubre, el hasta entonces primer ministro, Kostas Karamanlis, de Nueva Democracia (ND, de centro derecha), atribuy¨® a las medidas de austeridad de su programa la derrota, la peor en la historia del partido. Su sustituto al frente del Gobierno, el socialista Yorgos Papandreu, que arras¨® en las urnas con la propuesta de potenciar la econom¨ªa mediante est¨ªmulos al consumo, se ha visto obligado, s¨®lo cuatro meses despu¨¦s, a presentar en Bruselas un draconiano plan de ajuste. Este plan, en circunstancias normales, ser¨ªa motivo m¨¢s que suficiente para provocar una revoluci¨®n popular, una algarada pol¨ªtica o, como m¨ªnimo, los peores resultados posibles en las encuestas.
A nadie le interesa que el pa¨ªs caiga en el abismo de la insolvencia
El 65% de los griegos es partidario de medidas severas
Pero nada de eso ha sucedido, de momento: Papandreu sigue gozando del apoyo del 54% de los griegos, partidarios en un 65% de que se adopten medidas severas para salir de la crisis, y la plaza p¨²blica mantiene un perfil muy bajo para lo que es habitual, es decir, la ret¨®rica de la gresca. S¨®lo las movilizaciones laborales en marcha provocan cierto ruido callejero, pero dentro de unos l¨ªmites razonables: los principales sindicatos son ¨®rganos afines al Movimiento Socialista Panhel¨¦nico (Pasok, en el Gobierno).
La amenaza de suspensi¨®n de pagos -un tercio de los griegos cree que el pa¨ªs llegar¨¢ a ella- ha hecho de la crisis econ¨®mica una cuesti¨®n de Estado. Representantes de los dos bancos principales, el Banco de Grecia y el Banco Nacional, declinan hacer declaraciones sobre la coyuntura porque "la crisis es una cuesti¨®n de Estado que est¨¢ en manos del Gobierno".
Semejante moderaci¨®n no sorprende a los analistas. "Todos, absolutamente todos, apoyan a Papandreu. Incluso ND, aunque lo haga silenciosamente, pero tambi¨¦n la izquierda y los mayores sindicatos, que adem¨¢s son parte del partido. Y los bancos muy especialmente, porque tienen miedo", se?ala Yannis Stournaras, director del think tank Instituto para la Investigaci¨®n Econ¨®mica e Industrial. "Adem¨¢s, Papandreu es el ¨²nico hombre que puede sacar adelante esto", a?ade Stournaras.
Viniendo de alguien muy pr¨®ximo a su rival pol¨ªtico m¨¢s notorio, el ex primer ministro Kostas Simitis (tambi¨¦n del Pasok), la afirmaci¨®n cobra especial relieve. Si a esto se a?ade el elogio que el s¨¢bado public¨® el Financial Times de Papandreu -aireado por los medios de comunicaci¨®n locales como una vaharada de incienso-, estar¨ªamos a un paso de la hagiograf¨ªa, aunque ya se sabe que en Grecia los ¨¢nimos pueden inflamarse en un solo segundo.
ND, pues, ha adoptado un perfil bajo en la crisis, aunque advierte al Gobierno contra la merma de soberan¨ªa que pueden suponer los mecanismos de control de la UE y, sobre todo, del FMI -algo en lo que concuerda el Ejecutivo-. A la vez critica que, en el triple paquete de reformas contra la crisis (fiscal, laboral y del sistema de pensiones, o "triple cors¨¦", como lo llama la prensa local), "se pongan todos los huevos en la cesta de la fiscalidad", seg¨²n Andonis Samaras, l¨ªder de ND.
Pero poco m¨¢s, como si el partido, tras la derrota electoral de octubre -que provoc¨® la renuncia al frente del mismo de Kostas Karamanlis-, no hubiera encontrado a¨²n ni el camino de la oposici¨®n ni el liderazgo interno.
"A ninguno nos interesa que Grecia caiga, todos queremos garantizar nuestro chiringuito, pol¨ªticos, banqueros, sindicalistas... Todos formamos parte del sistema o, mejor dicho, formamos el sistema", explica, con la condici¨®n del anonimato, una diputada izquierdista. "El clientelismo est¨¢ tan arraigado que, por mucha reforma que se haga, las estructuras no van a variar. Claro que ser¨ªa fant¨¢stico erradicar la corrupci¨®n, pero personalmente creo que eso no lo va a conseguir ni Papandreu con su reforma fiscal ni nadie. Ojal¨¢ me equivocara, pero creo que no. Por eso los principales sindicatos no van a llegar al l¨ªmite, porque tambi¨¦n se juegan su parte del pastel".
El mayor sindicato del pa¨ªs, la Confederaci¨®n General de Trabajadores Griegos (un mill¨®n de afiliados, el 20% de la poblaci¨®n activa), reconoce su adscripci¨®n al Pasok, pero insiste en marcar su autonom¨ªa. "Hacemos lo que consideramos oportuno, y una convocatoria de huelga general, en este momento, es obligada", dice Stazis Anestis, portavoz del sindicato. "El partido lo sabe, y nos deja hacer; hay una comunicaci¨®n permanente y fluida".
Como si todos representaran su papel, la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas y los agentes sociales cierran filas, aun con ret¨®ricas disonantes, en torno al Gobierno. ?Es posible que todo pueda resultar de repente tan perfecto en Grecia? Una c¨®moda mayor¨ªa absoluta (160 esca?os de 300); un sentido del deber nacional y un Gobierno reci¨¦n estrenado, sin tiempo a¨²n para el desgaste... salvo por el efecto centrifugador de la crisis.
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