Aqu¨ª estoy yo

Algunas cosas han cambiado del hombre discreto que fue Aznar. Este pasado verano, por ejemplo, fue noticia un curioso detalle de su nueva residencia en Marbella. No es que la vivienda tuviera una dimensi¨®n desproporcionada a pesar de estar enclavada en una lujosa urbanizaci¨®n. La casa de Aznar no es muy diferente de otras parcelas situadas en los alrededores del hoyo 15 del campo de golf de Guadalmina. Lujo moderado, si as¨ª puede llamarse. Lo que llam¨® la atenci¨®n fue la bandera espa?ola que ondea en un imponente m¨¢stil que se eleva los suficientes metros del suelo como para ser visible en lontananza. No parece la mejor decisi¨®n, para alguien que debe vivir todav¨ªa sujeto a escolta policial, se?alar de tan peculiar manera d¨®nde vive. El asta de Aznar en Marbella. El hecho no pas¨® inadvertido en los alrededores (muy proclives al cotilleo de todo cuanto huela a famoseo) y fue divulgado en revistas locales, incluidas las de grueso papel cuch¨¦, alguna de las cuales apostaba por un probable fen¨®meno de imitaci¨®n. No parece haber sucedido, y la bandera m¨¢s alta que ondeaba en los alrededores de San Pedro de Alc¨¢ntara fue este verano la de Aznar.

La bandera despert¨® comentarios para todos los gustos. Y es que de un tiempo a esta parte son frecuentes los episodios en los que Aznar termina envuelto en pol¨¦mica o acapara el foco de los medios de comunicaci¨®n. Demasiado frecuentes para el gusto de sus compa?eros del Partido Popular, que preferir¨ªan a un ex presidente que llamara menos la atenci¨®n. El ¨²ltimo cap¨ªtulo es bien reciente: la imagen de Aznar levantando de forma grosera el dedo anular hacia unos estudiantes que le insultaban en un acto en Oviedo ha dado la vuelta al mundo por Internet. Tampoco es la imagen m¨¢s elegante que pueda ofrecer un ex presidente. Pueden ser s¨ªntomas de que el hombre discreto que fue Aznar ha dejado de serlo.

Aznar deb¨ªa dise?ar su futuro y un futuro fuera de aqu¨ª. Ten¨ªa que abrirse al mundo exterior

?Ha cambiado Aznar? ?Ha decidido andar por libre? ?Hacia d¨®nde dirige sus pasos? ?Tiene hoja de ruta? Aznar lleva m¨¢s de un lustro interpretando la condici¨®n de ex presidente, alejado de la primera l¨ªnea pol¨ªtica. ?Cu¨¢l es el horizonte que se le presenta en estas condiciones a un hombre con 56 a?os, casado, con tres hijos y tres nietos?

Algunas cosas tendr¨ªan que cambiar necesariamente en la vida de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar por el mero hecho de haber puesto punto y final a su carrera pol¨ªtica de forma voluntaria a los 51 a?os. Si se le compara con Felipe Gonz¨¢lez, que se convirti¨® en ex presidente (tras perder unas elecciones, bien es cierto) con 54, parece evidente que la joven democracia espa?ola produce j¨®venes ex presidentes. ?Demasiado pronto? Si se tiene en cuenta que Nicolas Sarkozy, tan s¨®lo dos a?os m¨¢s joven, parece tener cuerda para rato, se muestra din¨¢mico y rejuvenecido (gracias tambi¨¦n a la compa?¨ªa de su joven esposa), as¨ª lo parece. S¨ª, quiz¨¢ era demasiado pronto. Aznar se oblig¨® a emprender un reto vital convertido en un ex presidente a una edad temprana: conformarse con un retiro silencioso o volverse a poner en el mercado para otros menesteres.

"Lo l¨®gico ser¨ªa que, a partir del d¨ªa despu¨¦s, se vuelva m¨¢s natural el personaje y el p¨²blico que lo rodea", sostiene un ex asesor de Aznar, quien ha reflexionado sobre el problema de ubicaci¨®n que tienen los ex presidentes en Espa?a. "Tendr¨¢n que pasar unos cuantos individuos m¨¢s por esa condici¨®n para que la apreciemos de una forma m¨¢s natural. Aqu¨ª, el estatus del ex presidente lo estamos ensayando todav¨ªa. Tenemos un problema: somos una democracia parlamentaria y estamos hablando de hombres que han interpretado un papel m¨¢s elevado que el de un primer ministro. Cada vez son m¨¢s un jefe de Estado".

Aznar tiene mejor prensa fuera que dentro. Maneja un nivel de relaciones internacionales muy alto

"Por ese motivo, la vida de ex se la tiene que inventar", apunta otro ex colaborador, con entrada libre en La Moncloa durante algunos a?os. "Mantienes la escolta y el coche oficial, pero el desnivel entre lo que has sido y lo que ahora eres es muy grande. En Estados Unidos, un ex presidente se convierte en un padre de la patria, y aqu¨ª sigue siendo un pol¨ªtico. Es un eclipse grande. En Espa?a la condici¨®n de ex presidente no est¨¢ acondicionada. Se le puede censurar, pero no se hace con el mismo respeto que en otros pa¨ªses. Los retiramos j¨®venes. Vamos quemando en oleadas a gente joven. La poblaci¨®n no lo es tanto". "Y adem¨¢s", a?ade, "nada m¨¢s dejar de ser presidentes, siguen teniendo mucho poder. Comienza una temporada de tanteo, de confusi¨®n. Le pas¨® tambi¨¦n a Felipe Gonz¨¢lez".

Opinar sobre Aznar es inc¨®modo para sus antiguos colaboradores y no digamos para quienes pueden ser considerados cercanos a su entorno actual, raz¨®n por la cual pr¨¢cticamente todas las entrevistas para este reportaje han debido realizarse bajo la condici¨®n de confidencialidad. Subsiste todav¨ªa cierto temor, una enorme resistencia a hacer p¨²blicas reflexiones en torno a la figura del l¨ªder que ha sido Aznar. Igualmente, varias han sido las negativas. Hay algunas razones m¨¢s: sabido es que EL PA?S no es del agrado de Aznar y que entre sus colaboradores m¨¢s cercanos abunda la opini¨®n de que este medio tampoco ha sido amable con Aznar. Sea como fuere, algunos contestan. ?Ha cambiado Aznar?: "No ha dejado de ser el mismo Aznar de siempre", se?ala un veterano diputado, en otros tiempos m¨¢s cercano al presidente, "s¨®lo que m¨¢s enjuto y m¨¢s fuerte. Es el mismo perro de presa, met¨®dico, laborioso como un contable. Aznar necesita m¨¦todo, orden, trabajo. Felipe es m¨¢s complejo. La operaci¨®n de seguir en pol¨ªtica era inviable. Aznar no lo consider¨®. Nadie se lo sugiri¨®. No cab¨ªa m¨¢s que en el Consejo de Estado. Aquella f¨®rmula estuvo bien: instituciones consultivas que no quieres que tengan demasiado brillo".

Pero Aznar termin¨® dejando su puesto en el Consejo de Estado. Su posici¨®n era incompatible con su sueldo como asesor de Rupert Murdoch, todopoderoso magnate de los medios de comunicaci¨®n. "Deb¨ªa dise?ar su futuro y un futuro fuera de aqu¨ª. Ten¨ªa que abrirse al mundo exterior. Ten¨ªa dos cuestiones pendientes: conservarse joven y hablar ingl¨¦s. Domina el ingl¨¦s y ya tenemos en ¨¦l a un atleta".

Aznar pas¨® en 2009 224 d¨ªas fuera de Espa?a para recorrer el equivalente a nueve vueltas al mundo

Un proyecto de vida a los 51 a?os. Aznar se propuso mejorar su apariencia f¨ªsica y perfeccionar su ingl¨¦s. "No ten¨ªa ni idea de ingl¨¦s. Hab¨ªa estudiado franc¨¦s, lo entend¨ªa y apenas lo hablaba". El Aznar met¨®dico se puso en marcha, y a una edad donde es dif¨ªcil aprender un idioma para una persona sin facilidad para ello, lo consigui¨®. No es aquel Aznar de sus primeras intervenciones p¨²blicas en Estados Unidos, cuando le¨ªa discursos en ingl¨¦s con un acento lamentable. Su ingl¨¦s actual es bueno, en lo que han colaborado sus frecuentes viajes. Responde entrevistas en ingl¨¦s, se expresa con un vocabulario muy apropiado y entona con un acento m¨¢s que razonable.

Y cambi¨® su f¨ªsico. Las ¨²ltimas fotograf¨ªas en ba?ador han evidenciado la aparici¨®n de unos m¨²sculos abdominales de cierta consideraci¨®n. Est¨¢ delgado, fibroso. No es una apariencia que se consiga en unas cuantas sesiones. Los expertos saben que es necesario un esfuerzo diario para alcanzar ese estado ("varios miles de abdominales al d¨ªa", sostiene Bernardino Lombao, su entrenador, con un entusiasmo que parece exagerado). En cualquier caso, es la demostraci¨®n de hasta d¨®nde alcanza la tenacidad de este hombre. "Aznar ha incorporado la actividad f¨ªsica a su estilo de vida", sostiene Lombao, "entrena los siete d¨ªas de la semana, est¨¦ donde est¨¦; lo mismo corre por los caminos de tierra que bordean el r¨ªo Potomac que utiliza el gimnasio del hotel donde se hospeda". Su aspecto no es producto de un par de jornadas a la semana. "Aznar no es un francotirador de fines de semana. Es un fondista nato", a?ade. Le pega. Seg¨²n su entrenador, hace un kil¨®metro en cuatro minutos, y algunos escoltas no pueden seguirle. Cuida sus comidas y duerme m¨¢s horas que cuando era presidente.

Esos dos detalles de Aznar han tenido diversas lecturas dentro del Partido Popular. Si el Aznar biling¨¹e es interpretado como un magn¨ªfico ejemplo de superaci¨®n (la mala suerte de Aznar es que se han quedado en el archivo de YouTube sus peores momentos con este idioma), no sucede lo mismo con el Aznar musculoso. Algunos lo atribuyen a una respuesta adolescente propia de quienes rebasan la barrera de los 50. Otros le reprochan las dosis de exhibicionismo que ello supone, impropias de quien no parec¨ªa dado a estas demostraciones. Hay quien apunta cierta contradicci¨®n en Aznar: "Pasa por ser un imitador de todo lo anglosaj¨®n, y en el caso de su apariencia f¨ªsica resulta que se berlusconiza, tratando de aparentar que es alguien eternamente joven". Tambi¨¦n han advertido que el Aznar fibroso y resistente se ha vuelto un hombre m¨¢s coqueto, con tendencia a ser exclusivamente simp¨¢tico con las mujeres y tan seco como de costumbre con los hombres. El sentido del humor de Aznar no parece su mejor caracter¨ªstica, pero entre los populares se dividen las opiniones entre los que le han visto tan adusto como siempre y quienes, sin embargo, le han encontrado m¨¢s entra?able y m¨¢s ir¨®nico. As¨ª se dice de ¨¦l en privado, porque en p¨²blico algunas de sus iron¨ªas ("las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber, d¨¦jame que las beba tranquilamente...", dijo en un acto en Valladolid aludiendo al endurecimiento de las sanciones de tr¨¢fico) no acaban de ser bien entendidas. "No es y no lo ser¨¢ nunca un buen contador de chistes", se atreve a pronosticar un diputado.

?Cu¨¢l es la frontera entre una actividad pol¨ªtica privada y el simple tr¨¢fico de influencias privado?

Pero Aznar no es s¨®lo un ex presidente que se dedica a mejorar su ingl¨¦s y a cultivar sus abdominales. Aznar es Aznar. Guste o no, sigue siendo una referencia en el Partido Popular y en la reciente historia de la democracia espa?ola. "La izquierda le tiene miedo, por eso le quieren cortar las piernas", se?ala Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, uno de los escasos ex colaboradores suyos que no pide confidencialidad. "No han olvidado que fue el hombre que logr¨® reunir 11 millones de votos para la derecha. Aquello fue como ganar Roland Garros. Y aunque ha habido un distanciamiento entre Aznar y quienes ahora dirigen el partido, nunca podr¨¢n despegarse del todo. Aznar representa para el Partido Popular lo mismo que la saga de los Kennedy al Partido Dem¨®crata".

Aznar no busc¨® un retiro. No se limit¨® a su papel de conferenciante (cobra un promedio de 27.000 euros por acto, gastos aparte) o como profesor asociado de Georgetown. Sent¨® sus reales en la Fundaci¨®n para el An¨¢lisis y los Estudios Sociales (FAES). La cambi¨® de arriba abajo, para transformarla en una punta de lanza de la ideolog¨ªa neocon en Europa. Y comenz¨® a viajar. Por todo el mundo, pero sobre todo por Latinoam¨¦rica y Estados Unidos. Seg¨²n FAES, en 2009 pas¨® 224 d¨ªas fuera de Espa?a para recorrer 365.000 kil¨®metros (el equivalente a nueve vueltas al mundo) y visitar 18 pa¨ªses, algunos de ellos varias veces. Paralelamente, acept¨® cargos de asesoramiento para compa?¨ªas muy diversas (medios de comunicaci¨®n, energ¨¦ticas, inmobiliarias, fondos de inversi¨®n). Y firm¨® un contrato con la editorial Planeta, de la que se han producido cuatro libros (Ocho a?os de Gobierno, una visi¨®n personal de Espa?a, en 2004; Retratos y perfiles, de Fraga a Bush, en 2005; Cartas a un joven espa?ol, en 2007; Espa?a puede salir de la crisis, en 2009). Es decir, no ha dejado de hacer pol¨ªtica y no ha dejado de ganar dinero. ?sa es su actual hoja de ruta, pero nadie sabe a ciencia cierta hacia d¨®nde conduce.

A trav¨¦s de sus libros y sus conferencias, Aznar ha consolidado una forma de interpretar el mundo muy alineada con las tesis de los neoconservadores americanos. Cuando habla, parece un candidato republicano con peque?os matices. Ni siquiera es cercano a los conservadores europeos. Aznar es un halc¨®n. Proclama las esencias de la libertad y de la democracia con recetas al m¨¢s puro estilo republicano: libertad de mercado, menor intervencionismo del Estado, desregularizaci¨®n, impuestos m¨¢s bajos, inmigraci¨®n regulada. Aznar es firme defensor de la energ¨ªa nuclear y ferviente esc¨¦ptico respecto del cambio clim¨¢tico, aspecto ¨¦ste del que se distancia abiertamente de sus colegas brit¨¢nicos, alemanes y franceses. Defiende a la familia y las ra¨ªces cristianas de Europa. Y en Europa es atlantista. Lo suyo no es una alianza de civilizaciones, sino una alianza occidental. Europa debe ir de la mano de Estados Unidos tanto en materia econ¨®mica como de defensa. No es partidario de ampliar la UE. No es partidario de una Europa federal, sino de limitar las competencias de Bruselas y dejar una mayor autonom¨ªa a lo que denomina Estados-naci¨®n. Habla de Espa?a como soluci¨®n y no como problema, parafraseando a Ortega. Cita a C¨¢novas, a Sagasta, algo menos a Aza?a que en otros tiempos, pero su inspiraci¨®n m¨¢s potente nace de Margaret Thatcher y Ronald Reagan. De su patrimonio ideol¨®gico, el concepto que m¨¢s le caracteriza frente a otros pol¨ªticos es el rechazo a lo que ¨¦l considera relativismo, que le sirve para azuzar contra los intelectuales de izquierda, contra los pacifistas, contra los ecologistas, incluso contra los artistas, a quienes acusa de ser condescendientes con los dos males que aquejan al mundo occidental, el totalitarismo y el terrorismo islamista. Su esquema es compacto. Cerrado. Duro. "Reagan junto a Margaret Thatcher y otros l¨ªderes del mundo libre decidieron no intentar un di¨¢logo con el comunismo para tratar de contenerlo. Sab¨ªan que los totalitarismos interpretan cualquier di¨¢logo como una concesi¨®n, y cada concesi¨®n hace crecer la amenaza", dijo en un discurso. Aznar es un halc¨®n.

Sigue siendo amigo de Blair. Con Putin mantuvo gran sinton¨ªa. Se le dan los tipos aparentemente duros"

"Es curioso c¨®mo Aznar, que ha tomado como modelo a figuras como Margaret Thatcher, Ronald Reagan o el propio Bush, no ha seguido esos mismos modelos en su calidad de ex mandatarios. Thatcher se retir¨® y desapareci¨® de la escena con una enorme elegancia brit¨¢nica: dej¨® actuar a Major y nunca se interpuso. Lo mismo han hecho Reagan y Bush. Y eso que Reagan ten¨ªa un enorme carisma p¨²blico. Nada se supo de ¨¦l hasta que comenz¨® a conocerse su enfermedad".

Dentro del Partido Popular, no todas las opiniones son coincidentes sobre el vestuario ideol¨®gico que se ha confeccionado Aznar a partir de FAES. "FAES era una forma de buscarle un sitio donde pudiera hacer pol¨ªtica internacional con un dise?o institucional para no quemarlo. A partir de FAES, Aznar se encamin¨® hacia una v¨ªa anglosajona para una fundaci¨®n de centro, m¨¢s tank que think. No es un despachito con apariencia. Funciona", admite un diputado, cuya opini¨®n no concuerda con la de otro compa?ero: "No estoy de acuerdo. FAES naci¨® con otra idea, por eso se eligi¨® el color naranja y un nombre que pareciera muy t¨¦cnico y no tan ideol¨®gico, pero se ha convertido en un n¨²cleo duro de los neocon, promocionado aqu¨ª por periodistas del entorno de Esperanza Aguirre o de Libertad Digital. Es su tarjeta de visita. Sigue un modelo anticuado, m¨¢s propio de primeros de los a?os 2000. No tiene capacidad de interlocuci¨®n. No se relaciona fuera de su universo. No tiene relaciones con universidades p¨²blicas o con privadas de cierto prestigio. S¨®lo se relaciona con el CEU o con universidades cat¨®licas, tanto aqu¨ª como en Latinoam¨¦rica. Basta con leer la n¨®mina de autores, los perfiles de sus publicaciones. Gente como Pilar del Castillo, como Alfredo Timmermans, como Miguel ?ngel Cort¨¦s, con otra proyecci¨®n intelectual, se quedaron fuera". Desde FAES, las cosas se ven de manera diferente. La propia fundaci¨®n publica un estudio de la Universidad de Pensilvania seg¨²n el cual FAES ha subido al puesto 32 entre los think tank m¨¢s prestigiosos fuera de Estados Unidos. S¨®lo hay otra fundaci¨®n espa?ola en este ranking, el Instituto Elcano, en el puesto 50. FAES, por otra parte, es la fundaci¨®n relacionada con partidos pol¨ªticos que recibe m¨¢s dinero en concepto de subvenciones p¨²blicas (2,68 millones de euros en 2009). Su presupuesto se completa con donaciones privadas.

Sin embargo, las relaciones entre FAES y el Partido Popular no son fluidas. Cada uno va por su camino, y esa brecha se acent¨²a con el paso de los meses, sobre todo a partir del congreso de los populares celebrado en Valencia en junio de 2008. Este congreso ha sido interpretado por los analistas como un punto de inflexi¨®n: el momento a partir del cual el PP de Aznar comenz¨® a ser el PP de Rajoy.

Ten¨ªa dos cuestiones pendientes: conservarse joven y hablar ingl¨¦s. Domina el ingl¨¦s y ya tenemos en ¨¦l a un atleta

En aquel momento se escenific¨® la ruptura de Rajoy con Aznar. Hubo una puesta en escena, un saludo poco afectuoso de Aznar, un discurso del l¨ªder ("primero ganamos las elecciones y luego dialogamos") y, finalmente, un equipo a la medida de Rajoy, del que quedaron fuera gente como Acebes y Zaplana, en el que tomaron posiciones Arenas y las nuevas caras femeninas de Rajoy (Cospedal y S¨¢ez de Santamar¨ªa), y en el que Aguirre volvi¨® a perder una batalla ante Gallard¨®n. Pero si los partidarios de Rajoy afirman que desde entonces Aznar "ya no pinta nada en el partido", otros creen que Aznar mantiene una capacidad de influencia.

Un suceso vino a desequilibrar tiempo despu¨¦s la balanza. El caso G¨¹rtel, una investigaci¨®n policial que pon¨ªa de manifiesto casos de corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias utilizando el Partido Popular. Aun siendo una bomba de relojer¨ªa dentro del partido, era evidente que los imputados pertenecieron al entorno del partido dirigido por Aznar y poco ten¨ªan que ver con el equipo de Rajoy. Ana Botella hizo unas declaraciones al respecto cuando crey¨® entender que el PP de Rajoy parec¨ªa querer desentenderse de una defensa numantina de algunos imputados. En el caso particular de Aznar, el esc¨¢ndalo no alcanz¨® m¨¢s cerca que algunas sospechas en torno a su yerno, Alejandro Agag, quien, por cierto, desde entonces ha desaparecido de la escena p¨²blica. Su caso no ha pasado a ser de perfil bajo, sino de perfil cero.

Hab¨ªan pasado cuatro a?os de su retirada. El PP hab¨ªa perdido las elecciones de marzo de 2008. A la vista de los hechos, Aznar estaba muy lejos de haber seguido el modelo de retirada elegante de Margaret Thatcher. "?Qu¨¦ hizo de original Aznar en todo este tiempo? Probablemente, lo de Murdoch, poni¨¦ndose a tiro como consejero del primer millonario del mundo de medios de comunicaci¨®n", sostiene un ex colaborador suyo. Aznar no ha sido el primer ex presidente que ha fichado como asesor de una multinacional. Sin embargo, a su fichaje por la News Corporation le siguieron otros m¨¢s. Aparece, entonces, Aznar como un hombre que gana dinero. Ficha por News Corporation con un sueldo de 148.000 euros anuales. Ficha tambi¨¦n por Centaurus Capital, un fondo de inversi¨®n, puesto que dej¨® dos a?os despu¨¦s. Asesora a Doheny Global Group, una empresa con intereses energ¨¦ticos en la Europa del Este, y a JER Partners, otra empresa con ra¨ªces inmobiliarias en pa¨ªses latinoamericanos. Se entrevista con presidentes y candidatos. Se le considera como un hombre que puede abrir puertas en determinados pa¨ªses. Algunas de sus apariciones en Latinoam¨¦rica no acaban de ser bien vistas, como su manifiesto apoyo al candidato derechista chileno Sebasti¨¢n Pi?era, a quien present¨® como "el presidente de Chile" semanas antes de celebrarse las elecciones. ?Cu¨¢l es la frontera entre una actividad pol¨ªtica privada y el simple tr¨¢fico de influencias privado? ?A qui¨¦n representa Aznar fuera de Espa?a? ?Ad¨®nde conduce su hoja de ruta?

"Aznar tiene mejor prensa fuera que dentro. Maneja un nivel de relaciones internacionales muy alto. Sigue siendo amigo de Blair. Con Putin, por ejemplo, mantuvo una gran sinton¨ªa. Se le dan los tipos aparentemente duros. Y tiene fama de pol¨ªtico serio. Como la tiene Felipe. No habr¨ªa sido extra?o que en la b¨²squeda de dirigentes europeos capaces de darle impulso a la Uni¨®n Europea se hubiera barajado la figura de Aznar, como de hecho se baraj¨® la de Felipe", apunta un dirigente popular. "Pero el problema de Aznar", se?ala otro miembro del partido, "es que se ha escorado mucho en una l¨ªnea ideol¨®gica muy cerrada: quiz¨¢ si se busca un perfil duro, sea el hombre id¨®neo, pero en Europa se busca un perfil m¨¢s dialogante".

Una actividad tan intensa, donde se mezclan actividades privadas de car¨¢cter pol¨ªtico aprovechando el colch¨®n de FAES junto a actividades de representaci¨®n para compa?¨ªas multinacionales, es dif¨ªcil de evaluar. Da la sensaci¨®n de que Aznar va por libre: gana mucho dinero por sus asesoramientos y mantiene alto su nivel de relaciones pol¨ªticas. Nadie acierta a pronosticar cu¨¢l es su destino, sobre todo teniendo en cuenta que sigue siendo un hombre joven y que, como se puede apreciar, la forma f¨ªsica le acompa?a. Es evidente que su empresa familiar Famaztella, SL (acr¨®nimo de Familia Aznar Botella), aumenta su facturaci¨®n de a?o en a?o, y en algunas publicaciones que citan los registros mercantiles sus beneficios superan el mill¨®n de euros. No es tampoco ninguna novedad que los ex presidentes tengan una saneada cuenta corriente tras su retirada. Sin embargo, el problema ser¨ªa menor si no fuera porque sus intervenciones en Espa?a no dejan de causar estragos en la opini¨®n p¨²blica. Hace bien poco llam¨® "pir¨®mano" a Zapatero, y tiempo atr¨¢s provoc¨® otro esc¨¢ndalo cuando Montserrat Nebrera, ex presidenta del PP de Catalu?a, desvel¨® en un libro un comentario de Aznar acerca de que "la poblaci¨®n catalana est¨¢ enferma", que fue inmediatamente contestado desde FAES. Sus comentarios; sus vacaciones junto a un personaje como Flavio Briatore, m¨¢s propio del cuch¨¦ que del papel salm¨®n; sus abdominales, no son actos propios de quien ha aceptado un discreto segundo plano. Tampoco concuerdan con quien hizo gala ante sus fieles de ser un hombre con una acusada capacidad de autocontrol.

"Aznar es nuestra memoria", dice un joven diputado popular. "No podemos repudiarlo. Ahora que estamos en crisis econ¨®mica, su gesti¨®n es el mejor ejemplo que podemos dar para que los espa?oles nos vuelvan a ofrecer su confianza. Por eso, para la gente del partido genera mucho dolor no reconocerse en ¨¦l en algunas cosas que hace en p¨²blico".

Posiblemente, Aznar se ha vuelto menos discreto. Quiz¨¢ vaya por libre. Pero algunas cosas apenas han cambiado: en todo este tiempo no reconoce haber cometido errores bajo su mandato. En las escasas entrevistas que ha concedido, la casi totalidad en medios afines, apenas le han interrogado por las pol¨¦micas que le rodean de vez en cuando. Sin embargo, hay una frase que el propio Aznar desliza para explicar que todo cuanto hace se mide con una lupa distorsionada: "Hay una obsesi¨®n por m¨ª". Casi la misma frase que solt¨® tras el incidente protagonizado en Oviedo: "No pod¨¦is vivir sin m¨ª". Es el Aznar que no est¨¢ dispuesto a dar concesiones. Y ahora menos que antes. Porque es un halc¨®n. Y se siente libre.

En un posado para el semanal de Abc, Aznar aparece con su perro, un labrador negro. Nombre del perro: Sam. "?Por qu¨¦ Sam?", le preguntan. "Lo pusieron mis nietos", contest¨® sin concesiones. Un periodista describi¨® as¨ª las fotograf¨ªas que le acompa?an en su despacho en FAES: "Sobre las baldas, algunas fotograf¨ªas enmarcadas. Unas, de presidente del Gobierno o conferenciante en Georgetown; otras, de padre, esposo y abuelo. Con Juan Pablo II, junto a otros mandatarios mundiales en la cumbre de las Rocosas o del brazo de su hija Ana. M¨¢s im¨¢genes: sus tres nietos sonrientes, Ana Botella muy bronceada y, en otro flanco, la toma de Perejil, bandera sacudida por el Levante en un risco pelado".

Tambi¨¦n el viento de levante sacude la bandera en su residencia cercana al hoyo 15 del campo de golf de Guadalmina. Es visible a larga distancia. Una forma de decir aqu¨ª estoy yo. No, la suya no ha sido una retirada discreta.

Art¨ªculo de Elvira Lindo en p¨¢gina 17