Un rosario de calamidades

Los empates penalizan, y m¨¢s cuando la Liga se ha convertido en un asunto Bar?a-Madrid, una cuesti¨®n de Estado. Los azulgrana descontaron dos puntos en Almer¨ªa despu¨¦s de un c¨²mulo de concesiones. Las distintas calamidades anunciadas por entregas desde el inicio del campeonato se desencadenaron en una noche: encajaron un gol de estrategia, como ya es costumbre; sin Piqu¨¦, M¨¢rquez o Chigrinski en el eje central no se sac¨® un bal¨®n con criterio; Puyol se marc¨® un segundo en propia puerta, tanto anunciado cada vez que los centrales tienen que corregir las subidas de Alves; Ibrahimovic fue expulsado como siempre temi¨® su entrenador por la facilidad del sueco para desquiciarse en el cuerpo a cuerpo con el central m¨¢s fiero, y el equipo se perdi¨® de nuevo en busca de la porter¨ªa.

El Barcelona no aprende de goles como el que Pedro le meti¨® la pasada jornada al M¨¢laga. No chuta, apenas tira, pr¨¢cticamente nunca desde fuera del ¨¢rea, y necesita demasiadas ocasiones para marcar la diferencia. Ha perdido gol porque nunca fue un equipo contundente, su f¨²tbol es a menudo chato y previsible, poco agresivo y profundo, y sobre todo ha perdido velocidad de ejecuci¨®n. La mayor¨ªa de sus goles son de una dificultad extrema o de una asombrosa delicadeza. As¨ª ocurri¨® ayer tambi¨¦n con las dos dianas de Messi.

Al Bar?a le sobran medios y le faltan delanteros. Ibrahimovic exagera las virtudes del equipo y no disimula sus defectos. Tiene un repertorio estupendo. Toca bien, descarga mejor, combina y se desmarca. A cambio, enfoca poco y mal la porter¨ªa, le pitan tantas faltas en contra como a favor y roza a menudo la expulsi¨®n. A los rivales, en cambio, les alcanza casi siempre con un contragolpe y una jugada a bal¨®n parado, un c¨®rner o una falta, para alcanzar la meta de Vald¨¦s.

El partido de ayer no era nada sencillo para el Barcelona. El Almer¨ªa es el tercer mejor equipo de la segunda vuelta de la Liga, se supone que Lillo conoce a Guardiola como si le hubiera parido y el virus FIFA es uno de los peores enemigos para los grandes. Los barcelonistas, sin embargo, se complicaron la vida de mala manera con su juego amanerado, mayoritariamente con la pelota por dentro y poco por fuera, excesivamente pusil¨¢nimes. Jugaron peor en igualdad num¨¦rica que cuando perdieron a Ibrahimovic, circunstancia que redunda en la sensaci¨®n de que el 2-2 no fue un mal resultado, dadas las circunstancias, y redunda en la dificultad del sueco para adaptarse a la mec¨¢nica de juego del Bar?a.

Ibrahimovic no acaba de encontrar su sitio y Henry est¨¢ fuera de juego, demasiadas ventajas para los contrarios, excesivas preocupaciones para el entrenador, que mueve mucho la pizarra, siempre al servicio de Messi y despu¨¦s de Pedro. El propio Guardiola acab¨® expulsado en un partido que se puso muy quisquilloso y dif¨ªcil para el ¨¢rbitro. Nada nuevo, por otra parte, en una Liga tan igualada. Los azulgrana contin¨²an jugando bien, muy bien a veces, y sin embargo les cuesta ganar los partidos porque no chutan a porter¨ªa. A veces incluso tienen que aceptar un empate como ocurri¨® ayer en Almer¨ªa en un partido muy interesante a lo largo y lo ancho del campo, y malo en las ¨¢reas, donde los errores se pagan muy caros.