Cultivar la tierra para protegerla
Quilm¨¢s planta cara a la piscifator¨ªa con una cooperativa de agricultores
Luc¨ªa Ferreira y sus vecinos de Quilm¨¢s, en Carnota, no quieren una piscifator¨ªa frente a su costa. La firma noruega Stolt Sea Farm, que desembarc¨® en la Costa da Morte hace dos d¨¦cadas para poner en marcha un criadero de rodaballos, pretende ampliar sus instalaciones en 25 hect¨¢reas de parcelas propiedad de los vecinos. A la espera de lo que finalmente ocurra con sus terrenos, a un grupo de agricultores de Quilm¨¢s se les ocurri¨® darle otro uso menos agresivo a las fincas . As¨ª naci¨® Rainha Lupa, una cooperativa agraria que pretende ganarle el pulso a la planta pisc¨ªcola.
Al abrigo de Monte Pindo siempre se cultiv¨® la tierra, pero la amenaza de la piscifator¨ªa devolvi¨® a muchos la confianza en el agro. "Lo de Stolt es una aberraci¨®n", recuerda Luc¨ªa, una de las socias m¨¢s j¨®venes de Rainha Lupa. La mayor¨ªa son mujeres y la socia m¨¢s veterana ha cumplido los 80. A las tierras cultivadas desde antes de la pol¨¦mica de la piscifator¨ªa se les sumaron otras bald¨ªas en la que ahora crecen zanahorias, cebollas y esp¨¢rragos, los productos que m¨¢s ¨¦xito tienen entre los clientes. Los vegetales se dan bien en los terrenos arenosos de la costa, y la cercan¨ªa del oc¨¦ano proporciona el grado de humedad necesario para que no sea necesario regar.
El coche de l¨ªnea sirve para reducir los gastos de distribuci¨®n
"En Xoani?a no decide el capital, sino los socios con sus votos"
En Quilm¨¢s el pretexto para reactivar la agricultura local fue la defensa de la costa, pero existen muchos otros. El de la cooperativa A Xoani?a, de Ferrol, es darle un barniz humano a una actividad sobre la que cada vez mandan m¨¢s las empresas. "Aqu¨ª no es el capital el que dedice, sino los socios. Cada uno tiene un voto, independientemente del capital que aporte", resume Xan, uno de los miembros de A Xoani?a, que ya agrupa a 180 familias. Reconoce que la alimentaci¨®n ecol¨®gica es m¨¢s cara, "pero para una compra semanal superior a los diez euros, compensa", dice. La cooperativa re¨²ne a los productores locales de la zona de Ferrol: ellos se benefician de la red de A Xoani?a y los clientes saben lo que comen, que es de lo que se trata.
La sabidur¨ªa del rural es de las mujeres, que se pusieron al frente de las explotaciones familiares cuando sus maridos buscaron trabajo en otros sectores. Si comercializan su productos lo hacen a trav¨¦s de la industria, como la lechera, y en contadas ocasiones prescinden del intermediario. Para ellas naci¨® la asociaci¨®n Lentura, que en 2005 puso en marcha el proyecto Amorodo en los municipios de Bri¨®n, Ames, Rois y Dodro. Los 30 agricultores que la forman se pasaron dos a?os estudiando c¨®mo hacer reques¨®n, conservas, cultivar la tierra y reconocer la lentura, el momento m¨¢s propicio para la siembra. La suya, insiste Xan Carlos, responsable del proyecto, no es s¨®lo una apuesta econ¨®mica, sino tambi¨¦n ideol¨®gica. "Queremos una relaci¨®n directa entre productor y consumidor, centrada en el local, no nos interesa ir m¨¢s all¨¢". Lamenta que al agricultor se le aleje de su producto y que las extensiones agrarias de los municipios se hayan convertido en "gestoras de subvenciones y no en lugares en los que buscar asesoramiento".
Xan Carlos no cree en las etiquetas y rechaza que Amorodo sea presentado como un proyecto de agricultura ecol¨®gica. "Nosotros producimos alimentos sanos de forma sustentable". Cada asociado comercializa lo que sabe, y el compromiso llega hasta donde quiere el productor. Algunos socios se han entusiasmado tanto que ya se han dado de alta como aut¨®nomos para dedicarse profesionalmente a la agricultura. Otros, sobre todo los m¨¢s mayores, se contentan con dar salida a un producto que de otra forma se les pudrir¨ªa en casa. El colegio de Rois come durante un mes de las manzanas de una productora del municipio que rentabiliza as¨ª sus parcelas poco aptas para la agricultura.
A Luc¨ªa, Xan y Carlos les preocupa comer sano, pero tambi¨¦n asentar poblaci¨®n en ayuntamientos envejecidos que no tienen quien quiera trabajar la tierra. "Carnota es uno de los municipios de Galicia que m¨¢s poblaci¨®n joven pierde, y pensamos que ¨¦sta es una manera de que se impliquen", defiende Luc¨ªa desde Quilm¨¢s. La batalla contra los gastos estimula la imaginaci¨®n, y en Rainha Lupa las hortalizas se transportan hasta los mercados en autob¨²s, "para ahorrar".
La nostalgia por el rural tambi¨¦n mueve a los activistas de la alimentaci¨®n. Ram¨®n Paz y 19 compa?eros m¨¢s acaban de crear la Asociaci¨®n Galega de Horticultura Urbana para llevar las huertas adonde reina el asfalto. En Ferrol y Ourense ya tienen dos grupos constitu¨ªdos y el propio Paz hace ensaladas con las lechugas de sus macetas. "Cuando comes lo que t¨² mismo cultivas, algo cambia en tu cabeza", asegura, defensor del consumo responsable. Tambi¨¦n Luc¨ªa apela a la sensatez: est¨¢ convencida de que las 25 hect¨¢reas que ambiciona Stolt Sea Farm ser¨¢n m¨¢s ¨²tiles para Quilm¨¢s si se las queda Rainha Lupa.
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