La 'madre coraje' de la M-607

"No pienso parar hasta que alguien arregle esa carretera y dejen de morir personas. Se lo debo a mi hijo". As¨ª de rotunda se muestra Esther Rinc¨®n, una profesora que hace a?o y medio perdi¨® a su hijo, Juan Calleja, de 22 a?os, en un accidente de tr¨¢fico en la M-607 (Madrid-Navacerrada). Hace menos de 15 d¨ªas fue al lugar del siniestro para grabar un v¨ªdeo. Justo en ese momento un coche se estrell¨® delante de ella. Ahora las im¨¢genes est¨¢n dando la vuelta al mundo gracias a Internet. "Es la se?al que me mand¨® mi hijo", asegura esta mujer.

Esther se inquieta cuando el coche se acerca al fat¨ªdico kil¨®metro 28,800. Se trata de una curva hacia la izquierda mal peraltada y con bastantes baches y desconchones. Casi no hay arc¨¦n por el carril izquierdo, justo por el que circulaba su hijo aquel 18 de octubre de 2008. Eran las 12.15 y estaba lloviendo. Juan Calleja, un estudiante de Empresariales en la Universidad Complutense, iba a disfrutar de una de sus pasiones. Era t¨¦cnico de mesa de la Federaci¨®n Madrile?a de Baloncesto. Le tocaba arbitrar un partido en Soto del Real. "La noche anterior ni hab¨ªa salido ni nada. Estuvo en casa y se levant¨® con mucho tiempo de antelaci¨®n. Estuvimos bromeando antes de salir. Incluso me pidi¨® dinero y me dijo que sobre las tres de la tarde estar¨ªa en casa para comer", recuerda la madre.

Pero nunca regres¨®. Juan tuvo un accidente en esa curva con el Volkswagen Polo que conduc¨ªa. Primero se sali¨® por la derecha, hacia un mont¨ªculo. Pero el choque contra el guardarra¨ªl, le hizo regresar a la mediana y, tras volcar el coche, qued¨® mirando hacia Madrid.

El hijo de Esther llevaba el cintur¨®n de seguridad puesto y no iba a gran velocidad. La Guardia Civil determin¨® que el veh¨ªculo choc¨® a una velocidad de 84,5 kil¨®metros por hora en un tramo en el que, entonces, hab¨ªa un l¨ªmite de velocidad de 100 kil¨®metros por hora. "La autopsia confirm¨® que llevaba puesto el cintur¨®n de seguridad y que no hab¨ªa tomado nada de alcohol, pero eso ya lo sab¨ªa yo porque estuvo toda la noche conmigo y por la ma?ana no hizo m¨¢s que desayunar", recuerda con amargura la madre. "Tampoco iba r¨¢pido. No le gustaba correr. Adem¨¢s, iba con tiempo porque el partido que iba a entrenar empezaba a la una y media de la tarde", a?ade.

Impotencia. ?sa es la palabra que m¨¢s repite Esther. Impotencia porque nadie hasta ahora ha tomado medidas para acabar con ese punto negro. Impotencia porque no le dejan ver las fotos del accidente de su hijo en poder del juzgado. Impotencia porque los siniestros se siguen produciendo en esa curva y no se se?aliza el tramo. "Esta carretera es un peligro y nadie se da cuenta de ello", concluye.Esther ha acudido al Defensor del Pueblo, a la Comunidad de Madrid y ha escrito cartas a todos los sitios que se le han ocurrido. Siempre ha recibido el silencio por respuesta. Por ello decidi¨® tomar ella la iniciativa. El pasado 27 de febrero, el d¨ªa de la llamada tormenta perfecta o ciclog¨¦nesis explosiva, vio que estaba lloviendo y decidi¨® ir al punto en el que muri¨® su hijo. "Cuando sal¨ªa junto a La Paz hab¨ªa un sol espl¨¦ndido. Estuve a punto de darme la vuelta, pero Carles [su compa?ero sentimental] me convenci¨® para que siguiera", explica Esther.

Seg¨²n avanzaba por la M-607 le ped¨ªa a su hijo que le hiciera alguna se?al, que ¨¦l ten¨ªa que ayudarla para poder luchar contra esa nefasta carretera. "Yo iba conduciendo y le dije a Carles que grabara, cosa que ¨¦l ya estaba haciendo. Iba muy despacio, cuando justo delante de nosotros ocurri¨® el accidente", recuerda con cierto nerviosismo mientras pasea por los alrededores de la mortal curva.

Un turismo de gran potencia que iba por el carril izquierdo perdi¨® el control y tras intentar frenar sali¨® despedido contra el carril derecho. La fuerza del coche y la inercia del veh¨ªculo hicieron que saliera despedido contra el guardarra¨ªl, que ese d¨ªa estaba sin reparar. El coche volc¨® en ese momento tras golpear contra un enorme mont¨ªculo. Los dos ocupantes lograron salir por su propio pie a trav¨¦s del techo solar, ya que el coche qued¨® tendido lateralmente. Sufrieron golpes y contusiones, pero ninguno de gravedad. "Lo pas¨¦ muy mal porque se me vinieron a la cabeza todas las im¨¢genes de mi hijo. Tuve que ser atendida de una crisis de ansiedad", recuerda Esther.

Antidepresivos

Desde el d¨ªa del accidente esta mujer est¨¢ tomando ansiol¨ªticos y antidepresivos. De hecho, tuvo que aumentar las dosis para poder hacer una vida m¨¢s o menos normal. "Lo he pasado muy mal. Hab¨ªa d¨ªas en los que no paraba de llorar y a¨²n hoy no puedo ver a chavales j¨®venes con el pelo largo y los pantalones anchos como los llevaba mi hijo. Por eso doy clases a los de segundo de Primaria, que tienen entre siete y ocho a?os", confiesa.

"Quiero ver a Esperanza Aguirre y a todo el que haga falta. No voy a parar hasta que se acaben con los ocho puntos negros de la M-607. Y no bastan las palabras. Quiero hechos", concluye esta madre coraje.

Punto negro en la carretera de Colmenar