Regalo
Publicado originalmente en 1925, Ensayo sobre el don. Forma y funci¨®n del intercambio en las sociedades arcaicas (Katz), de Marcel Mauss (1872-1950), ahora afortunadamente de nuevo disponible en castellano, necesit¨® un cuarto de siglo para despertar la atenci¨®n cr¨ªtica internacional gracias a la apolog¨ªa que le dedic¨® Claude L¨¦vi-Strauss. Entremedias, es cierto que, en 1933, el tampoco entonces demasiado conocido y apreciado Georges Bataille us¨® a su propia manera el concepto de "don" de Mauss, como lo se?ala Fernando Giobellina, responsable de la edici¨®n en nuestra lengua que ahora comentamos, pero ha sido, en efecto, durante la segunda mitad del siglo XX cuando el pensamiento de este gran antrop¨®logo franc¨¦s alcanz¨® la proyecci¨®n que merec¨ªa. Mediante una simplificaci¨®n extrema, podemos sintetizar el concepto de "don", seg¨²n Mauss, como el "sistema de prestaciones sociales" que articula la comunidad humana en su fase inicial, por el cual alguien -un clan, fratr¨ªa o tribu- entrega a otro lo mejor que tiene en la confianza de que le ser¨¢ devuelto con creces. En el actual sistema de regalos y en algunas de nuestras celebraciones dispendiosas, en las que "se tira la casa por la ventana", resuena todav¨ªa alg¨²n eco de esta costumbre arcaica fundacional, cada vez m¨¢s arrinconada por un mundo dominado por el intercambio de tasadas mercanc¨ªas, donde a casi nadie se le ocurre mover un dedo sin mediar un inter¨¦s.
En cualquier caso, al margen de la importancia para la etnolog¨ªa y la sociolog¨ªa de la investigaci¨®n sobre el don en las sociedades primitivas, tal y como la plante¨® Mauss, no cuesta sacar consecuencias filos¨®ficas, morales y pol¨ªticas de la cuesti¨®n. El propio Mauss, un socialista militante embebido en las fuentes del utopismo franc¨¦s del XIX, contrapone este mundo arcaico de las t¨¢citas contraprestaciones a las de los intercambios mercantiles que se han impuesto en nuestra era contempor¨¢nea. En este sentido, el despilfarro generoso primero habr¨ªa sido decisivo para aglutinar una comunidad, que ahora deshace el c¨¢lculo interesado, donde las personas se transforman en individuos y ¨¦stos dan parad¨®jicamente todo de s¨ª s¨®lo para consumir; es decir: consumirse en el completo abandono.
Etimol¨®gicamente, "don" procede del latino "donum" y ¨¦ste del verbo "dare", que significa "dar", como "regalo" lo hace del franc¨¦s "r¨¦galer", "agasajar", y ¨¦ste, a su vez, del germ¨¢nico "galer", "festejar". La generosidad del "dar" o "darse" implica emplazarse en una perspectiva superior, aunque el gesto hoy no se comprenda o se corresponda. Quiz¨¢ el prestigio social del arte en nuestra ¨¦poca proceda por haber sido sus oficiantes unos de los m¨¢s conspicuos representantes de esta actitud en trance de desaparici¨®n, sobre todo, cuando buscaban dar todo de s¨ª sin otro premio que el del reconocimiento gratuito de la posteridad y as¨ª seguir manteni¨¦ndose vivos; esto es: en una interminable conversaci¨®n con quienes no les era posible intimar directamente. Pero esta ambici¨®n por dar ha sido transformada en una inversi¨®n material a corto plazo y en un modo m¨¢s de explotaci¨®n para sacar el m¨¢ximo de provecho. De esta manera, el creativo ocio del arte se ha convertido en un mec¨¢nico negocio, que no s¨®lo desvirt¨²a la singular euforia del don, sino que convierte el arte en una vulgaridad, no sabemos hasta qu¨¦ punto o hasta cu¨¢ndo rentable, porque el placer de vivir una vida regalada no puede tener un precio.
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