Abusaron de m¨ª, aunque no lo recuerde
Muchas v¨ªctimas de agresiones sexuales borran de su mente lo ocurrido en su infancia para poder sobrevivir; otros bloquean sus emociones - Cuando despierta la memoria, se requiere ayuda
El d¨ªa que la Guardia Civil lleg¨® y le ense?¨® las im¨¢genes comenz¨® a sentirse enfermo. Todo estaba all¨ª. Los fotogramas lo mostraban claramente. Los tocamientos. Los abusos. Todo lo que su mente hab¨ªa logrado arrinconar. Mario (nombre ficticio) no pudo continuar con su declaraci¨®n policial. Los v¨ªdeos que la Guardia Civil investigaba, y que atestiguaban los abusos a los que el religioso Jos¨¦ ?ngel Arregui Era?a -condenado el jueves en Chile- le hab¨ªa infligido, eran demasiado expl¨ªcitos. Ver esas im¨¢genes fue para ¨¦l, como para muchas de las v¨ªctimas que hace a?os sufrieron las pr¨¢cticas del que era su profesor, un flash-back. Algunos hab¨ªan olvidado los hechos. O pensaban que ocurrieron s¨®lo una vez. Otros ni siquiera fueron conscientes de que hab¨ªan sufrido abusos hasta que los vieron en la pantalla, a?os despu¨¦s. Es un comportamiento com¨²n, seg¨²n los expertos, entre las v¨ªctimas de este tipo de agresiones en la infancia.
Cristina logr¨® no tener ninguna emoci¨®n sobre lo que le hab¨ªa pasado
El abusador suele pertenecer al entorno del ni?o: un t¨ªo, un vecino.
Hasta un 25% de las mujeres y un 15% de los hombres han sufrido abusos
"Cada uno escoge la mejor forma de seguir viviendo tras el trauma", dice Polo
"No recuerdo ni mi comuni¨®n. Borr¨¦ lo bueno y lo malo", dice Bernadet
Las noticias sobre violencia sexual hacen que crezca la demanda de ayuda
"Olvidar no es ni bueno ni malo. Cada persona sobrelleva sus situaciones como puede. Eso hace que cada uno, consciente o inconscientemente, escoja la forma de sentirse m¨¢s protegido. Y esa f¨®rmula pasa muchas veces por olvidar", explica Pilar Polo, psic¨®loga de la Fundaci¨®n Vicky Bernadet, una instituci¨®n que atiende desde hace m¨¢s de 10 a?os a v¨ªctimas de abuso sexual.
El cerebro humano es sabio. Y busca mecanismos para enterrar lo que duele. Lo que hace sufrir. Eso que puede impedir llevar una vida normal. "Si lo vivido es doloroso la memoria puede suprimirlo", aclara Polo. Tanto, que ese mecanismo de defensa puede provocar que los recuerdos de un abuso sexual infantil duerman durante a?os. Queden tapados hasta que una situaci¨®n, un comentario o incluso una pel¨ªcula los despierten. "Para algunas personas ese bloqueo en la memoria es tan grande que pueden llegar a no tener ning¨²n recuerdo de su infancia", explica Polo.
Rebeca A. J. s¨ª se acuerda de cosas de cuando era peque?a. De aquella vez que se cay¨® de la bici y se rompi¨® el brazo. O de ese verano en el que su abuela les preparaba a ella y a sus primos bocadillos de beicon para cenar. Sin embargo, hasta hace cinco a?os no ten¨ªa ning¨²n recuerdo de los episodios de abuso que hab¨ªa sufrido por parte de alguien de su entorno familiar. Los hab¨ªa escondido tan al fondo de su mente que era como si no hubieran ocurrido. Pero, aunque esta mujer de 31 a?os no lo sab¨ªa, esos abusos le hab¨ªan marcado la vida. "Ten¨ªa depresiones, angustia... Y llevaba un tiempo sufriendo bulimia", cuenta.
Un d¨ªa, Rebeca -que no quiere dar su apellido porque s¨®lo una parte muy peque?a de su familia sabe lo que sucedi¨®- volvi¨® a encontrarse con su agresor. No lo ve¨ªa desde que era ni?a. Desde que ocurri¨® todo. "Encontrarme con ¨¦l fue horrible. Pero no fue tanto verle como escucharle. Ese tono de voz, esas palabras empalagosas de cari?o... Empec¨¦ a tener recuerdos de escenas sueltas. A revivir lo que hab¨ªa pasado", relata. Esa voz que despert¨® en ella aquello que hab¨ªa mantenido dormido le hizo pedir ayuda. Acudir a tratamiento para tratar de atajar las secuelas que el abuso sexual le hab¨ªan provocado.
"Las v¨ªctimas de abusos sexuales que no han recibido ayuda pueden padecer problemas de relaciones sociales, de sexualidad, dificultades de entregarse sanamente a la pareja, baja autoestima...", explica Vicky Bernadet, fundadora de la instituci¨®n que lleva su nombre y que atiende actualmente a unas 150 personas en sus programas de terapia. La propia Bernadet, que sufri¨® abusos desde los 9 hasta los 17 a?os, cuenta que ella tambi¨¦n padeci¨® algunos de esos problemas. "Fui una adolescente rebelde, rara... En el fondo buscaba llamar la atenci¨®n", dice. Ahora tiene 56 a?os y una enorme vitalidad. Sus palabras emanan energ¨ªa y habla de su situaci¨®n con naturalidad y mirando a los ojos a su interlocutor. Su actitud contrasta con los a?os de silencio en los que se vio sumida. Bernadet vivi¨® hasta los 34 a?os en la c¨¢rcel de su propio secreto. Hasta que su sobrina encontr¨® unos poemas en los que hab¨ªa plasmado sus sentimientos hacia todo lo que hab¨ªa ocurrido. "Ah¨ª se destap¨® todo. Fue el detonante que me hizo actuar", cuenta. Entonces busc¨® atenci¨®n para su problema. Ayuda especializada. Terapias. Y no encontr¨® nada. As¨ª que decidi¨® crear su propia instituci¨®n para llenar ese vac¨ªo.
Y la respuesta ha sido inmensa. Su fundaci¨®n, con sede en Barcelona, recibe cada d¨ªa llamadas o correos electr¨®nicos desde toda Espa?a pidiendo asistencia. Una situaci¨®n que ha llevado a que un d¨ªa a la semana sus psic¨®logas atiendan por tel¨¦fono a aquellos que est¨¢n lejos y no han encontrado ayuda en su comunidad. S¨®lo hay que echar un vistazo a las cifras de varios estudios para comprender la magnitud del problema: entre un 20% y un 25% de las mujeres, y entre un 10% y un 15% de hombres espa?oles han sufrido abusos sexuales en la infancia. La cifra puede parecer alta, pero, seg¨²n Bernadet, no lo es. "El abuso sexual no es s¨®lo penetraci¨®n", dice. De hecho, el National Center on Child Abuse and Neglect de Estados Unidos considera abuso sexual "todo contacto o interacci¨®n entre un menor y un adulto cuando ¨¦ste utiliza al ni?o para estimularse sexualmente a s¨ª mismo, al propio ni?o o a otras personas".
El abusador, como en el caso de Rebeca, de Vicky y de tantos otros, suele ser, adem¨¢s, alguien cercano al ni?o. Una persona de su familia -un t¨ªo, el hermano, el padre- o de su entorno -vecinos, amigos de los padres, profesores, monitores-. En unas pol¨¦micas declaraciones, el obispo de Tenerife hac¨ªa ayer referencia a esta realidad para defender a la Iglesia tras los ¨²ltimos esc¨¢ndalos de abusos de sacerdotes. En declaraciones a la SER, dijo que estad¨ªsticamente la mayor parte de abusos y malos tratos a ni?os se dan en las familias.
Los expertos apuntan a que el agresor suele ser una figura de referencia para el menor. Alguien en quien este conf¨ªa, lo que hace mucho m¨¢s dif¨ªcil que el ni?o hable. O simplemente que piense que lo que le est¨¢ ocurriendo no es normal.
Y esa es otra de las f¨®rmulas de olvido. Casi nadie recuerda las situaciones que considera comunes, ordinarias. Las cosas normales quedan tan diluidas que si intent¨¢ramos acordarnos de todas las revisiones m¨¦dicas a las que nos hemos sometido no podr¨ªamos. Tampoco de los taxis que hemos cogido. "S¨®lo se recuerdan las cosas que destacan. Que nos llaman la atenci¨®n por algo", apunta Clara Gonz¨¢lez, psic¨®loga experta en abusos sexuales. Y ese es uno de los argumentos que muchos adultos que abusan de ni?os emplean. "Manipulan a los ni?os y muchas veces a su entorno para hacerles creer que todo lo que est¨¢ ocurriendo es normal. Esto es lo que ocurri¨® probablemente con Jos¨¦ ?ngel Arregui. Hizo pensar a sus v¨ªctimas que las cosas que hac¨ªa eran normales", sostiene Polo.
De peque?a, cuando todo empez¨®, Bernadet cre¨ªa que lo que le ocurr¨ªa a ella les pasaba tambi¨¦n a los otros ni?os. "Luego descubr¨ª que no. Y fue angustioso. Pensaba: esto no puede estar bien; no puede estar bien si no puedo mirarle a los ojos", recuerda. Pero, al fin y al cabo, ¨¦l era el adulto. El que sab¨ªa. La psic¨®loga Pilar Polo explica que los agresores hacen creer a los ni?os que lo que est¨¢ ocurriendo es correcto. "Para un ni?o una cosa es mala cuando es violenta, y el abuso sexual infantil muy pocas veces tiene violencia f¨ªsica. Muchas veces los ni?os no saben d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite, y menos con una persona a la que respetan, en la que conf¨ªan", sostiene. Y ah¨ª est¨¢ otra de las claves: los abusadores hacen creer a sus v¨ªctimas que son especiales para ellos.
"La autodefensa para muchas v¨ªctimas es ir tapando lo que les ha sucedido, lo que les est¨¢ pasando", explica Tina Alarc¨®n, directora del Centro de Asistencia a V¨ªctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS). "Esto no ocurre en las agresiones sexuales pero s¨ª en los abusos. Si adem¨¢s el ni?o es muy peque?o y el abuso no ha sido doloroso se puede llegar a olvidar. Y si lo ha sido se puede llegar a crear una costra de olvido para tapar el sufrimiento", asegura Alarc¨®n. "Tambi¨¦n se puede llegar a negar internamente lo que pas¨®. O hacerse creer a uno mismo que lo que sucedi¨® no fue grave. O que no afecta, que ya se tiene superado", a?ade.
En el caso de Cristina Fern¨¢ndez, su verdugo era tambi¨¦n, para el resto del mundo, su defensor. "Ten¨ªa todo con ¨¦l. Me defend¨ªa y abusaba de m¨ª. Recuerdo que cuando empec¨¦ a mostrarme rara con ¨¦l algunos miembros de mi familia de dec¨ªan: 'Pero c¨®mo le dices eso, c¨®mo te portas as¨ª con ¨¦l, con lo que te defiende, con lo que te llega a querer'. Y lo que me quer¨ªa... Lo quer¨ªa todo conmigo. Me lo daba todo, todito, todo. 'Pues no me quieras tanto', pensaba yo", dice. Y se r¨ªe de ese peque?o chiste que ha deslizado durante la conversaci¨®n. "Ahora me r¨ªo, intento bromear sobre ello. Eso es un s¨ªntoma de que me estoy recuperando", dice.
Cristina, como Vicky Bernadet, recuerda perfectamente los abusos. Es m¨¢s, ninguna de las dos tiene ning¨²n otro recuerdo de su infancia. S¨®lo oscuridad. Esa es, seg¨²n Pilar Polo, una de las caracter¨ªsticas comunes de las personas que empiezan terapia por haber sufrido abusos sexuales de peque?os. "Yo no me acuerdo de nada. Ni de la primera comuni¨®n, ni del primer d¨ªa de colegio. Quieres borrarlo todo y acabas enterrando lo bueno y lo malo", explica Bernadet. Y apunta otra an¨¦cdota: "Hasta hace nada, si intentaba recordar mi imagen de cuando era peque?a me ve¨ªa como una ni?a sin cara. Ve¨ªa mi cuerpo, mi silueta, pero no ten¨ªa rostro". Un d¨ªa, durante una conferencia para hablar de abusos sexuales, Bernadet por fin se vio. "Supongo que no me recordaba porque no me gustaba nada tener cara siempre de ni?a triste, cuando soy una persona muy alegre. Quiz¨¢ esas ganas de ocultar la mala cara, esa m¨¢scara que llev¨¦ durante a?os para que nadie se enterase de lo que estaba ocurriendo provocaron despu¨¦s que me viera as¨ª, pixelada", dice.
A Cristina, de vez en cuando, le vienen a la cabeza flases, escenas de esos abusos. "Cuanto m¨¢s tranquila estoy y m¨¢s me relajo, m¨¢s me ocurre", cuenta. Esta mujer de 46 a?os no asumi¨® hasta los 38 lo que le hab¨ªa pasado. Para poder seguir viviendo, hab¨ªa enterrado sus recuerdos de los abusos. Pero hab¨ªa empleado una f¨®rmula diferente de la de olvidar. Bloque¨® toda emoci¨®n, todo sentimiento hacia esas vivencias.
As¨ª, a los 38 a?os, despu¨¦s de ver a Bernadet en televisi¨®n, de leer varios libros, de acudir a terapia para solucionar otros problemas que despu¨¦s resultaron ser consecuencia de los abusos, decidi¨® ir a la fundaci¨®n catalana. "Pens¨¦: '?Qui¨¦n es esa loca que habla de lo que le ha ocurrido a cara descubierta?", bromea mirando a Vicky, sentada frente a ella. Esa aparici¨®n en un reportaje televisivo llev¨® a las terapias y grupos de apoyo de la fundaci¨®n a muchas personas m¨¢s -v¨ªctimas, pero tambi¨¦n familiares y amigos-.
Mireia Apestegu¨ªa, trabajadora social de la Fundaci¨®n Vicky Bernadet, explica que las noticias sobre abusos sexuales, las apariciones en televisi¨®n hablando del tema o el descubrimiento de esc¨¢ndalos como el que est¨¢ aflorando ahora en el seno de la Iglesia cat¨®lica hace que mucha gente se decida a pedir ayuda. Algo fundamental para poder superar el abuso infantil. "A veces algo provoca que el cerebro haga clic y empiece a recordar todo lo que estaba dormido. Algunos han rememorado as¨ª los abusos que sufrieron. Otros simplemente siempre los tuvieron presentes, pero los han asumido, han llegado a la conclusi¨®n de que necesitan ayuda y deciden dar el paso", explica.
Apestegu¨ªa lo sabe muy bien. Es la persona que atiende a las v¨ªctimas que acuden a la organizaci¨®n por primera vez. Habla con ellos en una de las acogedoras salitas del piso de la fundaci¨®n en el centro de Barcelona. Habitaciones donde nunca falta el paquete de pa?uelos de papel sobre la mesa.
El olvido, pero tambi¨¦n el bloqueo de sentimientos hacia lo sucedido, ocurren, seg¨²n la directora de CAVAS, fundamentalmente cuando se guarda silencio sobre el tema. "Cuando el ni?o no cont¨® lo que estaba ocurriendo. En los casos en los que se guarda silencio es muy dif¨ªcil restaurar despu¨¦s el equilibrio de la persona", dice.
Polo, Bernadet, Alarc¨®n... Profesionales y v¨ªctimas llaman la atenci¨®n sobre la necesidad de prevenci¨®n. Y de detecci¨®n. "Hay que observar, sin llegar a caer en la sobreprotecci¨®n, el comportamiento de los ni?os. Estos muchas veces nos dicen, sin hablar, lo que les pasa", dice Alarc¨®n. "Tambi¨¦n hay que cuidar mucho c¨®mo reaccionar si el ni?o -o luego, m¨¢s tarde, el adulto- nos conf¨ªa que est¨¢ siendo v¨ªctima de abusos", aconseja Bernadet. Es la ¨²nica manera de que estas v¨ªctimas no entren en la c¨¢rcel del silencio. Una prisi¨®n que, muchos, tardan a?os en abandonar. Otros no la dejar¨¢n nunca.
Romper el silencio
Lorena (nombre ficticio) ten¨ªa un problema de alcoholismo. Llevaba desde los 12 a?os bebiendo. Primero de cuando en cuando. Luego siempre. A los 30, la situaci¨®n se hizo insostenible. Acudi¨® a Alcoh¨®licos An¨®nimos. All¨ª detectaron que, adem¨¢s, sufr¨ªa secuelas por un posible abuso sexual en la infancia. Pero Lorena hab¨ªa enterrado en su cerebro lo ocurrido. No lo recordaba. "Hizo una costra emocional tremenda. Interioriz¨® los abusos, que hab¨ªan ocurrido cuando ten¨ªa 10 a?os y luego hab¨ªan cesado", cuenta Tina Alarc¨®n, directora del Centro de Asistencia a V¨ªctimas de Agresiones Sexuales (www.violacion.org). All¨ª, Lorena acudi¨® a terapia. Necesit¨® a?os de tratamiento. Como tantas otras v¨ªctimas. A casi todos les une el sentimiento de culpa. De que hicieron algo para provocar el abuso. "Hasta hace poco pensaba que lo que me pas¨® fue por c¨®mo era yo. Lo que m¨¢s cuesta asumir es que no es culpa tuya", explica Cristina Fern¨¢ndez. Lleva 10 a?os en los grupos de ayuda mutua de la Fundaci¨®n Vicky Bernadet (www.fbernadet.org). Un sistema de terapia en el que personas que han pasado por lo mismo comparten lo vivido. Otra forma de tratamiento, que se puede combinar con atenci¨®n individual. "La mejor manera para superar el abuso es romper el silencio que suele llevar unido", dice Vicky Bernadet, fundadora de la organizaci¨®n.
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