El dinero del juerguista tienta
La crisis empuja a muchos hoteleros a aceptar clientes que alejan a Espa?a del turismo de calidad - El Gobierno niega que nos visiten viajeros menos rentables
Espa?a midi¨® durante d¨¦cadas el ¨¦xito de su gallina de los huevos de oro, el turismo, como quien cuenta los clientes que entran a comprar al s¨²per. Hace tiempo ya que cay¨® en la cuenta de su asignatura pendiente: fijarse en lo que los clientes met¨ªan en el carrito. No es lo mismo que lo llenen de filetes de solomillo que de ch¨®ped, sobre todo en tiempos de feroz competencia de la costa adri¨¢tica, turca, tunecina o marroqu¨ª, por no hablar del Caribe. As¨ª, la oferta espa?ola de sol y playa se ha ido enriqueciendo en los ¨²ltimos a?os con reclamos como la cultura, la gastronom¨ªa, los congresos, la naturaleza o los balnearios.
Y, de pronto, Salou. Cerca de 5.000 j¨®venes brit¨¢nicos han viajado estos d¨ªas a uno de los destinos tur¨ªsticos m¨¢s populares de la Costa Dorada con la promesa de sexo f¨¢cil, desmadre y alcohol barato . No es un festival nuevo en una localidad que se ha esforzado, y con ¨¦xito, por impulsar el turismo familiar, y que en la ¨²ltima d¨¦cada ha visto aumentar en un 60% su oferta hotelera de cuatro estrellas. La invasi¨®n de j¨®venes tampoco ofrece una postal muy distinta de las que pueden captarse en aglomeraciones tur¨ªsticas de Benidorm o Magalluf. Y son im¨¢genes que recuerdan una realidad que, a¨²n tildada de minoritaria por las autoridades, persiste en Espa?a, y que no parece encarnar el anhelado giro hacia el turista de calidad.
Los ingresos por el turismo han ca¨ªdo 3.000 millones de euros en tres a?os
Los j¨®venes que desfasan en Salou no son visitantes ideales, pero gastan
Espa?a no necesita el 'turismo de juergas', subraya Exceltur
S¨®lo con amantes de la cultura no se cubre la oferta, dicen peque?os hoteleros
Los pesos pesados del sector que re¨²ne la agrupaci¨®n Exceltur rechazan de plano este tipo de turismo. Y, sin embargo, en plena crisis, muchos peque?os hoteleros no resuelven de forma tan clara el dilema, seg¨²n confiesan representantes del sector. ?Acaso est¨¢ arruinando la crisis el esfuerzo colectivo por dar valor a?adido a la oferta tur¨ªstica espa?ola?
El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, responde con un no rotundo. "Las distintas pr¨¢cticas comerciales de los hoteleros responden a estrategias muy de corto plazo, coyunturales, derivadas de la situaci¨®n econ¨®mica", reflexiona Mesquida, que confiesa "cierta preocupaci¨®n" ante im¨¢genes que puedan proyectar desorden y excesos, "sobre todo si se pretenden utilizar para se?alar una realidad que no se corresponde con los 52 millones de turistas que visitan Espa?a". La crisis y la competencia han provocado una bajada de cerca de dos millones en el n¨²mero de visitantes en 2008 y 2009, lo que ha acarreado una disminuci¨®n del gasto total en 3.240 millones. Pero el term¨®metro de lo que consumen quienes visitan Espa?a, y que mide si baja la calidad del turismo, es el gasto por visitante. Los datos oficiales de Egatur (una encuesta realizada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio) son claros: pese a la crisis, este indicador no s¨®lo no ha descendido, sino que en 2009 aument¨® un 2,2%, hasta los 926 euros. En los dos primeros meses de 2010, el gasto medio por turista se ha incrementado un 1,7% respecto del mismo periodo de 2009.
Otro posible indicador de calidad lo ofrecen las encuestas. El grado de satisfacci¨®n que arrojan las del a?o pasado son de 7,7 puntos sobre 10. Se?alan como valores m¨¢s apreciados la hospitalidad y el alojamiento. Pero la dureza del contexto aprieta. Lo admite Jaume Orteu, director de uno de los nueve hoteles de Salou que acogen a j¨®venes en busca de desenfreno. "Claro que la l¨ªan, cada p¨²blico tiene sus peculiaridades. Mi hotel ten¨ªa vocaci¨®n de familiar, pero se ha demostrado que este turista viene en masa, deja muchos beneficios. Ahora casi pesan m¨¢s que las familias", se?ala.
Saloufest, el evento de car¨¢cter deportivo que ha captado a 5.000 brit¨¢nicos, se celebra desde 2002. Entonces fueron unas decenas. Ilovetour, el operador que trae a los universitarios, ha suprimido las alusiones que m¨¢s conmoci¨®n causaron tras su llegada; por ejemplo, la promesa de "una noche de destrucci¨®n", un concurso "que acaba en revolc¨®n", o "un guardia de seguridad que te persigue de madrugada mientras corres desnudo reci¨¦n salido de la piscina del hotel".
El consejero catal¨¢n de Innovaci¨®n, Universidades y Empresa, Josep Huguet, describi¨® ayer en Girona el desmadre de los chicos como "reminiscencias del modelo que Catalu?a ha superado".
Catalu?a ha puesto en marcha un plan estrat¨¦gico para potenciar el turismo de calidad y reivindica que ha dado ya sus frutos, como tantas otras zonas en Espa?a. Los esfuerzos por enriquecer y completar la oferta tur¨ªstica del pa¨ªs se desarrollan en paralelo a un conocido problema de sobrecapacidad hotelera en zonas saturadas del litoral. Y este factor tambi¨¦n puede influir, junto con la crisis, para explicar la ca¨ªda de precios hoteleros (un 4,8% en el ¨²ltimo a?o en Espa?a). El ¨ªndice de precios se encuentra, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), en niveles similares a los de 2001, tras varias fluctuaciones.
La capacidad hotelera espa?ola es enorme y llenarla m¨¢s all¨¢ de las puntas de temporada alta entra?a un reto. Espa?a dispone de 775.785 plazas junto a la playa para recibir a todos los visitantes ¨¢vidos de tomar el sol en la Costa Brava, la Costa del Sol o la del Azahar. ?C¨®mo llenar todas esas camas, sobre todo desde que Internet rompi¨® moldes tambi¨¦n en este sector? "No hay nada peor para un hotelero que un cliente que se decida a ¨²ltima hora. No hay forma de hacer previsiones. Y hoy, el turista se mueve por precio y en el ¨²ltimo minuto", se?ala Bruno Hall¨¦, socio de la consultora Magma Turismo, para quien un viajero puede tomar finalmente una decisi¨®n por una diferencia de 15 euros entre dos ofertas.
"Para los due?os de un establecimiento de la costa, el cliente no es el que se aloja en la habitaci¨®n, sino el touroperador que le reserva plantas completas. Y el touroperador lo que pide son precios bajos", explica Ricardo Santom¨¢, experto en calidad tur¨ªstica de la escuela TSI Turismo Sant Ignasi. Santom¨¢ insiste en que el turismo masivo de megahoteles bordeando el mar con grandes dosis de croquetas y patatas fritas a la hora de comer est¨¢ agotado. Sin embargo, las plazas costeras no han parado de crecer. En 10 a?os, han aumentado casi un 18%.
"Nos dicen que lo que importa es captar a visitantes que practiquen el birdwatching (observaci¨®n de p¨¢jaros) o a amantes de la arquitectura rom¨¢nica. ?Pero cu¨¢nta gente podemos atraer con ello? ?80.000 con los p¨¢jaros? ?Medio mill¨®n con el turismo estrictamente cultural? Necesitamos a m¨¢s de 50 millones", afirma Ram¨®n Estalella, secretario general de la Confederaci¨®n Espa?ola de Hoteles y Alojamientos Tur¨ªsticos (CEHAT).
Los hoteleros enfatizan que esa realidad no significa que no apoyen y elogien los esfuerzos del Instituto de Turismo de Espa?a (Turespa?a) para abrir nichos de mercado, en la misma l¨ªnea que siguen ayuntamientos, gobiernos aut¨®nomos y patronatos tur¨ªsticos. "Al contrario, va en la buena direcci¨®n", insiste Estalella. "S¨®lo digo que uno de los segmentos de mercado es un p¨²blico joven que desea pasarlo bien y, con ocupaciones del 30% antes o despu¨¦s de Semana Santa, nos parece estupendo que venga. Otra cosa, que rechazamos de plano, es que el desmadre sea el leiv motiv del destino".
"La calidad no es sin¨®nimo de hoteles s¨®lo para condes y pr¨ªncipes. La clase media y baja tambi¨¦n reclama sus productos. Y Espa?a es sin¨®nimo de rutas gastron¨®micas, golf y seguridad propias de un pa¨ªs europeo. Pero para el que lo quiere, tambi¨¦n es borrachera, poder hacer top less o ir a un striptease. No podemos negar ventajas que tenemos frente a otros pa¨ªses como Turqu¨ªa, donde todo esto est¨¢ prohibido", defiende Jes¨²s Mart¨ªnez Mill¨¢n, de la patronal de agencias de viajes FEAAV. "Al fin y al cabo, los j¨®venes desmadrados de Salou pagan por cada hotel y por cada copa que toman", a?ade.
No todas las opiniones coinciden. Jos¨¦ Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur -que agrupa a pesos pesados del sector como Sol Meli¨¤, Barcel¨®, RiU Hotels, Orizonia, Amadeus, y tambi¨¦n a Renfe e Iberia- no s¨®lo no ve en los j¨®venes de Salou "el tipo de turismo que necesitamos", sino que remarca que "expulsan a otros nichos de clientes que pueden asegurar un mayor valor a?adido, que pueden dejar m¨¢s dinero y generar m¨¢s y mejores puestos de trabajo, ya que no potencian la imagen del destino". Exceltur insiste en que "el fin de llenar los hoteles no justifica estos segmentos, que desvirt¨²an los esfuerzos colectivos de todo un pueblo por posicionarse", a?ade Zoreda.
Lloret de Mar -que aglutina un 40% de todas las camas de la Costa Brava y que, hasta el despertar de la ciudad de Barcelona posterior a los Juegos Ol¨ªmpicos del 92, era la meca tur¨ªstica de Catalu?a- es uno de los que m¨¢s ha luchado por cambiar su imagen. "La localidad ha invertido 100 millones de euros en mejorar el destino, en paseos, mobiliario urbano, seguridad o servicios, y los empresarios como m¨ªnimo otros 100", explica ?ngel D¨ªaz, presidente de la firma Advanced Leisure Services, que ha ayudado al pueblo a "reposicionarse". Otra de las mecas tradicionales del turismo masivo es Benidorm, preferido por los brit¨¢nicos, que representan el 52% de todos los visitantes. En la localidad no se celebran eventos organizados como el Saloufest, pero los estudiantes y j¨®venes que recalan en la ciudad, pr¨¢cticamente a lo largo de todo el a?o, s¨ª montan por su cuenta fiestas similares en la zona de bares del norte de la playa de Levante, conocida como el Rinc¨®n de Loix. En los ¨²ltimos a?os el turismo brit¨¢nico en Benidorm ha derivado hacia un car¨¢cter m¨¢s familia, aunque a¨²n es frecuente ver a grupos de j¨®venes en frenes¨ª tras una fiesta. Estas celebraciones "no afectan en nada a la calidad del turismo", aseguran fuentes del sector.
En la Costa del Sol, destino preferente de sol y playa en Andaluc¨ªa, el fen¨®meno del turismo de juerga y borrachera a¨²n no ha adquirido proporciones masivas. Localidades como Benalm¨¢dena, Torremolinos o Fuengirola cuentan con zonas de bares regentadas casi en exclusiva por expatriados, generalmente brit¨¢nicos y alemanes, aunque no son objeto de grandes peregrinaciones et¨ªlicas en vuelos de bajo coste. "No se puede extrapolar el comportamiento de un grupo de b¨¢rbaros para calificar a miles de visitantes", asegura Miguel S¨¢nchez, presidente del consejo de Turismo de la Confederaci¨®n de Empresarios de Andaluc¨ªa.
S¨¢nchez niega que Espa?a est¨¦ llena de saloufests. "Si fuera un fen¨®meno continuo, la imagen de Espa?a como destino podr¨ªa degradarse", admite este empresario hotelero, al tiempo que afirma que en la Costa del Sol "puede haber bajado el gasto por visitante, pero no su educaci¨®n ni la calidad de los servicios". La crisis, sin embargo, se ha cebado con virulencia en los hoteles de lujo. En invierno, 34 establecimientos de cuatro y cinco estrellas de M¨¢laga cerraron sus puertas debido a expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo, una situaci¨®n verdaderamente inaudita en la Costa del So. Adem¨¢s, otros cuatro hoteles, entre ellos algunos tan emblem¨¢ticos como el marbell¨ª Los Monteros, de gran lujo, no han vuelto a abrir durante la Semana Santa por problemas econ¨®micos.
?ngel D¨ªaz recuerda los proyectos de envergadura emprendidos en zonas como la Playa de Palma (donde la degradaci¨®n y el car¨¢cter deficitario de varios establecimientos los acab¨® convirtiendo en hoteles patera ocupados por inmigrantes), la Costa del Sol o en San Bartolom¨¦ de Tirajana, en Gran Canaria. "Son proyectos a 10 a?os vista, que mueven muchos millones", enfatiza D¨ªaz.
La secretar¨ªa de Estado de Turismo cifra su parte en el esfuerzo de modernizaci¨®n y recuerda que ha puesto a disposici¨®n del sector 400 millones de euros para reforzar los 500 millones con el que se abri¨® una l¨ªnea de apoyo en 2009. A trav¨¦s de los planes FuturE y Renove, el Gobierno moviliz¨® 1.500 millones, que seg¨²n Mesquida han inducido una inversi¨®n en infraestructuras tur¨ªsticas privadas de 2.850 millones. Pero si en algo coincide el sector es que el dinero y la atenci¨®n siempre suelen quedar cortos cuando se habla de la primera industria nacional.
Con informaci¨®n de Ferran Balsells, Rebeca Carranco, Artur Balaguer y Fernando J. P¨¦rez.
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