Urge un pacto por la sanidad
El pr¨®ximo mes de junio se cumplir¨¢ el decimonoveno aniversario de la presentaci¨®n del Informe Abril, conocido por ese nombre en recuerdo de quien presidi¨® la Comisi¨®n de Expertos a la que el Gobierno de la naci¨®n encomend¨® el diagn¨®stico del Sistema Nacional de Salud y la elaboraci¨®n de propuestas de mejora. Casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, muchas de las conclusiones y recomendaciones contempladas en dicho documento siguen estando plenamente vigentes y pendientes de aplicaci¨®n; y adem¨¢s, hoy tenemos nuevos desaf¨ªos que afrontar.
Como entonces, la situaci¨®n financiera de la sanidad p¨²blica es extraordinariamente dif¨ªcil y s¨®lo podemos esperar que se complique a¨²n m¨¢s si no se lleva a cabo una profunda reforma. A?o tras a?o, los presupuestos aprobados son insuficientes para sufragar un gasto sanitario que crece a un fuerte ritmo. La intensa actividad econ¨®mica vivida en Espa?a, entre la segunda mitad de los noventa y el primer quinquenio de este siglo, ha hecho tolerable la postergaci¨®n de medidas estructurales de racionalizaci¨®n del gasto sanitario, porque cualquier desviaci¨®n presupuestaria pod¨ªa ser financiada con cargo al exceso de recaudaci¨®n propio de los tiempos de bonanza. Pero la crisis econ¨®mica ha corrido el velo tras el cual se escond¨ªan los viejos problemas y hoy el debate vuelve a girar en torno a qu¨¦ hacer para garantizar la sostenibilidad de una sanidad p¨²blica que todos queremos preservar y mejorar.
El informe Impulsar un cambio sanitario es posible, publicado recientemente por la C¨¢tedra McKinsey de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada, describe con toda crudeza la situaci¨®n: la desviaci¨®n del gasto sanitario en 2009 asciende a una cifra que se sit¨²a entre un 10% y un 15% del presupuesto inicial (entre 5.500 y 8.250 millones de euros); y prev¨¦ que el d¨¦ficit de la sanidad p¨²blica pueda doblarse en 2010. De no producirse cambios, contin¨²a el informe, el gasto sanitario se duplicar¨¢ en la pr¨®xima d¨¦cada y la brecha financiera podr¨ªa alcanzar 50.000 millones de euros. En el mismo sentido, la Comisi¨®n Europea ha situado a Espa?a en el grupo de pa¨ªses con "alto riesgo" de insostenibilidad de las cuentas p¨²blicas, como consecuencia del actual sistema de pensiones y del gasto sanitario.
Tenemos un buen Sistema Nacional de Salud, que ofrece una cobertura y unos resultados superiores a los de la mayor parte de los pa¨ªses de nuestro entorno. Pero es un sistema fr¨¢gil, que necesita de un fuerte compromiso de todos -responsables p¨²blicos, profesionales, industria y pacientes- para salvar las dificultades que tiene ante s¨ª.
Necesitamos un Pacto por la Sostenibilidad y la Calidad del Sistema Nacional de Salud que cumpla, al menos, cuatro condiciones:
a) Debe ser un Pacto pol¨ªtico, que se construya sobre la renuncia a utilizar a los pacientes y a los profesionales sanitarios como arma arrojadiza en la confrontaci¨®n partidista. Esa renuncia necesariamente tiene que ser un compromiso previo y expreso, a semejanza del que permiti¨® alcanzar el Pacto de Toledo. En Espa?a existe un ampl¨ªsimo consenso en torno a las caracter¨ªsticas esenciales que debe reunir el Sistema Nacional de Salud: la sanidad es una prestaci¨®n de alcance casi universal y financiada pr¨¢cticamente en su totalidad con cargo a los impuestos que todos pagamos. Puesto que tenemos un sistema tributario progresivo, pagan m¨¢s quienes m¨¢s tienen, pero todos los espa?oles tenemos el mismo derecho a recibir una asistencia sanitaria de calidad. Tampoco hay diferencias sustanciales en cuanto a la gesti¨®n llevada a cabo por los Gobiernos aut¨®nomos de distinto signo: todos, por ejemplo, recurren a la colaboraci¨®n p¨²blico-privada para prestar el servicio sanitario, por citar un aspecto controvertido. En relaci¨®n a la sanidad p¨²blica, es much¨ªsimo m¨¢s lo que nos une que lo que nos separa y, por tanto, m¨¢s vale que dediquemos todas nuestras energ¨ªas a consolidar una prestaci¨®n que est¨¢ en la base de la sociedad de igualdad de oportunidades.
b) Debe partir de un diagn¨®stico riguroso, que describa con total transparencia la situaci¨®n. No hay que crear alarma, pero tampoco se pueden ocultar los problemas en nombre de una pretendida prudencia. Para poder adoptar las reformas que exige la situaci¨®n del Sistema Nacional de Salud, hay que explicar a la sociedad con toda claridad el porqu¨¦ de esas reformas, en qu¨¦ consisten y cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias de no hacer nada. Me temo que postergar ese di¨¢logo con la ciudadan¨ªa y con los profesionales sanitarios, s¨®lo puede desembocar en un clima de profunda desconfianza que har¨ªa m¨¢s complicada la adopci¨®n de medidas.
c) Debe contemplar medidas proporcionadas a la dimensi¨®n del problema. El acuerdo adoptado en el ¨²ltimo Consejo Interterritorial, de reducir el gasto farmac¨¦utico en 1.500 millones de euros, es un paso en la buena direcci¨®n, pero apenas soluciona una d¨¦cima parte del d¨¦ficit de la sanidad p¨²blica en 2010. Las medidas para reducir el gasto en productos farmac¨¦uticos y sanitarios -que representa algo m¨¢s de un tercio del gasto sanitario- deben ser de mayor impacto tanto cuantitativo como cualitativo; y sobre todo, no pueden ser las ¨²nicas medidas, porque no son suficientes. La mitad del presupuesto del Sistema Nacional de Salud se destina a retribuir a los profesionales en base a unas normas muy r¨ªgidas que impiden recompensar el buen desempe?o individual y viceversa. El resultado es que en la ¨²ltima d¨¦cada se ha producido una "carrera" por aumentar las retribuciones, pero no ha tenido como contrapartida un incremento de la productividad. El aumento de la demanda que se ha producido como consecuencia del crecimiento de la poblaci¨®n, de su envejecimiento y del aumento de la frecuentaci¨®n, se ha satisfecho pr¨¢cticamente en su totalidad con aumentos de plantilla. El problema que plantea la falta de productividad no s¨®lo es econ¨®mico, sino tambi¨¦n de escasez de recursos humanos cualificados, que cada d¨ªa es m¨¢s evidente en muchas especialidades m¨¦dicas. Cap¨ªtulo aparte merece el mal uso -cuando no el abuso- que en ocasiones se hace de la sanidad p¨²blica, en ausencia de incentivos a un uso responsable semejantes a los que existen en la pr¨¢ctica totalidad de los pa¨ªses de nuestro entorno. Los pacientes que as¨ª se comportan son una minor¨ªa, pero suficiente para distorsionar el buen funcionamiento de los servicios y poner en riesgo la equidad del Sistema.
d) Por ¨²ltimo, adem¨¢s de las medidas para abordar la insuficiencia financiera del Sistema Nacional de Salud, que deben adoptarse con urgencia, un Pacto por la Sostenibilidad y la Calidad debe contemplar otras medidas relativas a la cohesi¨®n, la cobertura y la calidad. La transferencia de la gesti¨®n sanitaria a las Comunidades Aut¨®nomas ha contribuido a acercar y a ampliar un servicio p¨²blico esencial, pero se est¨¢n levantando fronteras burocr¨¢ticas que limitan el acceso de todos los pacientes, con independencia de donde vivan, a todos los recursos del Sistema; y dificulta el aprovechamiento de posibles econom¨ªas de escala que traer¨ªan consigo un aumento de la eficiencia. Por otra parte, el derecho a la sanidad p¨²blica todav¨ªa no es universal, pues sigue estando vinculado a la situaci¨®n de alta en la Seguridad Social -pese a que desde hace m¨¢s de 10 a?os no se financia con cargo a las cuotas de la Seguridad Social, sino con impuestos generales- y a otras normas que dan cobertura s¨®lo a algunos grupos concretos -como los inmigrantes, las personas con discapacidad o los menores- pero que dejan fuera a otros, como por ejemplo a muchos de los parados de larga duraci¨®n. Adem¨¢s, es preciso dar un salto hacia una mayor calidad y para ello es necesario reducir a¨²n m¨¢s las demoras y reconocer a los pacientes el ejercicio sin restricciones de la libertad de elecci¨®n de m¨¦dico.
Todas estas cuestiones est¨¢n desde hace tiempo en la agenda de trabajo del Consejo Interterritorial de Salud. Corresponde al Gobierno de la naci¨®n impulsar la propuesta de Pacto del Consejo -que representa al Sistema Nacional de Salud- a las Cortes Generales, que es donde debe residenciarse un acuerdo de esta naturaleza. Afirmaba recientemente el ex comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios de la UE, Joaqu¨ªn Almunia, que "las reformas no suponen ning¨²n drama, el drama es no hacer nada". Coincido con este destacado miembro del Partido Socialista en que "Espa?a debe actuar ya". No tenemos m¨¢s tiempo que perder.
Juan Jos¨¦ G¨¹emes es presidente del Centro Internacional de Gesti¨®n Emprendedora de IE Business School y ex consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
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