El pago simb¨®lico por visita m¨¦dica no convence a pol¨ªticos ni a expertos
El Gobierno ha hecho cuentas y la f¨®rmula no es rentable - Aplicar los modelos de otros pa¨ªses europeos aportar¨ªa m¨¢s perjuicios que beneficios
?Qu¨¦ pasar¨ªa si tuviera que pagar dos euros por consulta m¨¦dica? ?Y cinco cada vez que vaya a urgencias? El debate sobre el llamado copago es antiguo en Espa?a. Ahora, en un momento en que toca apretarse el cintur¨®n, con una sanidad p¨²blica que padece de d¨¦ficit cr¨®nico y una deuda de m¨¢s de 12.000 millones de euros, resucita para algunos como una posible receta a aplicar. No tanto para aportar nuevos recursos al sistema (financiaci¨®n), sino m¨¢s bien como una medida disuasoria. Pero el sistema, que ya se utiliza de distintas formas en muchos pa¨ªses de la UE, tiene sus riesgos: puede privar del uso de la sanidad a muchos que lo necesitan. Su rentabilidad, adem¨¢s, est¨¢ en duda.
"No ser¨ªa copago, ser¨ªa repago", dispara Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida en el Congreso y presidente de la subcomisi¨®n de Sanidad. "Los ciudadanos ya financian el sistema p¨²blico con sus impuestos. Se les pedir¨ªa que lo vuelvan a financiar, con evidente peligro para su salud. Sobre todo para los que tienen menos cultura sanitaria, que podr¨ªan dejar de ir al m¨¦dico cuando lo necesitan", a?ade. No es una opini¨®n aislada. La coordinadora de Pol¨ªtica Social del PP y ex ministra de Sanidad, Ana Pastor, tambi¨¦n rechaza la receta. El acuerdo en el terreno pol¨ªtico es casi un¨¢nime. Salvando las voces de algunos consejeros auton¨®micos, que como Catalu?a ha abierto el debate en diversas ocasiones. Ni el Gobierno ni los grupos parlamentarios son partidarios del copago asistencial. De hecho, en 2009 el Congreso aprob¨® una proposici¨®n no de ley que rechazaba este mecanismo.
En Suecia se abona incluso una cifra modesta por cada d¨ªa en el hospital
Una f¨®rmula "peligrosa", seg¨²n el secretario general de Sanidad, Jos¨¦ Mart¨ªnez Olmos. "Desde el punto de vista recaudatorio el copago no ser¨ªa v¨¢lido. El sistema espa?ol se basa en los impuestos y el copago apenas aportar¨ªa beneficios. Y desde el punto de vista disuasorio el riesgo que supone es grande", apunta. "Puede haber pacientes con un problema de salud que han dejado de ir al m¨¦dico por cuestiones econ¨®micas y que cuando finalmente terminan acudiendo, la patolog¨ªa que sufren ya es mucho m¨¢s dif¨ªcil y costosa", aclara Pastor.
El Ministerio de Sanidad ha hecho sus cuentas y ha visto que introducir el copago asistencial no compensa econ¨®micamente. "La mayor¨ªa de gastos que enfrenta el sistema de salud son fijos. El ahorro que puede suponer que se reduzcan las visitas a urgencias por este mecanismo moderador aporta eficiencia al sistema, pero no supone apenas beneficio econ¨®mico", aclara el secretario general de Sanidad.
El consejero de Sanidad de Asturias, Ram¨®n Quir¨®s, tampoco cree en su valor recaudatorio. "Deber¨ªa debatirse, en todo caso, cu¨¢l debe ser su utilidad para ayudar a responsabilizar a todos de la pervivencia del sistema. Esta, adem¨¢s, como medida aislada no ser¨ªa ¨²til", dice.
En muchos pa¨ªses de la UE funciona alg¨²n tipo de copago asistencial. Los modelos son diversos: desde una cantidad fija por consulta, algo que ya funciona en Portugal, por ejemplo; a un dinero que se adelanta y luego se reembolsa, como se hace en Francia. En Suecia, por ejemplo, se paga, incluso por d¨ªa de hospitalizaci¨®n. "S¨®lo Reino Unido, como Espa?a, no tienen ninguna de esas medidas", explica Mar¨ªa del Mar Mart¨ªnez, consultora especializada de McKinsey. "Esto no es un tema de rentabilidad, sino de percepci¨®n de que la sanidad cuesta. En Espa?a se deber¨ªa aplicar como un mecanismo moderador de la demanda", dice. Sin embargo, aclara, antes de hacerlo habr¨ªa que pensar muy bien c¨®mo.
En Alemania, por ejemplo, donde se introdujo el copago en atenci¨®n primaria como una especie de tarifa plana trimestral, se redujo la afluencia m¨¦dica en un primer momento. "Hasta que los ciudadanos percibieron que pod¨ªan pagar una vez y luego ir al m¨¦dico todas las veces que quer¨ªan", dice Mart¨ªnez, quien recuerda que los espa?oles son de los ciudadanos europeos que m¨¢s van al m¨¦dico (8,1 veces frente a las 5,8 veces de la media de la Europa de los 15).
Mart¨ªnez, como otros, llama la atenci¨®n, adem¨¢s, de que la f¨®rmula correcta deber¨ªa basarse en la renta de las personas. Algo que, sin embargo, seg¨²n Llamazares, ser¨ªa muy complicado. "Habr¨ªa que crear un sistema administrativo espec¨ªfico, y esto ser¨ªa m¨¢s caro que lo recaudado", a?ade. Esta medida disuasoria, dice Mart¨ªnez Olmos, no ser¨ªa correcta. Sanidad apuesta por otras f¨®rmulas de corresponsabilizaci¨®n basadas en la informaci¨®n. Como las llamadas facturas en la sombra, en la que se informa al ciudadano de lo que ha costado su atenci¨®n.
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