Otra visita al Supremo
Garz¨®n cont¨® con el aval de la Audiencia Nacional para archivar la querella contra Bot¨ªn
El juez Baltasar Garz¨®n compareci¨® ayer por segunda vez en poco tiempo ante el Tribunal Supremo en condici¨®n de imputado. En esta ocasi¨®n, la cita correspond¨ªa a su primera declaraci¨®n en la causa que se le sigue por haber archivado una querella contra el presidente del Banco Santander, Emilio Bot¨ªn, tras haber dirigido unos cursos en la Universidad de Nueva York patrocinados por la entidad financiera. La causa fue archivada hace un a?o, pero los querellantes -uno de ellos letrado en la querella contra Bot¨ªn-, han logrado reabrirla insistiendo en que existe relaci¨®n entre el patrocinio y el posterior archivo de la querella. Acusan al juez de un delito de prevaricaci¨®n en conexi¨®n con otro de cohecho.
Esta causa se diferencia de las otras dos abiertas contra Garz¨®n en un aspecto esencial: quiere alimentar la sospecha de que el juez utiliz¨® la jurisdicci¨®n en provecho propio. En la abierta por los cr¨ªmenes del franquismo a instancias del sindicato ultraderechista Manos Limpias y Falange Espa?ola la motivaci¨®n es ideol¨®gica: lavar el honor de los responsables de aquellos cr¨ªmenes, mancillado por el intento de Garz¨®n de abrir una causa penal contra ellos, para as¨ª resolver el problema de las fosas. Ese trasfondo hace a esta causa especialmente lacerante para muchos espa?oles: transmite el mensaje de que el Tribunal Supremo de la democracia considera aceptable que los restos de las v¨ªctimas del franquismo que yacen todav¨ªa en esas fosas sigan desperdigados por los campos y cunetas de Espa?a. Y en la causa de las escuchas a abogados del caso G¨¹rtel presuntamente implicados en la trama, es transparente que el objetivo es la impunidad de los delitos de corrupci¨®n
Las tres causas coinciden en los rasgos m¨¢s importantes. Han sido abiertas a instancias de acusaciones particulares y populares y con la oposici¨®n del ministerio fiscal, defensor institucional de la legalidad. Las tres versan sobre asuntos que han tenido soluci¨®n, tras la natural controversia jur¨ªdica, en el ¨¢mbito de la jurisdicci¨®n: dos de ellas, la causa por los cr¨ªmenes del franquismo y el archivo de la querella contra Bot¨ªn, en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, y la de las escuchas, en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Que vuelvan por la v¨ªa de la querella no deja de plantear sospechas de instrumentaci¨®n de la justicia y de interferencia dolosa en la actividad jurisdiccional que el Tribunal Supremo deber¨ªa impedir.
La Sala Penal de la Audiencia Nacional consider¨® ajustado a derecho el archivo de la querella contra Bot¨ªn. ?D¨®nde est¨¢, entonces, la injusticia dolosa propia de la prevaricaci¨®n? Que Garz¨®n no se inhibiera no significa que prevaricara. Tampoco lo hizo el magistrado De la R¨²a, por su amistad ¨ªntima con Camps, en la causa de los trajes y nadie se atrevi¨® a acusarle de prevaricar. Incluso si el Supremo anulara la sentencia que absolvi¨® a Camps ser¨ªa aventurado acusarle de ese delito. Garz¨®n cuenta con la ventaja de que el tribunal del que depende aval¨® su actuaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.