Kamen y las lenguas propias
Henry Kamen, el reconocido hispanista e historiador de tantas cosas decisivas para el actual Reino de Espa?a, como la Inquisici¨®n (no s¨¦ qu¨¦ me da escribir Santa) o el Imperio y Felipe II, escribi¨® contra el famoso manifiesto por la lengua com¨²n estas palabras, entre otras: "Los expertos internacionales sugieren que s¨®lo la discriminaci¨®n positiva a favor de una lengua minoritaria puede ayudarle a sobrevivir. La actitud de protecci¨®n y tolerancia que adopt¨® la Constituci¨®n de 1978 es a todas luces inadecuada. La cuesti¨®n. (...) es c¨®mo se pueden garantizar los derechos de las lenguas minoritarias en Espa?a sin que la lengua mayoritaria las haga desaparecer". Y esa es exactamente la cuesti¨®n, aun matizando por mi parte que yo creo que la Constituci¨®n (y el Estatuto) s¨ª abre el camino a un tratamiento cient¨ªfico-recuperacionista de las lenguas minoritarias (y minorizadas por la as¨ª llamada lengua com¨²n), aunque esos textos constitucionales y estatutarios son muy mejorables, sobre todo porque la ausencia de una cierta regulaci¨®n abre el camino de la negaci¨®n de la recuperaci¨®n de la lengua propia, que es lo que sistem¨¢ticamente intenta hacer o hace la derecha conservadora en cuanto llega al poder, como en Galicia.
La situaci¨®n del gallego es extremadamente negativa y hay que dejarse de ret¨®ricas sedantes
Kamen vive en Catalu?a, y escribe as¨ª sobre el catal¨¢n, Pa¨ªs de Gales (Cymru) por medio: "Sobre el a?o 1500, cuando Gales se uni¨® a Inglaterra, casi todos los galeses hablaban gal¨¦s. En 1900, despu¨¦s de cuatro siglos de biling¨¹ismo, s¨®lo el 50% hablaba gal¨¦s. Y en 1990, s¨®lo el 19%. El ingl¨¦s se lo llev¨® todo por delante. Y lo mismo ha pasado en Catalu?a. Hoy en esta comunidad uno es atendido en los juzgados, en las administraciones, en la polic¨ªa, incluso en taxis, en muchas tiendas y restaurantes m¨¢s en castellano que en catal¨¢n. El idioma m¨¢s hablado en Catalu?a, hoy, es el castellano. Eso representa m¨¢s que nunca una amenaza a la supervivencia de la lengua com¨²n de los catalanes".
Siempre es bueno conocer la opini¨®n de gentes tan metidas en el interior de la historia de los pa¨ªses, en el transcurso hist¨®rico de sus lenguas, y en todo lo que suponga conocer y amar esas lenguas y pelear por su defensa como joyas dignas y propias de sus pa¨ªses originales, lo que es una forma de defender la igualdad de oportunidades y la justicia hist¨®rica, entre otras cosas. Pero esto no puede entenderse como una ret¨®rica para garantizar, al menos, el Purgatorio para quien repita estas palabras de buenas intenciones como una pesada jaculatoria que se supone ha de gustar a Dios o a quien corresponda (nunca entend¨ª que ese truco mesto o pesado, pelma, tedioso, oscuro, procedente de la ret¨®rica hist¨®rica, que es la repetici¨®n, sobre todo aplicado a la oraci¨®n, pudiera gustar a Dios). Esto es un llamamiento a la acci¨®n, a la defensa activa, a la organizaci¨®n racional de estos altos intereses que necesitamos m¨¢s que ninguna otra cosa en este momento, que es de transici¨®n hacia quien sabe qu¨¦ castigos para los pa¨ªses que, careciendo de facilidades para defender sus cosas, han de acabar cediendo en todas ellas, lengua incluida, para sumarse a la gran procesi¨®n de los calladitos (se dir¨¢ as¨ª o quiz¨¢ es caladi?os?, ya no me aclaro) por los vastos y bastos cementos financieros que tan bien nos han tratado en esta crisis que, como se sabe, es culpa de Zapatero y de Obama.
Me gustar¨ªa no ser tan pesado en el uso del procedimiento ret¨®rico-pedag¨®gico-publicitario de la repetici¨®n (en mi caso en la cuesti¨®n de nuestra lengua propia), pero es necesaria en este tema, que no debe dormirse en la m¨²sica de la desesperaci¨®n mientras el actual presidente auton¨®mico augura nuevos triunfos locales para su partido en medio de una fiesta de celebraci¨®n a la que no veo mucho sentido con los datos actuales de Galicia en la mano: demograf¨ªa, paro, lengua, costas, r¨ªas, y mil cosas m¨¢s que los futuros gobernantes de este pa¨ªs deben intentar resolver con ciencia y conciencia porque la situaci¨®n es extremadamente negativa, y es preciso decirlo y dejarse de ret¨®ricas sedantes. Todo eso requiere planes espec¨ªficos de aut¨¦nticos pol¨ªticos especialistas y conocedores de cada tema. O eso o irse haciendo a la idea de que desaparecemos. Y sin mucha dignidad, por cierto.
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