Intoxicaci¨®n
En el filme La noche de los muertos vivientes, los difuntos abandonaban sus tumbas para entregarse al saludable deporte de devorar a los humanos. El caso Garz¨®n tuvo como punto de partida las demandas de los familiares de quienes fueron ejecutados desde la sublevaci¨®n franquista, pero no son estos muertos los que ahora ocupan la escena. De hecho, para los adversarios del juez no han existido nunca, salvo en los autos condenatorios a la hora de recordar la irregularidad del procedimiento propuesto para recuperar sus restos. Ninguno de ellos piensa en cu¨¢l ser¨ªa la mejor f¨®rmula compatible con la ley para atender esa demanda social de los descendientes de las v¨ªctimas. Los aut¨¦nticos muertos vivientes del d¨ªa son las organizaciones fascistas que plantearon las querellas y seguir¨¢n obrando as¨ª, sirvi¨¦ndose de las complicidades en el seno del Estado de derecho. Su resurrecci¨®n ha sido adem¨¢s posible por la supervivencia larvada de una mentalidad filofranquista que ahora encuentra la posibilidad de repuntar, nada menos que rehabilitar un genocidio y eliminando a quien pretendi¨® hacer justicia sobre el mismo.
S¨®lo los grup¨²sculos franquistas se benefician de la ofensiva contra Baltasar Garz¨®n
Los autos del juez Varela intervienen en ese sentido por omisi¨®n, al no plantearse si desde julio de 1936 tuvo o no lugar un crimen contra la humanidad, ni cual ser¨ªa la instancia m¨¢s adecuada para ofrecer justicia a las v¨ªctimas. El caso del juez Adolfo Prego, protagonista de la admisi¨®n de la querella, es ya harina de otro costal. Habla en p¨²blico sin tapujos, y as¨ª, desde la revista de la Hermandad del Valle de los Ca¨ªdos nos explica que en los a?os cincuenta, esto es, bajo Franco, hab¨ªa m¨¢s machismo pero menos asesinatos de mujeres. ?Por qu¨¦? Entonces "hab¨ªa respeto, moral, conciencia del bien y del mal", sumisi¨®n a "valores superiores". Perdido eso en Espa?a, naci¨®n "milenaria", "el hombre se convierte en una bestia" y mata ancianos, mujeres y ni?os. La naci¨®n espa?ola, nos dice entre met¨¢fora y met¨¢fora -antol¨®gica la de la Constituci¨®n y el chorizo-, resulta hoy destruida desde el BOE; es decir, por las normas promulgadas del Estado democr¨¢tico. Semejante magistrado est¨¢ en condiciones de aplicar tales planteamientos m¨¢s all¨¢ del caso Garz¨®n, desde el Tribunal Supremo. ?Qu¨¦ m¨¢s queremos?
La cr¨ªtica del ex fiscal Jim¨¦nez Villarejo apuntaba con argumentos convincentes al desastre que una actuaci¨®n judicial as¨ª sesgada contra un "juez justo" est¨¢ causando a la convivencia democr¨¢tica. S¨®lo los grup¨²sculos franquistas se benefician de la ofensiva: Villarejo lo subray¨® con toda raz¨®n y magistrados como Varela debieran haberlo tenido en cuenta. Una vez obtenida la patente de corso, acusar¨¢n a todo aquel que se mueva: Villarejo y el rector Berzosa son los primeros afectados. Buen servicio a la democracia.
En torno al eje del PP, la reacci¨®n de la derecha contra el acto de la Complutense ha sido brutal. Por supuesto ning¨²n medio, personaje o tertuliano se pregunta si hubo justicia o injusticia en los objetivos de Garz¨®n y en los procedimientos contra ¨¦l. Y si la Universidad y los sindicatos tienen o no raz¨®n para protestar contra el olvido forzoso del franquismo. Ah¨ª est¨¢n todos en una puja para ver qui¨¦n encuentra las palabras m¨¢s contundentes: "aquelarre", "chekismo", "guerracivilismo", "semi-bolcheviques" o bolcheviques a secas, "extremismo izquierdista". Un alto cargo de la Comunidad se ceba en la actuaci¨®n del rector Berzosa. Alude a su aspecto f¨ªsico: sin duda ¨¦l mismo no se mira en el espejo. La autonom¨ªa universitaria, a la basura. Rajoy supera sus conocidos l¨ªmites como pol¨ªtico convirti¨¦ndose en inquisidor surrealista, al solicitar dimisiones de altos cargos socialistas por asistir a un acto legal. Y Rosa D¨ªez habla de "golpe contra la democracia".
Cierra el c¨ªrculo la infamia eficazmente administrada. Portada del diario "l¨ªder de informaci¨®n", d¨ªa 14: "El Supremo acusado de torturas entre aplausos de la izquierda". Puro montaje, ya que frente al auto de Varela, lo dicho por Villarejo fue que bajo el franquismo fiscales y jueces encubrieron las torturas. Verdad incuestionable. Y cit¨® expresamente al TOP, no al Supremo, como puede comprobarse consultando el v¨ªdeo de Libertad Digital. Ante las c¨¢maras pude comprobar que al n¨²mero dos de la Cosa los documentos prueba de la falsificaci¨®n no le impresionan. Se mantuvo agresivo en la falsedad. Y es que la intoxicaci¨®n ha sido muy eficaz; sus ecos se han escuchado en todos los medios derechistas, present¨¢ndose gracias a ello como los paladines de una conciencia democr¨¢tica fiel a esa transici¨®n que los defensores de la memoria republicana intentar¨ªan dinamitar. Cr¨ªmenes contra la humanidad: provocaci¨®n. Hay que blindar al franquismo. Elogiable lealtad.
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