Espa?a se salva (de momento)
Los inversores conf¨ªan en la calidad de los t¨ªtulos del Tesoro
La frase "Espa?a no es Grecia" ha hecho fortuna entre pol¨ªticos, analistas, incluso representantes de organismos internacionales en los ¨²ltimos tiempos. Los mercados, de momento, se lo creen y permiten financiar a buen precio el creciente volumen de deuda necesario para capear la crisis. Pero la partida no est¨¢ ganada. Con un d¨¦ficit que figura entre los m¨¢s abultados de la Uni¨®n Europea, la estrecha dependencia de capitales for¨¢neos y un desempleo que enfr¨ªa los ¨¢nimos de recuperaci¨®n, Espa?a ha de esforzarse cada d¨ªa para superar la estricta vara del mercado.
La principal se?al de alarma proviene del elevado d¨¦ficit y, sobre todo, del ritmo vertiginoso al que ha evolucionado. De exhibir un super¨¢vit fiscal del 2,2% del producto interior bruto (PIB) en 2007, las cuentas p¨²blicas se han deteriorado hasta presentar un desequilibrio del 11,2%. En s¨®lo dos a?os las boyantes arcas del Estado han perdido el 36% de los recursos, el mismo nivel en el que se han disparado los gastos. Es decir, el Estado ha atendido muchas m¨¢s necesidades con bastantes menos recursos.
Lo m¨¢s preocupante es el peso del capital for¨¢neo en la deuda p¨²blica y privada
La principal factura sobrevenida ha sido la del paro. Con 30.000 millones de euros presupuestados para 2010, esta partida se ha duplicado con creces en dos a?os y constituye la segunda m¨¢s onerosa de las cuentas estatales despu¨¦s de las pensiones. De ah¨ª la atenci¨®n con que los analistas miran el desempleo espa?ol para evaluar la salud de las cuentas p¨²blicas y las posibilidades que tienen de una pronta recuperaci¨®n. De momento, las cifras no dan para grandes alegr¨ªas. La tasa del 19% prevista para este a?o y del 18,4% para el pr¨®ximo no aliviar¨¢ a corto plazo la tensi¨®n presupuestaria.
Con todos estos compromisos, el porcentaje de d¨¦ficit espa?ol no dista tanto del griego, que ahora ha vuelto a revisarse al alza hasta el 13,6%. La clave que ha salvado a Espa?a de convertirse en Grecia es el nivel de deuda, muy inferior al de la eurozona. El conjunto de las administraciones p¨²blicas soportaba un 36% del PIB cuando estall¨® la crisis. Con los estragos de la Gran Recesi¨®n, esa cifra a¨²n est¨¢ en niveles asumibles, pero escalar¨¢ hasta el 74% en 2013, con la consiguiente losa por el pago de intereses.
Hasta ahora, el Gobierno no ha tenido problemas en colocar la deuda entre los inversores. Los intereses que el Estado abona a quienes la adquieren figuran entre los m¨¢s bajos de la historia, se?al de que los inversores conf¨ªan en recuperar su dinero. En la ¨²ltima subasta, el bono espa?ol a 10 a?os se pag¨® al 3,8%, una cifra muy alejada del 8,6% que se le exige al griego. El diferencial del espa?ol con el alem¨¢n, el que sirve como referencia para medir el vigor del resto, se acerca a 92 puntos b¨¢sicos (100 puntos b¨¢sicos es un punto porcentual). Aunque esa brecha ha crecido en los ¨²ltimos d¨ªas debido al castigo de los mercados a los pa¨ªses m¨¢s vulnerables, la cifra se aleja de los 559 puntos de diferencial imputable al bono griego.
La debilidad se acrecienta cuando se suma el endeudamiento privado. Lo que deben las empresas, las familias y el Estado en su conjunto ronda el 400% del PIB, seg¨²n estimaciones de Analistas Financieros Internacionales. Lo m¨¢s preocupante es el excesivo peso de los capitales for¨¢neos en ese endeudamiento. Para financiar el crecimiento en los ¨²ltimos a?os (y ahora los remedios a algunos excesos), Espa?a ha pedido dinero al exterior por casi el 170% de su PIB, algo m¨¢s que Grecia, seg¨²n datos del FMI. No obstante, pa¨ªses como Francia, Dinamarca, Austria y B¨¦lgica registren niveles superiores.
El sector financiero, otro elemento que escrutan los mercados, ha sorteado hasta ahora la cat¨¢strofe, pero el FMI alerta de que si los activos inmobiliarios se siguen depreciando y el paro alcanza a uno de cada cuatro activos, bancos y cajas (sobre todo ¨¦stas) necesitar¨¢n 22.000 millones de euros. Otra factura con visos de incorporarse -aunque finalmente se recupere- a la creciente deuda p¨²blica.
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