"Es una cuesti¨®n de justicia y de dignidad"
Se llamaba Enrique Santiago Ara¨²jo y era m¨¦dico de profesi¨®n. Fue detenido en su casa un d¨ªa de julio de 1936. Su crimen: haber asistido a un mitin socialista la semana anterior. Estuvo encerrado en los calabozos de Ceuta casi un mes. Se lo devolvieron a su mujer en un ata¨²d de madera con el cuerpo lleno de balazos. Ten¨ªa 27 a?os.
Los nietos de Enrique Santiago Ara¨²jo se manifestaron ayer con su retrato en sepia por la calle de Alcal¨¢, 74 a?os despu¨¦s. Volvieron hace poco a Ceuta para visitar la tumba de su abuelo e intentaron sin ¨¦xito aclarar las circunstancias de su muerte. Pero ?por qu¨¦ precisamente ahora? "El tema estaba dormido, pero con lo que est¨¢n intentando hacer al juez Garz¨®n hemos despertado", comentaba en medio de la multitud Pablo Santiago, uno de sus descendientes. Para la manifestaci¨®n, buscaron la foto de su abuelo y encontraron un sentimiento que ten¨ªan dormido: "Queremos saber qu¨¦ le pas¨®. Y si hay alguien que tenga que ser juzgado, adelante".
M¨¢s arriba, un tipo con chaleco lleva una fotograf¨ªa de ?ngeles Losada. Debajo pone: ?Justicia! "?Es usted familiar de esta mujer?". "Qu¨¦ va, me han dado la pancarta hace un rato. No s¨¦ ni qui¨¦n es, pero me basta con saber que es una v¨ªctima del franquismo", dice, y apostilla para que conste en acta que se llama Juancho Garc¨ªa y que tiene 33 a?os. Es m¨¢s, a?ade que proviene de una familia que comulgaba con el r¨¦gimen franquista. "Eso no cambia nada. Yo tengo mis ideas y quiero que se repare la memoria de todos los muertos y desaparecidos. Si se hace en Argentina o en Chile... ?por qu¨¦ no aqu¨ª?".
Por la Puerta del Sol andaba tambi¨¦n Francisco Olmo, pin con la bandera republicana en la solapa. Quiso estar en la manifestaci¨®n a favor de Garz¨®n. Se bastaba ¨¦l y la foto de su padre, un agricultor desaparecido. A su madre, la viuda, le ofrecieron durante el franquismo una pensi¨®n de viudedad a cambio de que firmase un documento ignominioso que afirmaba que su marido hab¨ªa fallecido de muerte natural. No lo hizo, a pesar de que en casa no hab¨ªa un mendrugo de pan que echarse a la boca.
El hombre lleva a?os tratando de saber d¨®nde est¨¢ su padre. Era un retrato de la dignidad verle ayer solo, a sus 77 a?os, con su foto entre la multitud.
"?Espa?a ma?ana ser¨¢ republicana!", clamaban Juan Carlos y Luis, dos estudiantes de Historia que rondan la veintena. "Los muertos son de todos nosotros. No podemos olvidarles", explicaban, a pesar de que ninguno de los dos tiene familiares directos. "No es que sea s¨®lo justicia, es una cuesti¨®n de dignidad".
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