El relato corto se hace grande

"Los libros de cuentos han dejado de ser una engorrosa cl¨¢usula en el contrato de un escritor. Tampoco son ya el trampol¨ªn hacia la novela para los narradores debutantes o el descanso entre novelas para los consagrados". Lo dice Juan Casamayor, que hace 10 a?os fund¨® P¨¢ginas de Espuma, una editorial que se enfrent¨® a uno de los grandes clich¨¦s de la edici¨®n espa?ola: "El cuento no vende".

"Pas¨¦ los primeros a?os escuchando esa frase por duplicado, s¨ª: no vende, no vende...", recuerda Casamayor, que una d¨¦cada despu¨¦s tiene un cat¨¢logo de 170 t¨ªtulos en papel -con autores como Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, Medardo Fraile o Ana Mar¨ªa Shua-, 40 en formato el¨¦ctr¨®nico y casas en Argentina y M¨¦xico. Su best seller, dice, es Ajuar funerario, de Fernando Iwasaki, con 54.000 ejemplares vendidos. En 2002, adem¨¢s, se atrevi¨® con Peque?as resistencias, un imprescindible panorama del cuento en lengua espa?ola en cuatro tomos coordinados por Andr¨¦s Neuman, que en octubre publicar¨¢ una nueva entrega consagrada a Espa?a.

S¨¢ez de Ibarra: "En Internet 'cuelgas' un relato y recibes el eco de los lectores"

Berta Mars¨¦: "No es el hermano menor ni el primo ni el cu?ado de la novela"

El escritor Eloy Tiz¨®n, que el pr¨®ximo d¨ªa 12 dictar¨¢ en la Biblioteca Nacional la conferencia El renacer de la cuent¨ªstica, considera clave la aparici¨®n de editoriales especializadas para la consolidaci¨®n definitiva de un g¨¦nero que nunca cont¨® en Espa?a con el predicamento que siempre tuvo en Latinoam¨¦rica y, sobre todo, en Estados Unidos. All¨ª una red de revistas pagaba tradicionalmente a los escritores por publicar sus relatos. Basta leer las memorias de Ernest Hemingway, un maestro de la distancia corta, para certificar que en algunos pa¨ªses se pod¨ªa vivir del cuento.

Junto a P¨¢ginas de Espuma, Tiz¨®n cita a la palentina Menoscuarto, fundada en 2004 y con 75 t¨ªtulos en un cat¨¢logo en el que conviven los relatos completos de Miguel Delibes, Carmen Laforet o Esther Tusquets con libros nuevos de Gonzalo Calcedo y Manuel Moyano. En Menoscuarto acaba de aparecer Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento espa?ol actual, una antolog¨ªa firmada por Gemma Pellicer y Fernando Valls. Profesor de la Universidad de Barcelona, Valls es el gran cr¨ªtico del g¨¦nero en Espa?a. De hecho, Siglo XXI se suma a otras dos selecciones suyas que hicieron ¨¦poca: Son cuentos (Espasa, 1993) y Los cuentos que cuentan (Anagrama, 1993). Si la primera subray¨® la labor breve de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Soledad Pu¨¦rtolas, Javier Mar¨ªas o Antonio Mu?oz Molina, la segunda hizo lo propio con Javier Cercas, Mercedes Abad, Juan Bonilla o Fernando Aramburu.

Para Valls, su nueva antolog¨ªa certifica un hecho ins¨®lito hasta ahora: "La continuidad desde los a?os setenta de un g¨¦nero que en el panorama espa?ol ha sido guadianesco". Ello pese a la calidad de figuras como Ignacio Aldecoa, Juan Eduardo Z¨²?iga o Medardo Fraile. Para Eloy Tiz¨®n, por su parte, la gran muestra de la vitalidad del g¨¦nero es, en lo literario, el hecho de que estos dos ¨²ltimos sigan activos a la vez que los 35 nuevos autores antologados por Valls: de Carlos Cast¨¢n, de 47 a?os, a Mat¨ªas Candeira, de 26, pasando por Hip¨®lito G. Navarro, Pilar Ad¨®n, Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n o Elvira Navarro.

"Est¨¢n a la altura de los autores latinoamericanos de cuentos de su generaci¨®n. Eso es algo que podemos decir pocas veces", afirma Fernando Valls de unos autores cuya "melod¨ªa de ¨¦poca", dentro de una gran variedad de temas, ser¨ªa su pertenencia a "la tradici¨®n del realismo" y una "asimilaci¨®n no mim¨¦tica de las vanguardias". M¨¢s que boom del cuento, apunta Casamayor, lo que hay es "un crecimiento sostenido". Un crecimiento al que han contribuido tanto las ediciones de cuentos completos de grandes cl¨¢sicos por parte de Alfaguara, Lumen, Anagrama o Alba como los minilibros con uno o dos textos lanzados por Alfabia, Gadir o Alpha Decay.

En los alrededores de la literatura, Valls destaca adem¨¢s tres elementos que han impulsado la vitalidad y dignificaci¨®n del cuento: 1) Muchos autores han pasado por talleres literarios y ahora ejercen como profesores. 2) Hay al menos tres premios de altura dedicados a los libros de cuentos: el NH, el Ribera del Duero y el Setenil. La primera edici¨®n de este ¨²ltimo recay¨® en Los girasoles ciegos (Anagrama), de Alberto M¨¦ndez. Y 3) Internet.

Javier S¨¢ez de Ibarra, antologado por Valls y ganador del Ribera del Duero con Mirar al agua (P¨¢ginas de Espuma) descata la importancia de la Red como refugio cr¨ªtico y creativo de un g¨¦nero tradicionalmente "desatendido" por los medios tradicionales. Bit¨¢coras como El s¨ªndrome Ch¨¦jov, La luz tenue, Vivir del cuento o la del propio Fernando Valls -La nave de los locos- son para el escritor referencias tanto en la informaci¨®n como en la creaci¨®n: "Uno puede colgar un relato y recibir al instante el eco de los lectores. Tal vez la pega es la ansiedad por renovar los contenidos".

S¨¢ez de Ibarra, que ha publicado tres libros de cuentos, pertenece al club de los fieles al g¨¦nero. Lo mismo que Berta Mars¨¦, autora de En jaque y Fantas¨ªas animadas (en Anagrama) y tambi¨¦n presente en Siglo XXI. ?Para cu¨¢ndo una novela? ?sa es la pregunta a la que los dos se enfrentan recurrentemente. "?Bastante complicado es escribir un relato!", responde Mars¨¦. "El cuento no es el hermano menor ni el primo ni el cu?ado de la novela".