Insuficiente

La reuni¨®n entre el presidente del Gobierno y el l¨ªder de la oposici¨®n deber¨ªa haber marcado un punto de inflexi¨®n en el clima pol¨ªtico desde el que se ha venido abordando la crisis econ¨®mica, pero no lo hizo. La gravedad de la situaci¨®n no permit¨ªa la escenificaci¨®n de un nuevo desacuerdo radical, y tanto Zapatero como Rajoy dieron ayer un primer paso, del todo insuficiente, para centrar el debate. El consenso sobre los dos asuntos planteados (Grecia y cajas) no garantiza soluciones; pero resultaba imprescindible, tanto para identificar una agenda de prioridades compartida por las principales fuerzas pol¨ªticas, como para asegurar un marco estable de actuaci¨®n en torno a ella. Todo lo dem¨¢s, falt¨®. Y la culpa es de ambos.

Fruto de esa escenificaci¨®n menos crispada de las relaciones entre Gobierno y PP es el acuerdo para culminar el proceso de fusiones de las cajas de ahorros, obstaculizado por las resistencias auton¨®micas, antes del 30 de junio, y de presentar un proyecto de reforma de la Ley de Cajas en tres meses. El acuerdo despeja dudas sobre las cajas y ser¨ªa deseable que sus efectos se dejaran sentir de forma inmediata. Cuanto antes fluya el cr¨¦dito hacia las empresas, tanto m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ la recuperaci¨®n. Pero son obligadas dos matizaciones. La primera, que llega con retraso; la segunda, que debido a ese retraso en algunas cajas sean necesarias recapitalizaciones intensas.

Gobierno y PP tambi¨¦n est¨¢n de acuerdo en el plan de rescate de Grecia y en que Espa?a debe aportar dinero para ese plan. El dramatismo de la crisis griega, que ayer vivi¨® otra huelga general, la tercera en mes y medio, con incidentes violentos que provocaron tres muertos, indica la gravedad del momento; pero los efectos indirectos de esa crisis sobre otros pa¨ªses, incluyendo Espa?a, indican tambi¨¦n el inter¨¦s compartido por el resto de la UE en ayudar a Papandreu a evitar la quiebra de su pa¨ªs. Que haya acuerdo con la oposici¨®n sobre la aportaci¨®n espa?ola de 9.800 millones de euros es el otro signo de seriedad de la reuni¨®n de ayer. Son pocos para el momento de zozobra que vive Espa?a.

Resulta inaudito que Zapatero y Rajoy no abordaran en la reuni¨®n la discusi¨®n de decisiones sobre empleo; quiz¨¢ f¨ªan la disminuci¨®n del paro a la reforma del mercado de trabajo que est¨¢ en manos de los agentes sociales. Tambi¨¦n evitaron escenificar otro acuerdo, tan importante como el financiero, que es el del Plan de Austeridad que debe recortar el d¨¦ficit p¨²blico espa?ol desde el 11,4% del PIB actual hasta el 3% en 2013. La capacidad que tenga el Gobierno (con el respaldo de la oposici¨®n), para convencer a los inversores de que esa reducci¨®n es factible determinar¨¢ su credibilidad en el exterior, el coste de su deuda y la solvencia de las finanzas p¨²blicas. Lo que escenificaron ayer Rajoy y Zapatero en este punto fue un desacuerdo. En la explicaci¨®n del presidente del Gobierno, el PP ser¨ªa partidario de un ajuste dr¨¢stico del d¨¦ficit en 2010, mientras que el Ejecutivo ser¨ªa partidario de una reducci¨®n m¨¢s gradual para no perjudicar la recuperaci¨®n.

Los mercados desconf¨ªan de que la econom¨ªa espa?ola sea capaz de reducir el d¨¦ficit en m¨¢s de ocho puntos en cuatro a?os, y desde luego resulta improbable con las proyecciones actuales de crecimiento (por m¨¢s que la Comisi¨®n Europea haya mejorado en dos d¨¦cimas la previsi¨®n de contracci¨®n del PIB espa?ol este a?o). El Gobierno no explica d¨®nde se aplicar¨¢n los recortes de gasto y ha renunciado al ajuste que se entiende con m¨¢s facilidad, que es la congelaci¨®n de los sueldos de los funcionarios a cambio de su seguridad en el empleo. Unas relaciones menos crispadas con el PP deber¨ªan abrir paso a un plan de reestructuraci¨®n del gasto p¨²blico (estatal y auton¨®mico), con fechas precisas e indicadores de cumplimiento. Sin ese plan y sin una reforma r¨¢pida del mercado de trabajo, la recuperaci¨®n se demorar¨¢ varios a?os.