La victoria de los mercados financieros
Sab¨ªamos desde hac¨ªa tiempo que la globalizaci¨®n liberal significaba en primer lugar la dominaci¨®n de los mercados de capitales y, por lo tanto, el debilitamiento de la pol¨ªtica como instancia de regulaci¨®n del desarrollo econ¨®mico y social. Tambi¨¦n sab¨ªamos que un determinado n¨²mero de grandes pa¨ªses (Estados Unidos, Europa, dirigida de facto por el eje franco-alem¨¢n; Reino Unido, Jap¨®n, y ahora China, India y Brasil) eran vectores de esa globalizaci¨®n. Ahora sabemos, por fin, que los mercados financieros, responsables de la crisis en la que estamos inmersos, tambi¨¦n son capaces de poner de rodillas a un Estado de la zona euro y que pueden amenazar a otros. Grecia era s¨®lo el primer eslab¨®n de la cadena. Era, por supuesto, un test sobre la solidaridad europea y la capacidad de resistencia de Europa. El ataque contra Grecia empez¨® con rumores. El que apunta ahora a Espa?a empieza tambi¨¦n por una rebaja de la calificaci¨®n en la Bolsa de la deuda soberana espa?ola; es igual de preocupante. El Gobierno espa?ol ha calificado esos rumores de "rid¨ªculos". Esperemos que tenga raz¨®n. Pero no hay humo sin fuego. Los dirigentes de los pa¨ªses del sur de Europa deben tomarse en serio esta situaci¨®n y, sobre todo, exigir una respuesta europea coordinada. Lo que est¨¢ en juego es el futuro de la moneda ¨²nica. Y lo que es seguro es que no saldremos de la crisis sin cambiar la pol¨ªtica del euro.
Est¨¢ en juego el futuro de la moneda ¨²nica. No saldremos de la crisis sin cambiar la pol¨ªtica del euro
En efecto, no era necesario ser un premio Nobel de Econom¨ªa para adivinar, desde que se instaur¨® la moneda ¨²nica, que los desequilibrios estructurales de la zona euro (principalmente la desigualdad de desarrollo entre los distintos pa¨ªses) no aguantar¨ªan el primer se¨ªsmo. Pero aquellos que lo dec¨ªan eran calificados de antieuropeos por parte de los bien-pensantes liberales y conservadores. Sin embargo, la responsabilidad de quienes han construido esta Europa ha quedado ahora al descubierto. Europa no ha sabido reaccionar ante la crisis mundial de 2008, ni tampoco defenderse de los ataques contra uno de sus miembros, y da la raz¨®n a los mercados financieros solicitando ayuda al FMI e imponiendo planes de una dureza implacable a los pa¨ªses que est¨¢n en el punto de mira de los inversores-especuladores. Peor a¨²n: al escoger la estrategia de los planes de austeridad, Europa desembocar¨¢ en una recesi¨®n generalizada, en una crisis social duradera cuyas consecuencias nadie puede prever. Por ¨²ltimo, actuando de este modo, la Uni¨®n Europea ha animado objetivamente a los mercados financieros a que la emprendan con otros pa¨ªses.
Tomemos el caso de Grecia. La aportaci¨®n de 110.000 millones de euros no resolver¨¢ nada; es muy probable que este pa¨ªs no pueda pasar del 14% actual de d¨¦ficit a un 3% en 2014, salvo que provoque una explosi¨®n social; el pr¨¦stamo se realiza bajo unas condiciones excesivas (5%, ?viva la solidaridad europea!); por ¨²ltimo, la aplicaci¨®n de las medidas exigidas romper¨¢ el crecimiento griego, en caso de que vuelva a arrancar dentro de los pr¨®ximos tres a?os. Esto no ha acabado a¨²n. Despu¨¦s de que Alemania haya vacilado varias semanas, aun as¨ª cruciales para el rescate, antes de decidirse, ciertos pa¨ªses europeos, como por ejemplo Eslovaquia, ya declaran que no aportar¨¢n lo que han prometido si no tienen la certeza de que el Gobierno griego act¨²a con dureza.
En realidad, la Europa de Bruselas y del Banco Central ha elegido salir de la crisis con la recesi¨®n, el desempleo, la deflaci¨®n salarial y no con la recuperaci¨®n, la puesta en marcha de una estrategia keynesiana de creaci¨®n masiva de empleos y de una pol¨ªtica europea solidaria de crecimiento compartido.
Lo que se quiere perpetuar para satisfacer a los especuladores es un pacto de estabilidad responsable del desempleo end¨¦mico en Europa; es la falta de coordinaci¨®n econ¨®mica entre los miembros de la zona euro, dejando las manos libres al Banco Central; es la ausencia de pol¨ªtica fiscal com¨²n; es, por ¨²ltimo, el aumento de las diferencias de desarrollo entre los pa¨ªses de la zona euro.
?Creemos seriamente que los pa¨ªses que no han podido colmar sus diferencias de convergencia con los pa¨ªses m¨¢s ricos, a pesar de 25 a?os de transferencias de fondos de cohesi¨®n y ayudas de todo tipo, podr¨¢n lograrlo ahora, en ¨¦poca de vacas flacas? ?Y cu¨¢nto tiempo llevar¨¢ esto? El caso de Grecia es absolutamente ejemplar, puesto que a pesar del duro plan europeo, los mercados financieros se han negado a confiar en el Gobierno griego. Y la moneda ¨²nica contin¨²a siendo atacada. ?Deber¨ªa abandonar Grecia la zona euro? Es una gran y enorme batalla la que se est¨¢ librando. Y no ha hecho m¨¢s que empezar.
Traducci¨®n de M. Sampons.
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