Una nueva etapa

Cuando escribo estas l¨ªneas, los consejos de administraci¨®n de Caixa Galicia y Caixanova acaban de aprobar el acuerdo para la fusi¨®n. El reparto de poder, las sedes o el per¨ªodo transitorio fueron hasta el ¨²ltimo momento otras tantas dificultades que retrasaron el parto de la caja que necesita Galicia. Aunque s¨®lo fuera por el bochornoso espect¨¢culo que est¨¢n dando a la sociedad gallega durante este proceso, en el que han primado claramente intereses corporativos cuando no los personales sobre los generales, algunos de los protagonistas de esta historia, que cada vez se parece m¨¢s a un culebr¨®n televisivo, deber¨ªan haber dejado paso a nuevos dirigentes que pudiesen abordar con credibilidad el futuro de nuestro sistema financiero.

Feij¨®o debe aclarar si la fusi¨®n es definitiva o un paso para otras alianzas

Si a todo ello a?adimos que tanto M¨¦ndez como Gayoso no fueron nunca entusiastas de la fusi¨®n entre las dos cajas gallegas, sino proclives a alcanzar compromisos por separado con entidades financieras for¨¢neas, aun a costa de la p¨¦rdida de control de los centros de decisi¨®n de nuestro sistema financiero, llegaremos f¨¢cilmente a la conclusi¨®n de que no eran precisamente las personas id¨®neas para dirigir el futuro de la caja que resulte de la uni¨®n de las dos actualmente existentes.

En cualquier caso, el per¨ªodo de transici¨®n, fijado en tres a?os, deber¨ªa haber sido m¨¢s breve, como tambi¨¦n deber¨ªa aplicarse la ley a todos por igual. Conviene recordar al respecto que la norma que regula las cajas, aprobada en diciembre pasado por el Parlamento de Galicia, est¨¢ plenamente vigente, salvo en los art¨ªculos que han sido recurridos por el Gobierno ante el Tribunal Constitucional, algo que la Xunta y los actuales dirigentes de las cajas no pueden olvidar. Recuerdo esta obviedad porque alguno de nuestros insignes financieros lleg¨® a afirmar que para lograr la fusi¨®n era necesario orillar la ley de cajas en vigor. Curiosa visi¨®n de la democracia tiene quien piensa que la ley s¨®lo debe aplicarse cuando conviene y, en todo caso, solamente a los dem¨¢s.

Ahora bien, mientras nuestros pr¨®ceres de las finanzas siguen enzarzados en una lucha sin cuartel para defender sus particulares intereses, el presidente del Gobierno y el principal l¨ªder de la oposici¨®n llegaban, con la anuencia de la gran banca espa?ola, a un acuerdo pol¨ªtico para dise?ar el futuro del sector financiero cuyos contenidos no dejan lugar a la m¨¢s m¨ªnima duda. Ambos l¨ªderes decidieron, hace hoy justamente una semana, abrir el proceso de privatizaci¨®n de las cajas a trav¨¦s de las cuotas participativas con derechos pol¨ªticos y la reducci¨®n dr¨¢stica de la presencia de los poderes p¨²blicos en dichas entidades financieras, y, al mismo tiempo, en coherencia con su concepci¨®n centralista del Estado, desvincular las cajas de los respectivos territorios y sustraerlas de la influencia de los poderes auton¨®micos.

Ante esta situaci¨®n es imperativo que las diferentes fuerzas pol¨ªticas dejen claro cu¨¢l es su posici¨®n para abordar la nueva etapa abierta por el pacto entre Zapatero y Rajoy. Feij¨®o debe despejar definitivamente tres importantes inc¨®gnitas. La primera es si est¨¢ dispuesto a aplicar los art¨ªculos en vigor de la ley de cajas aprobada por el Parlamento de Galicia, en espera de la decisi¨®n definitiva que tome el Tribunal Constitucional. La segunda consiste en que el presidente de la Xunta explicite, sin dejar espacio a la m¨¢s m¨ªnima especulaci¨®n, si la necesaria fusi¨®n de las cajas gallegas es una soluci¨®n definitiva o simplemente un paso intermedio para abordar posteriormente, como desean Zapatero y Rajoy, nuevas alianzas que alejen de Galicia los centros de decisi¨®n financiera. La tercera, en estrecha relaci¨®n con la anterior, se refiere a si Feij¨®o mantendr¨¢ su compromiso de defender nuestras competencias y el veto a cualquier alianza que desposea a Galicia de la capacidad de decisi¨®n sobre nuestro sistema financiero.

Por su parte, el PSdeG debe decidir si es algo m¨¢s que una franquicia de Ferraz, corrigiendo as¨ª su err¨¢tico rumbo de los ¨²ltimos tiempos, o si, por el contrario, ha vuelto a asumir una posici¨®n mec¨¢nicamente dependiente del Gobierno socialista y de la c¨²pula estatal del PSOE. Finalmente, el Bloque, cuya coherencia en este asunto es preciso resaltar, porque ha defendido siempre la creaci¨®n de una nueva caja blindada contra eventuales absorciones futuras, precisa elaborar una estrategia que le permita intervenir con ¨¦xito, como en el pasado inmediato, ante la nueva etapa que se ha abierto cara a la reordenaci¨®n profunda del sistema financiero. Estaremos atentos a los movimientos de todos ellos.