El ajuste retrasa la recuperaci¨®n
Los expertos contemplan un impacto negativo en la econom¨ªa a corto plazo
La deuda ha destronado al crecimiento como carta de presentaci¨®n de las econom¨ªas. La espa?ola es un buen ejemplo: el avance del PIB se observ¨® durante a?os como el principal indicador de bonanza y la entrada en recesi¨®n supuso una tragedia. Pero los mercados han fijado la vista en otros indicadores que consideran m¨¢s elocuentes: los desequilibrios fiscales. Para corregirlos, el Gobierno espa?ol ha optado por un plan cuya dureza puede comprometer el crecimiento econ¨®mico, al menos a corto plazo. Porque mermar las rentas de funcionarios y pensionistas, dos colectivos poco dados a las incertidumbres, pasar¨¢ factura al conjunto de la econom¨ªa.
El propio Gobierno es consciente de ese riesgo. En el c¨²mulo de malas noticias que constituy¨® la intervenci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero el pasado mi¨¦rcoles en el Congreso se col¨® una que pas¨® desapercibida: el plan de ajuste "afectar¨¢ transitoriamente al crecimiento, que el Gobierno estima que el a?o que viene ser¨¢ unas d¨¦cimas inferior al previsto". El pr¨®ximo Consejo de Ministros revisar¨¢ a la baja el 1,8% esperado para 2011, una cifra que muchos expertos ya cre¨ªan demasiado optimista y que ahora se adecuar¨¢ al nuevo escenario.
El recorte de salarios tiene visos de trasladarse al sector privado
Los analistas se preguntan ya cu¨¢l va a ser el pr¨®ximo ajuste
Los analistas consultados creen probable que el PIB crezca menos como consecuencia de la bajada de sueldo a los funcionarios, la congelaci¨®n de las pensiones y otras medidas que restan incentivos a consumir. Pero a?aden una importante salvedad: la alternativa de no adoptar medidas habr¨ªa conducido al pa¨ªs al desastre y la mejora de la confianza que promueven esos recortes puede acabar animando el crecimiento econ¨®mico.
Una mayor incertidumbre sobre la econom¨ªa espa?ola habr¨ªa elevado la sensaci¨®n de riesgo y, en definitiva, habr¨ªa puesto en peligro el proyecto europeo. "Ese escenario hubiera sido tan catastr¨®fico que habr¨ªa implicado a largo plazo, y probablemente tambi¨¦n a corto, un crecimiento much¨ªsimo menor", reflexiona Rafael Dom¨¦nech, economista jefe de Espa?a y Europa del servicio de estudios del BBVA. La entidad estudia ahora qu¨¦ crecimiento adjudica al a?o pr¨®ximo a ra¨ªz de lo anunciado por Zapatero.
Funcas, la fundaci¨®n de cajas de ahorros, ya ha decidido revisar sus n¨²meros. El pr¨®ximo mi¨¦rcoles corregir¨¢ a la baja entre dos y tres d¨¦cimas las perspectivas del PIB en 2011, bastante altas en su primera estimaci¨®n (el 0,8%). Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez, del gabinete de coyuntura y estad¨ªstica, lo justifica por el impacto que estas medidas tendr¨¢n en la confianza de los ciudadanos: "A los mercados les afecta positivamente, pero desde dentro la gente se preguntar¨¢ cu¨¢l ser¨¢ el pr¨®ximo ajuste".
Existen fundadas sospechas de que el recorte, acordado contrarreloj tras el Ecofin que el pasado fin de semana puso en marcha un mecanismo sin precedentes de rescate financiero del euro, no ser¨¢ el ¨²ltimo. "Hemos hecho una primera parte, pero falta otra muy importante. Porque este a?o, si todo va bien, nos quedaremos en el 9,3% de d¨¦ficit pero el que viene hay que pasar al 6%; faltan dos tercios para llegar a lo comprometido", advierte Josep Oliver, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Este hecho le hace predecir un horizonte "complejo e incierto" en el que, si la econom¨ªa llega a crecer en el entorno del 1% el a?o pr¨®ximo, "ya ser¨¢ bastante". Y para completar el ajuste del Gobierno, Oliver echa en falta "alg¨²n gesto a las rentas altas".
?ngel de la Fuente, del Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica del CSIC, resta importancia a ese impacto de los recortes sociales en el PIB. "Yo no esperar¨ªa m¨¢s de unas d¨¦cimas", aventura. De la Fuente destaca que la congelaci¨®n de las pensiones -menos las m¨ªnimas y las no contributivas- en un a?o en que la inflaci¨®n ser¨¢ previsiblemente baja no supondr¨¢ apenas p¨¦rdida de poder adquisitivo para esos 8,6 millones de personas. Hay que tener en cuenta adem¨¢s que los pensionistas ganaron poder de compra el a?o pasado, pues sus prestaciones subieron un 2% cuando la inflaci¨®n anual qued¨® en el 0,7%.
Algo similar ocurre con los funcionarios. En la legislatura y media de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, los 2,6 millones de funcionarios han visto crecer sus retribuciones por encima de la inflaci¨®n. Recuperaron as¨ª la p¨¦rdida de poder adquisitivo que sufrieron en el periodo anterior, con subidas inferiores a la inflaci¨®n real e incluso congelaci¨®n. La dr¨¢stica rebaja del 5% a partir de junio los devuelve al punto de partida, como reconoci¨® el propio Zapatero en el Congreso. "Pero el impacto en el PIB tampoco va a ser muy grande; representan el 12% de la poblaci¨®n ocupada", a?ade De la Fuente.
?sa es la clave de todo este proceso: determinar si los recortes salariales se limitar¨¢n a los empleados p¨²blicos o se extender¨¢n al sector privado. Entre los analistas consultados no hay dudas al respecto: el ejemplo de la Administraci¨®n acabar¨¢ contagiando al resto de los asalariados, lo que los economistas llaman efecto demostraci¨®n. "No cabe duda de que la negociaci¨®n colectiva ser¨¢ mucho m¨¢s moderada. Los salarios nominales han seguido subiendo con la crisis. Ahora se moderar¨¢n, lo cual equivale a una devaluaci¨®n selectiva", explica Jes¨²s Fern¨¢ndez-Villaverde, profesor de la Universidad de Pensilvania. Dom¨¦nech a?ade que este comportamiento, "unido a una reforma laboral bien hecha", incentiva la creaci¨®n de empleo, pues los costes se abaratan. Tambi¨¦n los precios, que en abril por primera vez arrojaron descensos en el indicador de inflaci¨®n subyacente, el que elimina los elementos m¨¢s vol¨¢tiles y resulta m¨¢s indicativo del comportamiento estructural de precios. Eso es devaluar en una econom¨ªa sin capacidad para depreciar su moneda.
Desde esta perspectiva, y teniendo en cuenta que los mercados premian los ajustes duros de las econom¨ªas m¨¢s expuestas al riesgo, los recortes sociales pueden incluso potenciar el crecimiento, al menos a largo plazo. "Las expectativas son mejores porque da la sensaci¨®n de que se est¨¢ controlando la situaci¨®n, lo que tiene un efecto positivo sobre las inversiones", vaticina Javier Vel¨¢zquez, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. Incluso para los propios funcionarios, entre los cuales se encuentra el propio Vel¨¢zquez: "Al menos ahora tenemos menos para gastar pero sabemos que lo podemos gastar porque ya se est¨¢n tomando medidas", ejemplifica.
Este experto expone otra de las ventajas para las cuentas p¨²blicas: el tipo de inter¨¦s de la deuda en el mercado secundario se abarata, con lo que las nuevas emisiones -este a?o a¨²n habr¨¢ que colocar bastante deuda en los mercados- tendr¨¢n un menor coste para el Estado (es decir, pagar¨¢ menos intereses por colocarla).
Pero en esta ¨¦poca de turbulencias financieras, cualquier teor¨ªa queda superada por los hechos casi al tiempo de formularla. Porque esa supuesta bienvenida que hab¨ªan dado los mercados al esfuerzo europeo por salvar su moneda -y al sacrificio espa?ol en particular- qued¨® cuestionada el pasado viernes, con un nuevo azote burs¨¢til en los principales mercados del mundo. "Si al final sobrevivimos a ¨¦sta, habremos demostrado que somos un pa¨ªs serio", cierra con iron¨ªa Fern¨¢ndez-Villaverde.
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