La luz al final del t¨²nel se apaga
Los ciudadanos rechazan el plan de ajuste y creen que no es suficiente para salir de la crisis - La congelaci¨®n de las pensiones suscita el mayor rechazo
La luz al final del t¨²nel se ha apagado. Espa?a abandon¨® en el primer trimestre su recesi¨®n m¨¢s larga y profunda en medio siglo. Pero la presi¨®n de los mercados impide a los brotes verdes florecer. Aunque la alternativa de no actuar quiz¨¢ hubiera sido peor, el ajuste anunciado el mi¨¦rcoles en apenas dos minutos por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no s¨®lo frenar¨¢ la recuperaci¨®n sino que, probablemente, provocar¨¢ una reca¨ªda en la recesi¨®n. Adem¨¢s, el brusco viraje del Gobierno tendr¨¢ consecuencias econ¨®micas, pol¨ªticas y sociol¨®gicas dif¨ªciles de calibrar de inmediato, pero que dejar¨¢n una huella permanente, y no s¨®lo en los colectivos m¨¢s directamente afectados, sino en el conjunto de Espa?a. La reacci¨®n inicial que muestra la encuesta de Metroscopia para EL PA?S permite atisbar ya parte de la onda expansiva.
El Gobierno err¨® al calibrar el riesgo de contagio de la crisis griega
Las empresas temen que el plan no sea aprobado en el Congreso
La mayor¨ªa respalda que se baje el sueldo a los funcionarios
El apoyo al cheque-beb¨¦ divide a los menores y mayores de 35 a?os
Para empezar, la desconfianza se ha instalado en la ciudadan¨ªa. Tres de cada cuatro consideran que las medidas no son suficientes para que Espa?a salga de la crisis. El Gobierno se ha ganado a pulso esa desconfianza. Cuando ya est¨¢bamos en recesi¨®n y se hab¨ªan perdido cientos de miles de puestos de trabajo, el presidente del Gobierno sosten¨ªa que era "opinable" que hubi¨¦ramos entrado en crisis, una palabra que se convirti¨® en tab¨². "Zapatero pronuncia la palabra crisis" lleg¨® a ser noticia de primera p¨¢gina. Solbes bromeaba con que la recesi¨®n pasar¨ªa "rozando el larguero" cuando cay¨® Lehman Brothers y empezaron a marcarle goles por la escuadra. De no ver llegar la crisis, el Gobierno pas¨® a verla acabarse. Proclam¨® que se hab¨ªa tocado suelo, vio brotes verdes y cuando, a la vuelta del verano de 2009, algunos le advirtieron de que la crisis espa?ola iba a ser m¨¢s larga, Zapatero reaccion¨® airado neg¨¢ndolo. Desgraciadamente, Espa?a ha sido la ¨²ltima de las grandes econom¨ªas en dejar la recesi¨®n y cuando lo hace, se agrava la crisis, con el paro y el d¨¦ficit en niveles r¨¦cord y el acoso de los mercados. El Gobierno tampoco supo diagnosticar bien ese acoso, desatado por la crisis griega.
Cuando el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, se fue a una isla del Egeo para confesar a sus ciudadanos que Grecia era "un barco a punto de irse a pique", el Gobierno se ve¨ªa a salvo del contagio. S¨®lo una semana antes de anunciar su plan de ajuste, Zapatero a¨²n insist¨ªa, tras su reuni¨®n con Rajoy, en que no era momento de una reducci¨®n dr¨¢stica del d¨¦ficit. Pero los dos d¨ªas siguientes fueron una pesadilla. La Bolsa y los bonos se desplomaron. Espa?a empezaba a verse reflejada en el espejo griego, que los l¨ªderes del Eurogrupo se encargaron de poner a Zapatero delante de la cara. No es raro que la encuesta muestre que los ciudadanos creen por abrumadora mayor¨ªa (67%) que el plan de ajuste no es fruto de una reflexi¨®n interna, sino de presiones exteriores. En un contexto de deterioro de la imagen de Espa?a, la presi¨®n de los mercados y la de los dirigentes europeos ha sido decisiva. Para Zapatero, que tanto ha arremetido contra los especuladores, ha tenido que ser especialmente doloroso rendirse a ellos mientras la prometida reforma financiera sigue empantanada.
Hasta ahora, la carga de la crisis la han soportado sobre todo los parados. Ahora se ampl¨ªa exponencialmente el n¨²mero de afectados directos. Entre cinco y seis millones de pensionistas, cerca de tres millones de empleados p¨²blicos, cientos de miles de personas dependientes y de futuras madres sufrir¨¢n las medidas anunciadas por el Gobierno. En tiempos en que el sueldo medio de los ejecutivos de las empresas del Ibex es de un mill¨®n de euros, unas 300 veces el salario m¨ªnimo, ninguna medida va dirigida a las rentas m¨¢s altas, beneficiarias con Zapatero de la supresi¨®n del Impuesto sobre el Patrimonio y de la rebaja del IRPF.
Eso irrita a los sindicatos casi tanto como la ruptura de la gran promesa de Zapatero: "Mientras yo sea presidente, las pol¨ªticas sociales no tendr¨¢n recortes", insist¨ªa hace s¨®lo tres meses. Zapatero los ha perdido como aliados a los sindicatos -algo con consecuencias imprevisibles- mientras recib¨ªa el apoyo matizado de los empresarios. Entre algunos de estos, hay preocupaci¨®n por si el Gobierno ser¨¢ capaz de recabar apoyo parlamentario a sus medidas. El mi¨¦rcoles, todos los grupos le dieron la espalda. En medios empresariales da p¨¢nico la sola idea de que el Congreso rechace convalidar el decreto-ley de un Gobierno, -no hay que olvidarlo- en minor¨ªa. Ante la perspectiva de una grave crisis pol¨ªtica y de credibilidad, esperan que haya grupos que faciliten la aprobaci¨®n.
Pero no va a ser f¨¢cil hallar votos para unas medidas que, en conjunto, no gustan a la ciudadan¨ªa. El 46% las desaprueba y el 34% las aprueba, seg¨²n la encuesta de Metroscopia, aunque al bajar al detalle hay grandes diferencias. El juicio tiene que ver en parte con el bolsillo de cada uno. Siempre ha sido as¨ª, pero m¨¢s si se trata de repartir la factura de la crisis. Eso se aprecia sobre todo en la supresi¨®n del cheque-beb¨¦. El rechazo m¨¢s amplio (65%) se registra entre los menores de 35 a?os, es decir, sus potenciales beneficiarios, mientras que entre los mayores de 35 a?os pasan a ser mayor¨ªa los que respaldan la eliminaci¨®n de dicha ayuda.
La medida que encuentra un rechazo m¨¢s general es la congelaci¨®n de las pensiones en 2011, la que afecta a un mayor n¨²mero de ciudadanos. El Gobierno ha decidido saltarse en este punto el Pacto de Toledo, el consenso b¨¢sico en materia de pensiones. ?Una excepci¨®n o un precedente?
En cambio, la otra decisi¨®n m¨¢s dr¨¢stica, la rebaja de un 5% de media de los sueldos de los funcionarios, recibe un respaldo mayoritario (58% a favor y 40% en contra). Eso responde probablemente a la percepci¨®n de que son los que menos han sufrido la crisis. No ha habido apenas despidos entre los empleados p¨²blicos y sus retribuciones subieron con fuerza en 2009 cuando la inflaci¨®n fue s¨®lo del 0,7%.
La medida, por otro lado, supone reconocer la evidencia aritm¨¦tica de que no era posible recortar significativamente el gasto en funcionarios manteniendo su poder adquisitivo. El Gobierno ha preferido enga?arse durante meses y negar esa evidencia. Cuando el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Oca?a, insinu¨® que el emperador estaba desnudo, todos le desautorizaron altivos, como en el cuento de Andersen.
Dentro de la rebaja de sueldos, la que recibe un apoyo m¨¢s amplio, casi un¨¢nime, es la de los miembros del Gobierno. La reducci¨®n del gasto en medicamentos tambi¨¦n es aplaudida. El respaldo es igualmente ampl¨ªsimo para la petici¨®n de que comunidades y ayuntamientos ahorren 1.200 millones, aunque es un enunciado con trampa. Mientras no se diga en qu¨¦ se ahorra, esto es, qui¨¦nes saldr¨¢n perjudicados, es l¨®gico que apenas haya oposici¨®n.
En cambio, junto a la congelaci¨®n de las pensiones, la mayor oposici¨®n es contra la modificaci¨®n del r¨¦gimen de jubilaci¨®n parcial y contra la supresi¨®n para los nuevos solicitantes de la retroactividad del pago de prestaciones por dependencia desde el d¨ªa de presentaci¨®n de la solicitud. Frente al inter¨¦s propio que se adivina en la posici¨®n de los encuestados sobre otras materias, en esta ¨²ltima se aprecia c¨®mo ha calado la idea de solidaridad con los dependientes. Y tambi¨¦n ha arraigado la solidaridad con los pa¨ªses m¨¢s pobres, pues pese a la dureza de la crisis es mayoritario el rechazo al recorte de 600 millones en la ayuda al desarrollo.
Acaso la mayor paradoja de la encuesta es que pese a que los ciudadanos desaprueban el paquete en su conjunto y lo consideran insuficiente, una amplia mayor¨ªa cree que el PP deber¨ªa apoyar las medidas. Eso s¨ª la diferencia de opini¨®n entre votantes del PSOE y del PP es mayor en esta pregunta que en ninguna otra.
La encuesta no aclara si los ciudadanos ven insuficientes las medidas porque hacen falta reformas en paralelo (laboral, pensiones, cajas de ahorros) o porque son necesarios m¨¢s recortes (supresi¨®n de ministerios, reducci¨®n de subvenciones, copago sanitario...). Pero menos a¨²n, a lo que no puede responder es a si el ajuste le bastar¨¢ a las autoridades europeas (que evaluar¨¢n el plan en junio) y a los mercados. Son preguntas en el aire. ?Qu¨¦ nuevas vueltas de tuerca har¨¢n falta? ?En qu¨¦ plazo? ?C¨®mo afectar¨¢ el ajuste a la recuperaci¨®n econ¨®mica? ?Cu¨¢ndo volveremos a ver la luz al final del t¨²nel?
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