Fin del recreo
Lo que se pretend¨ªa como una iniciativa ejemplar de participaci¨®n ciudadana en una ciudad abierta y multiculti se ha convertido en un fracaso pol¨ªtico. El alcalde de Barcelona ha necesitado un severo voto de castigo para entender los mensajes de descontento que reiteradamente le hab¨ªan lanzado los ciudadanos.
La consulta ha sido una permanente huida hacia delante de la que muchos son responsables por acci¨®n o dejaci¨®n y el resultado es transparente. La baja participaci¨®n, del 12%, y el 80% de votos a favor de la opci¨®n C expresan la gran distancia entre quienes han tomado las decisiones pol¨ªticas y los ciudadanos. A muchos no les ha interesado y otros se han movilizado para mostrar su incomodidad. ?Qu¨¦ significa el voto a la opci¨®n C?, se puede interpretar como un compendio de malhumores. La C ha sido un voto alternativo a la opci¨®n bulevar y a la opci¨®n rambla, pero tambi¨¦n el rechazo a un gasto escandaloso de 3,2 millones de euros en la consulta, un no al modelo de grandes obras en un contexto de grave crisis, un no a descartar el metro, un voto motivado por las dudas sobre las repercusiones de la reforma en el tr¨¢fico del Eixample, un no a la poca seriedad del sistema de votaci¨®n. Un no tambi¨¦n a c¨®mo se acab¨® convocando la consulta, resultado de la fr¨¢gil mayor¨ªa del gobierno municipal formado por el PSC e ICV y de la frivolidad de todos. La consulta fue idea de ERC, que la puso como condici¨®n para dar apoyo a los presupuestos de 2008, y cont¨® con el apoyo imprescindible de CiU para ser aprobada por las tres quintas partes del pleno. El jefe de la oposici¨®n, eso s¨ª, a?adi¨® la opci¨®n C, de castigo.
Es el momento de hacer pol¨ªtica, de arriesgar y marcar prioridades. Los ciudadanos lo han dicho muy claro
De natural levitando, ICV ha pasado de puntillas por la crisis municipal y el alcalde ha remodelado el gobierno destituyendo a su mano derecha y repartiendo el poder entre la vieja guardia, ediles con experiencia.
Los nombres fuertes son ahora Jordi William Carnes y Assumpta Escarp, que con la salida de Carles Mart¨ª tiene el polvor¨ªn de Ciutat Vella en sus manos.
Dicen los expertos que la seguridad de Catalu?a depende de Barcelona y m¨¢s concretamente de Ciutat Vella. Por motivos demogr¨¢ficos, geogr¨¢ficos y tambi¨¦n medi¨¢ticos, los problemas de seguridad en el c¨¦ntrico distrito barcelon¨¦s se convierten en temas pol¨ªticos de primera p¨¢gina y magnitud.
En Ciutat Vella, la regidora independiente Itziar Gonz¨¢lez se ha desga?itado, hasta tirar la toalla, intentando evitar el descenso del distrito por la pendiente del aumento de la delincuencia, la repercusi¨®n de la crisis econ¨®mica y la impunidad de la multirreincidencia. Tras a?os de degradaci¨®n, el equipo de Hereu no ha convertido su punto d¨¦bil en una prioridad ni ha sabido imponer a sus socios en la Generalitat y al Gobierno de Zapatero la necesidad de hacer suya la agenda pol¨ªtica de Barcelona. Los instrumentos legales contra los multirreincidentes fueron una ofrenda parlamentaria a CiU y las consecuencias del despliegue de los Mossos d'Esquadra todav¨ªa no se han subsanado a pesar de que los efectivos de la policia auton¨®mica han aumentado en 900 en la ¨²ltima legislatura.
La Guardia Urbana practica el 60% de las detenciones en Ciutat Vella y fuentes de los tres cuerpos de seguridad admiten excesiva movilidad interna de los agentes y dificultades para controlar la situaci¨®n.
Al equipo consistorial se le a?ade otro problema grave con el recorte del gasto que impondr¨¢ la severa reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico.
En Espa?a se han acabado las alegr¨ªas presupuestarias por una larga temporada. No es momento de inventos y es el momento de hacer pol¨ªtica, de arriesgar y marcar prioridades. Los ciudadanos lo han dicho muy claro en Barcelona, donde no est¨¢ claro que el PSC tenga todav¨ªa tiempo de maniobrar para evitar la p¨¦rdida de la capital. CiU ha mantenido a su candidato, que no es brillante pero ha construido una imagen perseverante. Tras 30 a?os de alcaldes socialistas, las consecuencias de la victoria de CiU en Barcelona ir¨ªan m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica local.
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