Noguchi reforma su casa
Visita al renovado museo que el polifac¨¦tico artista cre¨® en Nueva York
Ocurri¨® mucho antes de que el artista Matthew Barney instalara su estudio en Long Island City y su pareja, Bj?rk, anclara su barco en la ribera de Queens. En 1960 Isamu Noguchi (1904-1988) se traslad¨® a esta zona sembrada de hangares, garajes mec¨¢nicos y almacenes que dan la espalda a una de las vistas m¨¢s espectaculares de Manhattan. El escultor quer¨ªa estar cerca de sus proveedores de m¨¢rmol y piedra en Vernon Boulevard, y aunque m¨¢s adelante regresar¨ªa a Manhattan y abrir¨ªa otro estudio en Jap¨®n, fue aqu¨ª donde decidi¨® montar su museo. Veinticinco a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, sigue siendo uno de los lugares m¨¢s calmados de la ciudad. La exposici¨®n Noguchi ReINstalled celebra hasta octubre la renovaci¨®n del centro.
Frente a su estudio, el edificio de una antigua planta de impresi¨®n y el esquinazo que ocupaba una gasolinera sirvieron al artista para construir un delicado espacio en el que exterior e interior se solapan. Muros de cemento y techos de uralita dan paso a un interior de madera y paredes blancas que abre sus puertas al jard¨ªn de esculturas que Noguchi dise?¨® mezclando flora norteamericana y japonesa. M¨¢s all¨¢ de la forma, este artista aspiraba a controlar el espacio. Aqu¨ª se funden con naturalidad las piezas distribuidas en el jard¨ªn y el patio cubierto, esculturas que integran superficies crudas y pulidas con una extra?a armon¨ªa. No sorprende encontrar Spin Off #1, una piedra sin tallar tra¨ªda del r¨ªo Uji en Jap¨®n. Vista aqu¨ª parece que sali¨® del East River y Noguchi la esculpi¨®.
Dos pa¨ªses, Estados Unidos y Jap¨®n, marcaron la personalidad de este artista. Hijo de un poeta japon¨¦s y una joven progresista norteamericana, Noguchi naci¨® en Los ?ngeles y a los tres a?os se traslad¨® a Tokio con su madre. Vivi¨® en Jap¨®n hasta los 13, cuando fue enviado a Indiana (EE UU) para completar su formaci¨®n. En la Universidad de Columbia de Nueva York empez¨® la carrera de medicina y por las noches se apunt¨® a un taller de escultura. La piedra pudo m¨¢s que las lecciones de anatom¨ªa. Unos meses despu¨¦s celebr¨® su primera exposici¨®n. Fascinado por el trabajo de Brancusi, Noguchi viaj¨® a Par¨ªs y un encuentro casual en un caf¨¦ le llev¨® a trabajar en su estudio. Quer¨ªa aprender a destilar la forma.
El montaje de la muestra recrea la disposici¨®n que el propio Noguchi ide¨® para las m¨¢s de 300 piezas de su colecci¨®n. Hay esculturas que brotan del suelo; otras est¨¢n alineadas en repisas o plantadas sobre troncos de madera; un par de ellas cuelgan del techo... Las obras dan cuenta de la pluralidad de l¨ªneas y estilos que el artista explor¨® a lo largo de casi 60 a?os de carrera: desde los bustos y cabezas de corte realista que realiz¨® al comienzo, hasta las piezas de metal ensamblado que fueron mostradas en la exposici¨®n 14 Americans de 1946 en el Moma, pasando por los grandes c¨ªrculos bicolores en m¨¢rmol o el sorprendente relieve de tono social que tall¨® en el Mercado de Abelardo Rodr¨ªguez en M¨¦xico en 1936 (cuyas fotograf¨ªas se exponen).
Parque de Riverside
Pero Noguchi no se detuvo ah¨ª. Su trabajo rebas¨® la escultura y se volc¨® en el dise?o de espacios p¨²blicos, de escenograf¨ªas y muebles. "Puede decirse que estoy contra la escultura", declar¨®, "me interesa el espacio". Una maqueta de bronce muestra el dise?o del parque de Riverside Drive que hizo junto al arquitecto Louis Kahn y que nunca lleg¨® a realizarse. Junto a otro de los grandes, Neutra, trabaj¨® en el dise?o de la piscina para la casa de Josef von Sternberg. El considerable sobrepeso del temido productor hollywoodiense planteaba un reto espacial que el escultor resolvi¨® con ¨¦xito, tal y como explica una de las cartelas del museo.
El dise?o de la escenograf¨ªa del ballet Embattled garden de Martha Graham es una de las piezas m¨¢s singulares y llamativas de la colecci¨®n. Se trata de una tabla roja y verde alzada en uno de sus extremos, sembrada de palos con dos grandes huecos; un espacio on¨ªrico, un jard¨ªn de madera, que encaj¨® perfectamente en el trabajo de la revolucionaria core¨®grafa. La colaboraci¨®n entre Noguchi y Graham se prolong¨® durante tres d¨¦cadas. Otro gran amigo y ocasional colaborador del escultor fue el prol¨ªfico y exc¨¦ntrico inventor de la arquitectura Buckminster Fuller, que le anim¨® a dise?ar espectaculares fuentes de agua.
La peque?a tienda-caf¨¦ del museo es el espacio reservado a los dise?os dom¨¦sticos de Noguchi. Sus experimentos con la luz acabaron por conducirle hasta un peque?o taller de faroles de papel en Jap¨®n. El resultado de aquello son las emblem¨¢ticas l¨¢mparas Akari, cuya veintena larga de modelos est¨¢n a la venta. Tambi¨¦n lo est¨¢ un juego de caf¨¦, su mesa de centro, las butacas de mimbre y su cl¨¢sico sof¨¢, donde uno puede apoltronarse sin m¨¢s y disfrutar, como dijo el artista Jean Claude, del "espacio de energ¨ªa" que Noguchi cre¨® a su alrededor.
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