Las cajas (obligadas) se reinventan
El sector necesita capital privado, pero quiere evitar caer en manos de los bancos - La CECA presenta al Gobierno f¨®rmulas para crear bancos filiales
Un banquero de inversi¨®n espa?ol cuenta una an¨¦cdota cuando se habla de cajas de ahorros. Despu¨¦s de colocar una emisi¨®n de renta fija de una caja, el inversor internacional que hab¨ªa comprado una parte importante le pregunt¨®: "?A qui¨¦n tengo que llamar si hay problemas con estas c¨¦dulas hipotecarias? ?Qui¨¦n responde si la entidad quiebra?". El banquero se qued¨® dubitativo y admiti¨® que solo pod¨ªa responder que el equipo gestor ten¨ªa el m¨¢ximo reconocimiento en el mercado, que nunca hab¨ªa ocurrido nada malo en el sector, etc¨¦tera. Con esta excusa, el banquero sali¨® del paso porque la historia ocurri¨® hace a?os, cuando la liquidez era casi infinita y crec¨ªan hasta las plantas sin cultivar. Pero caminamos hacia la sequ¨ªa abrasadora y el dinero se ha esfumado.
Una v¨ªa en estudio es emitir cuotas participativas con derechos pol¨ªticos
En este ambiente, las cajas necesitan cambiar su estructura de propiedad, combinar su vocaci¨®n social de fundaciones con la apertura al capital privado: recapitalizarse, pero sin convertirse en bancos. Hasta ahora se han autofinanciado con sus beneficios, siempre crecientes como el ciclo econ¨®mico, pero estos ahora caen en picado mientras suben las necesidades de provisiones para atender la morosidad. Las cajas, la mitad del sector financiero espa?ol, tienen que protagonizar la mayor transformaci¨®n de su historia o, de lo contrario, se extinguir¨¢n como los dinosaurios. "Estos cambios jur¨ªdicos necesarios est¨¢n a la altura de la gran transformaci¨®n que hizo el ministro Enrique Fuentes Quintana en 1977, cuando les permiti¨® abrir cuentas corrientes (antes s¨®lo pod¨ªan hacer libretas), autoriz¨® que dieran cr¨¦ditos al consumo, a las empresas, iniciaron la expansi¨®n fuera de la provincia de origen y les quit¨® los coeficientes obligatorios. Tienen que dar una vuelta al calcet¨ªn o su futuro es incierto", vaticina Xavier Mena, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Ramon Llull y profesor de ESADE. Adem¨¢s, las cajas necesitan incrementar su tama?o porque los mercados rechazan invertir en entidades peque?as. Ambos problemas se han cruzado, tensando m¨¢s la situaci¨®n.
Si algo est¨¢ claro en esta crisis es que la forma jur¨ªdica de las cajas no ha influido en que tengan problemas de morosidad, ya que algunas tienen muy poco ladrillo y otras mucho. Sin embargo, a todas les condiciona su estructura para poder salir del atolladero: necesitan captar capital de calidad, es decir, privado, con el que reforzarse. No s¨®lo por los problemas de los impagados sino tambi¨¦n porque llega una nueva normativa internacional, Basilea III, que subir¨¢ los niveles a todas las entidades, bancos y cajas. Los bancos ya tienen esa posibilidad, aunque ahora a casi ninguno les prestan los mercados, pero a las cajas les est¨¢ vetado salir a pedir dinero. "La supervivencia de las cajas, e incluso la estabilidad del sistema financiero, dependen de la capacidad de incrementar sus recursos. Y la soluci¨®n ni puede esperar, ni tal vez sea pac¨ªfica" ha comentado Virgilio Zapatero, vicepresidente de Caja Madrid.
"Esta situaci¨®n la hemos advertido desde hace cinco a?os a todas las autoridades econ¨®micas. Pero al legislador no le ha importando el asunto del capital porque la situaci¨®n de las cajas era buena y no se vislumbraban los problemas. Tambi¨¦n pedimos la retirada de los pol¨ªticos, sin ¨¦xito. Ahora todo es diferente. Estamos en una emergencia por nuestra naturaleza jur¨ªdica. Se ha echado la culpa de los problemas a los gestores, pero no se nos ha ayudado", lamenta un ejecutivo del sector. La llegada de Isidro Fain¨¦, presidente de La Caixa, al m¨¢ximo puesto de la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorros (CECA), ha servido para mover los cimientos del sector. Con el apoyo de Rodrigo Rato, desde febrero en la c¨²pula de Caja Madrid, la semana pasada discuti¨® un informe en la comisi¨®n ejecutiva, que trasladar¨¢ al Gobierno y al PP, con dos caminos para captar capital privado. Se tratar¨ªa de una reforma de la Ley de Cajas, que se pretende introducir a trav¨¦s de una enmienda del Ejecutivo. Se pretende presentar diferentes propuestas para que cada caja escoja la que m¨¢s le convenga. Los modelos en los que se han inspirado son los que han triunfado en Noruega, Alemania y Austria, donde el capital privado tiene una participaci¨®n limitada.
La primera v¨ªa es que las entidades pueden emitir cuotas participativas (similares a las acciones) con el l¨ªmite del 50% de los recursos propios. De esta cantidad, el 40% tendr¨ªan derechos pol¨ªticos y el 10% no. Hasta la fecha s¨®lo se pueden emitir cuotas por el 5% de los recursos propios y sin derechos pol¨ªticos. La Caja del Mediterr¨¢neo es la ¨²nica que lo ha hecho sin que su emisi¨®n tenga relevancia ya que es escasa en volumen. Las cuotas est¨¢n controladas por grandes cajas sin que apenas var¨ªe su cotizaci¨®n.
Para Luis de Guindos, presidente del Centro PwC / Instituto de Empresa del Sector Financiero, la emisi¨®n de cuotas supone que se sienten en el Consejo los inversores, por lo que otros deber¨¢n abandonarlo. "Lo mejor ser¨ªa que los cargos pol¨ªticos electos, representantes de los impositores y miembros de la entidad fundadora redujeran su presencia", comenta. Pero este ejecutivo y otros consultados creen que no ser¨¢ f¨¢cil vender cuotas participativas a los inversores mayoristas porque no es un producto conocido ni habitual en los mercados.
Hay otra v¨ªa abierta: que las cajas creen un banco filial en el que vuelquen todo su negocio financiero (dep¨®sitos, cr¨¦ditos, seguros, gestoras de fondos de inversi¨®n y pensiones) y lo saquen a cotizar. Podr¨ªan vender hasta el 50% del capital de esta entidad a accionistas privados. El banco ofrecer¨ªa dividendos en funci¨®n de la marcha del negocio, lo que les obligar¨ªa a un comportamiento profesional y les alejar¨ªa de los abusos de los pol¨ªticos porque estar¨ªan sometidos al control del mercado. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco de Espa?a apoyan con fuerza esta f¨®rmula. Tambi¨¦n existe la posibilidad de que la caja cree una fundaci¨®n, que desarrollar¨ªa las actividades ben¨¦fico-sociales y ser¨ªa la propietaria del banco. Algunos presidentes de grandes entidades consideran que la fundaci¨®n puede ser engorrosa y poco pr¨¢ctica y apuestan por la filial bancaria directamente. Para otros, m¨¢s cercanos al modelo tradicional, la fundaci¨®n es un cortafuegos para que el capital privado no llegue al Consejo de la caja. De Guindos, que prepara un informe sobre la reforma de la regulaci¨®n de las cajas que se har¨¢ p¨²blico en semanas, cree que las acciones bancarias tienen m¨¢s recorrido, "ya que son un instrumento reconocido por los inversores". Para el Banco Pastor, la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza, que tiene m¨¢s del 40% del capital, ha sido un escudo hasta el momento infranqueable ante ataques hostiles. Con este modelo, las cajas se parecer¨ªan bastante al Pastor.
Para algunos, este camino encierra la bancarizaci¨®n de las cajas por la puerta trasera o la posibilidad que los bancos aprovechen la reforma para comprar a sus competidoras. Por eso se ha producido tanta resistencia a las fusiones fr¨ªas, basadas en Sistemas Institucionales de Protecci¨®n (SIP), que se crean alrededor de un banco. Banca C¨ªvica, el SIP m¨¢s desarrollado, formado por Caja Navarra, CajaCanarias y Caja Burgos, ha creado una filial bancaria. Ha establecido un sistema de mayor¨ªas cualificadas que requiere la participaci¨®n de todos los socios para tomar cualquier decisi¨®n que afecte a la estructura de propiedad. Los ejecutivos con ideas m¨¢s avanzadas creen que otra ventaja de los bancos filiales es que podr¨ªan facilitar las fusiones de los SIP. "Est¨¢ demostrado que es muy dif¨ªcil unir cajas directamente, pero quiz¨¢ a trav¨¦s de sus holding bancarios se podr¨¢ reestructurar con m¨¢s rapidez", explica un veterano del sector. Otra ventaja de que cotice el negocio de una caja, a?ade, es el control de sus ejecutivos. Una vez nombrados por los pol¨ªticos de turno, viven en un limbo de escaso control con unos consejos heterog¨¦neos y faltos de liderazgo, sencillos de controlar, y sin rendir cuentas a casi nadie. Quiz¨¢ si llega esta disciplina de mercado sea m¨¢s f¨¢cil contestar a los inversores que pregunten: "?Qui¨¦n responde si las acciones del banco filial de la caja va mal?".
Aval a una 'fusi¨®n fr¨ªa' de las vascas
El Gobierno vasco "ve con buenos ojos" que la BBK, Kutxa y la Vital, inicien un proceso de fusi¨®n fr¨ªa. Se trata de una alternativa a una fusi¨®n tradicional que vence los recelos del sector. Se basa en un Sistema Institucional de Protecci¨®n (SIP), lo q ue constituye una h¨¢bil soluci¨®n porque mantiene lo m¨¢s sensible (las oficinas de los lugares de origen con la marca, la obra social y los consejos), pero fusiona en un banco el coraz¨®n del negocio: el capital y los beneficios. Para ahorrar, se unifican los servicios centrales (la gesti¨®n comercial, el control de riesgo, la divisi¨®n financiera, la gesti¨®n de activos, tesorer¨ªa y sistemas).
El consejero de Econom¨ªa y Hacienda, Carlos Aguirre, consider¨® ayer que el "SIP puede ser un instrumento adecuado para el progreso de las cajas y de Euskadi", habida cuenta que el proceso de integraci¨®n dise?ado en 2005 por los entonces presidentes de la BBK, Xabier de Irala, de la Kutxa, Carlos Etxepare, y Gregorio Rojo de la Vital, se ha ido aplazando a?o tras a?o por problemas estrictamente pol¨ªticos.
Si la incapacidad de Rojo para desvincularse de la oposici¨®n del PP ha sido el principal freno de la fusi¨®n total, ahora se puede convertir en el impulsor de esta otra con menor carga pol¨ªtica. Rojo lanz¨® ayer la propuesta en una tribuna de prensa y al Gobierno vasco, al menos, le parece bien, informa Pedro Gorospe.
A medida que avanzaba la crisis -va camino de cumplir tres a?os- los ejecutivos asumieron que necesitar¨ªan fusiones para sobrevivir. Sin embargo, las resistencias propias y las de los pol¨ªticos de sus consejos frustraron las propuestas, algunas del Banco de Espa?a. Esta par¨¢lisis se rompi¨® con las fusiones fr¨ªas. El Banco de Espa?a, receloso al principio de los SIP, ha terminado por impulsarlos. De las 11 operaciones en marcha, cinco son SIP. Si cuajan, el sector pasar¨¢ de 45 cajas a 22.
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