Los problemas de la luz no se resuelven a oscuras
En las m¨²ltiples reacciones a las medidas de ajuste del d¨¦ficit p¨²blico por parte del Gobierno parece haber bastante coincidencia en que los costes de salida de la crisis deben acabar reparti¨¦ndose de forma m¨¢s amplia y equitativa, afectando a otros grupos con m¨¢s capacidad econ¨®mica. Tambi¨¦n se resalta la necesidad de mejorar simult¨¢neamente la competitividad de la econom¨ªa espa?ola para conseguir un crecimiento que reduzca el desempleo y acabe de eliminar el d¨¦ficit.
Entre esos grupos de mayor capacidad e incidencia sobre la econom¨ªa destaca el financiero, sobre el que por fin parece que se van a adoptar medidas de ¨¢mbito internacional para que, como principal imputado de haber desequilibrado las cuentas p¨²blicas, lleve a cabo como dice el FMI "una justa y sustancial contribuci¨®n".
Lo que toca a las el¨¦ctricas no es presionar al regulador, sino cooperar con ¨¦l para meter tijera y eliminar grasa
Los beneficios regulatorios extra que perciben al a?o equivalen casi al ajuste del d¨¦ficit del Gobierno en 2010
En Espa?a, adem¨¢s, hay otro sector con gran incidencia en la competitividad de la econom¨ªa que no parece sentirse interpelado para contribuir a la salida de la crisis; todo lo contrario, se mantiene entre los demandantes de m¨¢s compensaciones p¨²blicas. Me refiero al sector el¨¦ctrico, tambi¨¦n muy poderoso y en mejor situaci¨®n econ¨®mica que el financiero, por no estar sometido como ¨¦ste a la competencia y que tiene tambi¨¦n su misma capacidad de "capturar" a ex-reguladores, acad¨¦micos, consultores, medios de comunicaci¨®n, etc. Ese fen¨®meno sucede no s¨®lo en Espa?a o en la Comisi¨®n Europea, como nos acaba de recordar Obama al reprochar a las petroleras americanas su "¨ªntima" relaci¨®n con las agencias gubernamentales reguladoras.
Las empresas el¨¦ctricas espa?olas disponen de profesionales muy competentes y capaces de competir internacionalmente. Sin embargo, est¨¢n dirigidos con una visi¨®n financiera orientada a aumentar el valor que se tenga que pagar por ellas en previsibles OPAS de otros grupos nacionales y extranjeros, interesados en consolidar su propio negocio o trocearlas y revenderlas con sustanciosos beneficios. El problema es que todo esto se efect¨²a a costa de los consumidores espa?oles, entre ellos pymes e industrias.
Los ¨²ltimos ejercicios, como se ha escrito recientemente sobre las el¨¦ctricas en un diario econ¨®mico, est¨¢n suponiendo un manantial de ingresos como nunca se hab¨ªa dado en un sector regulado de suministros b¨¢sicos. Tras el escudo del d¨¦ficit tarifario, denuncia, se han construido otras defensas menores para justificar la imponente subida tarifaria. Las lluvias empujan y abaratan la producci¨®n y el Gobierno, agrega el art¨ªculo, "impulsa las tarifas".
Este planteamiento no puede mantenerse con la que est¨¢ cayendo. Lo que ahora toca al sector el¨¦ctrico no es lograr m¨¢s de los reguladores, sino cooperar con ellos para meter tijera y eliminar grasa de tantas compensaciones regulatorias como recibe, ayudando a reducir el d¨¦ficit p¨²blico y favoreciendo la competitividad de la econom¨ªa espa?ola con un sistema m¨¢s eficiente que reduzca los costes del suministro.
Recientemente han sido noticia algunos apagones el¨¦ctricos. En estos casos siempre aparece alg¨²n cl¨¢sico del sector que recuerda al regulador que, si no cuida bien a las empresas, ¨¦stas dejan de invertir y se produce con el apag¨®n una oscuridad, a la que hago referencia en el t¨ªtulo del art¨ªculo, en la que se les acaban resolviendo sus problemas.
Pero los tiempos han cambiado y ahora hay que evitar la oscuridad aprovechando la ventana de oportunidad que proporciona la crisis, al retrasar la necesidad de nueva potencia firme, para replantear de forma global el modelo regulatorio. Hay que tomar medidas urgentemente, pero no forzando, una vez m¨¢s, retoques parciales, sino llevar a cabo con la colaboraci¨®n del sector el¨¦ctrico, un an¨¢lisis e identificaci¨®n global de los problemas actuales de dise?o y funcionamiento del mercado el¨¦ctrico y del marco regulatorio; acordar el horizonte 2020-2030 al que queramos dirigirnos y formular propuestas coherentes que, atendiendo a criterios de eficiencia, equidad y seguridad jur¨ªdica, den soluci¨®n al conjunto de dichos problemas.
En esas propuestas habr¨¢ que reconsiderar la funci¨®n del mercado el¨¦ctrico que, adem¨¢s de marginalista, ha pasado tambi¨¦n a ser marginal en la medida que sus precios s¨®lo son marcados por una minor¨ªa de centrales de gas, mientras la mayor parte de las energ¨ªas se eligen por sus caracter¨ªsticas t¨¦cnicas (fluyentes o no regulables) o por condicionantes de pol¨ªtica energ¨¦tica. Por ello ese mercado no da se?ales, ni sobre las nuevas centrales a instalar (la burbuja de ciclos combinados de gas lo corrobora), ni sobre la adecuada remuneraci¨®n de las existentes, que tiene lugar por defecto (en las de gas que funcionan pocas horas) o por exceso (en hidr¨¢ulicas y nucleares, que ya recuperaron pr¨¢cticamente sus inversiones y tienen costes muy por debajo del precio de mercado).
En cambio, el coste marginal determinado por ese mercado s¨ª es un indicador adecuado de los precios para los consumidores ya que, al se?alar el coste de producir un KWh adicional, provoca un uso eficiente de la electricidad.
Que los consumidores paguen el precio de mercado no implica, sin embargo, que las el¨¦ctricas tengan que percibir la totalidad de ese precio, en una serie de supuestos en los que est¨¢n percibiendo beneficios regulatorios adicionales. Entre ellos: a) la energ¨ªa procedente de centrales hidr¨¢ulicas y nucleares, por las razones antes apuntadas; b) la energ¨ªa de exportaciones y bombeo, cuyo precio aumenta la remuneraci¨®n de toda la generaci¨®n para la demanda dom¨¦stica; c) la internalizaci¨®n de derechos de emisi¨®n de CO2, que aumenta adicionalmente la retribuci¨®n de hidr¨¢ulicas y nucleares; d) los beneficios adicionales de las centrales que resuelven restricciones t¨¦cnicas; e) el sobreprecio regulado de la energ¨ªa y m¨¢rgenes de los comercializadores de ¨²ltimo recurso, respecto a los distribuidores que lo efectuaban antes.
La cuant¨ªa de estos beneficios adicionales regulatorios puede alcanzar 5.000 millones de euros anuales (equivalente al coste de las medidas de ajuste del Gobierno en 2010), que incrementan de forma no justificable un "d¨¦ficit tarifario", del que deber¨ªa tambi¨¦n deducirse el exceso cobrado por las el¨¦ctricas de unas compensaciones -denominadas CTC- que, seg¨²n datos de la Comisi¨®n de Energ¨ªa, puede superar 2.000 millones de euros. Conviene precisar que el denominado "d¨¦ficit tarifario" (precios de mercado menos tarifas) no es un d¨¦ficit econ¨®mico (ya que las tarifas cubren los costes del suministro) sino un d¨¦ficit producido por la regulaci¨®n.
Al monto final del d¨¦ficit se llega con los dem¨¢s costes regulados: energ¨ªas renovables (5.900 millones de euros en 2010), distribuci¨®n (5.200 millones), transporte (1.400 millones) y otros varios.
Es loable el intento de reducir los costes del d¨¦ficit para abaratar el suministro, pero no ser¨ªa equitativo hacerlo sin previamente replantear los causados por los beneficios regulatorios adicionales citados. El ajuste de ¨¦stos ser¨ªa tambi¨¦n, en la terminolog¨ªa del FMI, "una justa y sustancial contribuci¨®n" de las el¨¦ctricas al d¨¦ficit.
Respecto a las renovables, que ¨²ltimamente han aparecido como los villanos del d¨¦ficit, tiene todo el sentido apoyar su desarrollo en Espa?a, por su papel predominante en el futuro y por las externalidades positivas que ya aportan, incluida la apreciable reducci¨®n del precio de mercado. El apoyo tiene, en cambio, que adaptar la incorporaci¨®n de cada tecnolog¨ªa a su propia curva de reducci¨®n de costes antes de su implantaci¨®n masiva. A ello puede contribuir la sustituci¨®n del sistema actual de autorizaciones, basado en el orden de llegada, por el de concursos-subasta para las diferentes tecnolog¨ªas, en el que las ofertas se seleccionan en funci¨®n de su precio e innovaci¨®n tecnol¨®gica. Con ese cambio de enfoque, las el¨¦ctricas no deber¨ªan considerar las renovables como su adversario sino participar m¨¢s en su desarrollo, como han comenzado a hacer en la e¨®lica, y dar el paso a la solar termoel¨¦ctrica, cuya tecnolog¨ªa les es m¨¢s pr¨®xima, que se utilizar¨¢ en los proyectos tipo Plan Solar Mediterr¨¢neo que nos afectar¨¢n en el futuro.
En los pr¨®ximos a?os va a ser necesario desplegar en Espa?a una pol¨ªtica energ¨¦tica tecnol¨®gicamente m¨¢s ambiciosa, que promueva proyectos innovadores, en los que la participaci¨®n de las empresas el¨¦ctricas es fundamental. Para ello ser¨¢ necesario dotar recursos adicionales que, en parte, pueden provenir de la extensi¨®n de vida ¨²til de las centrales hidroel¨¦ctricas y nucleares existentes, con una remuneraci¨®n que permita que se beneficien de la misma empresas, consumidores y contribuyentes.
Adem¨¢s, hay una serie de problemas inmediatos: titulizaci¨®n del d¨¦ficit, compensaciones a las centrales de gas, remuneraci¨®n de la distribuci¨®n..., que ser¨ªa conveniente resolver ya, y analizar con las empresas las medidas para conseguir la rentabilidad que les permita abordar las inversiones necesarias para contribuir a relanzar el conjunto de la econom¨ªa espa?ola. -
entre 1982 y 1986.
Mart¨ªn Gallego M¨¢laga fue secretario general de la Energ¨ªa
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