El (incierto) papel de la prensa
La industria period¨ªstica busca nuevos modelos de negocio ante la p¨¦rdida de lectores e ingresos - Los dispositivos electr¨®nicos marcan un nuevo desaf¨ªo
A lo largo de una d¨¦cada, los peri¨®dicos de la Uni¨®n Europea han perdido 12 millones de ejemplares. En 1998 circulaban 80,8 millones de copias, y 10 a?os m¨¢s tarde la difusi¨®n hab¨ªa bajado a 68,8 millones en la UE de los Quince. Adem¨¢s de ventas, los diarios han perdido ingresos. Una virulenta crisis publicitaria ha agravado la salud de una industria con 200 a?os a sus espaldas. Los ¨²ltimos dos han sido especialmente dram¨¢ticos, y Espa?a no ha sido ajena a la tragedia. En 2008, los beneficios despu¨¦s de impuestos de los diarios espa?oles alcanzaron los 11,9 millones de euros, un 95% menos que el a?o anterior (232,9 millones). Pese a todo, la prensa se lee m¨¢s que nunca. Aunque de otra manera. Las ediciones en Internet (mayoritariamente de acceso gratuito) han atra¨ªdo a millones de lectores, pero estos nuevos usuarios, instalados en la cultura de la gratuidad, apenas han tenido repercusi¨®n en los ingresos. Los grandes editores -capitaneados por el magnate Rupert Murdoch - negocian con los poderosos buscadores -con Google a la cabeza- la manera de rentabilizar sus contenidos en la Red. Paralelamente, exploran las posibilidades de los dispositivos electr¨®nicos inal¨¢mbricos (iPad, cibertabletas, lectores electr¨®nicos), y se preguntan si esta ser¨¢ su tabla de salvaci¨®n.
iPad, tabletas o lectores electr¨®nicos cambian la forma de empaquetar noticias
Para 'The Guardian', las redes sociales son "una forma de visibilidad"
"Los 'blogs' son herramientas ¨²tiles, pero no investigan", afirma un experto
Algunas cabeceras incorporan c¨®digos de barras para ver v¨ªdeos
El iPad de Apple puede ser una manzana envenenada para la prensa
Solo un 0,1% de los lectores hace doble clic en un anuncio digital
Aunque nadie tiene respuestas firmes, los expertos afirman que cada una esas plataformas exigir¨¢ diferentes estilos de redacci¨®n y formas de empaquetar los contenidos. En el quiosco electr¨®nico los periodistas deber¨¢n desarrollar al menos cinco formatos: alertas, art¨ªculos, podcast, videorreportajes y noticias en redes sociales. A pesar del auge de las redes sociales, los blogs, el llamado periodismo ciudadano y el aluvi¨®n de sitios que se autodeclaran "informativos", parece dif¨ªcil que vayan a desplazar a los diarios online. A no ser que se piense que el periodismo es una afici¨®n y no un oficio.
Todos coinciden en que, a la postre, por encima de los soportes estar¨¢ la marca. Es la cabecera la que avala el rigor, algo que en el ¨¢mbito digital parece haber pasado a segundo plano. La consultora Cases i Associats, que ha elaborado un estudio sobre las tendencias de los medios, lo expone gr¨¢ficamente: "De la misma manera que publicar un remedio casero para el resfriado no convierte al usuario en m¨¦dico ni al foro donde lo public¨® en un centro de atenci¨®n primaria, escribir sobre un evento en Internet no convierte a esa persona en reportero ni a la web utilizada en un medio period¨ªstico".
El periodista Francisco Amaral, coautor del estudio, recuerda que la prensa escrita es el principal proveedor de informaci¨®n. Ha alimentado a la radio y a la televisi¨®n y ahora hace lo propio con Internet. "Los blogs no investigan, y tampoco el periodismo ciudadano. Son herramientas ¨²tiles, sobre todo por su cercan¨ªa, pero no son periodismo".
Pese a todo, los peri¨®dicos de papel no pierden de vista el impacto de los blogs. Tienen, adem¨¢s, un ojo puesto en el fen¨®meno de las redes sociales. Para intentar ampliar su base de lectores, las cabeceras tradicionales han optado por perseguirlos all¨ª donde se encuentren. Por eso se han lanzado en brazos de las redes sociales. El brit¨¢nico The Guardian recurre a sus usuarios para orientar sus contenidos. "Nos piden que sigamos determinadas noticias o que investiguemos temas concretos. Hace dos a?os les preguntamos a qui¨¦n deber¨ªamos defender en las elecciones", cuenta la antrop¨®loga Meg Pickard, directora de desarrollo de medios sociales de The Guardian, que particip¨® en la reciente reuni¨®n en Madrid de WAN-IFA, organismo que agrupa a 18.000 publicaciones de todo el mundo.
Durante la reuni¨®n del G-20 en Londres, el rotativo dio un paso m¨¢s e impuls¨® el "periodismo en red". Los reporteros salieron a la calle para cubrir la manifestaci¨®n anticumbre pertrechados con su m¨®vil para relatar la protesta minuto a minuto a trav¨¦s de Twitter. "Fue un enorme movimiento digital", apunta Pickard, "y comprobamos que ten¨ªamos que estar donde estaba la gente". El diario tiene ahora dos millones de seguidores en Twitter y 300 periodistas est¨¢n presentes en esa comunidad virtual.
El potencial de las redes sociales es enorme, sobre todo si se tiene en cuenta que aglutinan m¨¢s de 300 millones de personas y que sus usuarios son ya m¨¢s que los del correo electr¨®nico. Pero Twitter no parece que sea el milagro que espera la prensa. "No reemplaza la forma de contar la noticia. Es una forma de visibilidad, de potenciar el boca a boca", subraya la directiva de The Guardian. Es un interesante bar¨®metro para saber qu¨¦ suscita el inter¨¦s del p¨²blico.
Aunque las cifras cambian d¨ªa a d¨ªa, se estima que una quinta parte del tiempo de navegaci¨®n de un internauta est¨¢ dedicado a una red social. Por eso "toca estar ah¨ª", dice Amaral. Como toca estar en los dispositivos m¨®viles y subirse al carro de la revoluci¨®n de los smartphones. Se calcula que el pr¨®ximo a?o la mitad de los m¨®viles que se vendan en EE UU permitir¨¢n navegar por Internet, de manera que la Red ser¨¢ accesible a 120 millones de usuarios desde el celular. El m¨®vil ser¨¢ el instrumento favorito para ver v¨ªdeos, mandar correos electr¨®nicos, chatear o acceder a redes sociales. ?Ser¨¢ tambi¨¦n un soporte id¨®neo para distribuir noticias? "Es dif¨ªcil pensar que el protagonismo del ordenador vaya a desaparecer de la noche a la ma?ana", pronostica Cases i Associats, porque "el h¨¢bito de consultar noticias en Internet est¨¢ muy ligado con el trabajo de oficina, lo que seguir¨¢ dando al ordenador un papel clave como soporte de los diarios digitales".
En pleno proceso de transformaci¨®n, los diarios buscan la manera de reinventarse. El presidente del WEF (foro mundial de editores) y director adjunto de EL PA?S, Xavier Vidal-Folch, sostiene que los detonantes de la crisis de la prensa son la explosi¨®n de la informaci¨®n hasta un nivel pr¨¢cticamente infinito, el cambio de la f¨¢brica de la informaci¨®n -desde un modelo de manufactura a otro de renovaci¨®n continua-, y la brecha entre el producto informativo y la publicidad. "En este marco, empresas y periodistas han de apostar por la cooperaci¨®n", dice Vidal-Foch.
A la vanguardia multimedia, el diario noruego Verdens Gang (VG, del grupo 20 Minutos) presume de ser una de las cabeceras m¨¢s rentables en la web. Convencido de que "la industria de los peri¨®dicos nunca ser¨¢ la misma", el director del ¨¢rea de m¨®viles de VG, Morten Holst, cuenta que el secreto ha sido "la experiencia de usuario". "Los peri¨®dicos llevan 200 a?os de experiencia con sus lectores. La gente sabe lo que compra y por qu¨¦ lo compra. Un peri¨®dico no es un contenido, es una experiencia de usuario. Y eso no se ha conseguido en la web". Holst considera que cada uno de los soportes exige "estrategias distintas" porque los h¨¢bitos de consumo son distintos y una de las razones para que el p¨²blico pague en Internet es "la experiencia de usuario". Adem¨¢s de operar en el papel, VG tiene potentes ramificaciones en Internet, el m¨®vil, la webTV o las redes sociales. Casi el 20% de sus beneficios proceden del ¨¢rea digital. "Nuestra m¨¢xima es aprovechar las ventajas que brindan cada una de las plataformas", exponen sus directivos.
Desde que en 1992 se envi¨® el primer mensaje de texto, el m¨®vil ha evolucionado de manera espectacular. Las modernas pantallas t¨¢ctiles y la capacidad para navegar a gran velocidad son vistas como una oportunidad ¨²nica para los medios, aunque Mark Challinor, director general de la consultora g8wave, es de los que piensan que los peri¨®dicos no est¨¢n apostando por el m¨®vil al ritmo que debieran. "Mucha gente est¨¢ optando por acudir a Internet a trav¨¦s del m¨®vil. Pero hay que educar a los consumidores en este nuevo entorno y ofrecerles contenidos m¨¢s sofisticados".
The Guardian lanz¨® una oferta para plataformas m¨®viles en las que cobra (unos tres euros) no por el contenido, sino por la funcionalidad. Se puede, por ejemplo, grabar noticias y leerlas en el metro o ver galer¨ªas fotogr¨¢ficas. El ocio acapara la mayor¨ªa de las aplicaciones de The Guardian App, un servicio que hasta ahora ha registrado m¨¢s de 700.000 descargas. En su primer a?o, sin publicidad, espera superar los dos millones de euros de ingresos. El impacto de estos artilugios es tal que ya se empieza a hablar de un nuevo perfil de usuarios: los movilnautas.
Actualmente, el 36% de los propietarios de tel¨¦fonos m¨®viles navegan por Internet y el 55% emplea mensajes SMS. Michael Read, director general para Europa de comScore, opina que el cambio no va a ser r¨¢pido. "Hay que pensar a medio plazo; 2011, 2012 y 2013 no ser¨¢n los a?os del m¨®vil". Read vaticina que el pago (o micropago) por contenidos en el m¨®vil solo se justificar¨¢ si son diferentes de los de la web.
Otros rotativos han ensayado experimentos, como los c¨®digos de barras, pictogramas impresos que permiten reconocer cr¨®nicas o anuncios. El franc¨¦s Le Parisien articul¨® el a?o pasado un sistema que permit¨ªa fotografiar un art¨ªculo y a partir de ah¨ª comentarlo o ver un v¨ªdeo. El alem¨¢n Rhein-Zeitung
ensay¨® hace tres meses la "realidad aumentada": mientras el lector pasa un c¨®digo de barras bajo la c¨¢mara de su ordenador, un objeto tridimensional o un v¨ªdeo aparec¨ªa en su pantalla. Este invento podr¨ªa servir para ilustrar determinadas noticias. Por ejemplo, una cr¨®nica deportiva podr¨ªa ir enriquecida con im¨¢genes de un penalti discutido en un partido de f¨²tbol. En marzo, el belga La Derni¨¨re Heure aument¨® su tirada de 85.000 a 115.000 ejemplares mediante la inclusi¨®n de gafas de 3D que permiten visualizar las fotograf¨ªas en ese formato. El experimento fue curioso, pero no pas¨® de ah¨ª. Demasiado caro. El tratamiento de las fotos y la calidad del papel requer¨ªan una enorme inversi¨®n.
M¨¢s confianza tienen los editores en las pizarras electr¨®nicas. Muchos proclaman que 2010 ser¨¢ el a?o de las tabletas y se preguntan c¨®mo cambiar¨¢ la industria de la prensa con los dispositivos m¨®viles y c¨®mo afectar¨¢ a la labor period¨ªstica. Los aparatos de lectura electr¨®nica (e-reading) se presentan como un desaf¨ªo, aunque est¨¢n envueltos en una inquietante incertidumbre. Nadie sabe para qu¨¦ utilizar¨¢n los usuarios el reci¨¦n llegado iPad y si desplazar¨¢ a otros soportes. Los expertos apuestan por una cohabitaci¨®n. No sustituir¨¢ al papel, de la misma manera que los tel¨¦fonos m¨®viles que hacen fotos no han provocado la muerte de las c¨¢maras digitales.
El avance tecnol¨®gico "es cada vez m¨¢s r¨¢pido y los nuevos soportes electr¨®nicos, como el iPad, representan nuevas oportunidades, sobre todo en el ¨¢mbito de la publicidad", afirma por correo electr¨®nico el director general de la Asociaci¨®n de Editores de Diarios Espa?oles (AEDE), Ignacio M. Benito, convencido de que las cibertabletas son "mucho m¨¢s vers¨¢tiles para los formatos publicitarios, con lo que ser¨¢n capaces de abrir nuevas f¨®rmulas y de generar nuevas v¨ªas complementarias de ingresos".
A diferencia de las versiones online, que sit¨²an todas las informaciones en el mismo plano, las tabletas ofrecen una ventaja sustancial: pueden jerarquizarlas. "De entrada, ofrecen algo similar al espacio ergon¨®mico de diarios y revistas. Pueden devolver la capacidad de editar la superficie, algo que los lectores aprecian", afirma Amaral. ?Hasta d¨®nde llegar¨¢ el hechizo de estos prometedores dispositivos? Algunos piensan que bloqueando las reglas comerciales y las herramientas tecnol¨®gicas, Apple ha convertido el iPad en una manzana envenenada para la prensa. "El quiosco condiciona un peaje del 30%, por eso tenemos que estar atentos al mundo Apple y a los acuerdos comerciales con los peri¨®dicos. Tengo la sensaci¨®n de que Apple necesita a los diarios", advierte.Tampoco Mark Challinor piensa que las tabletas sean una letal amenaza para la prensa. "El papel tendr¨¢ en el futuro m¨¢s valor. La prensa escrita es eterna. Persistir¨¢, aunque es verdad que todo est¨¢ cambiando", proclama.
Para los medios online, una cuesti¨®n no resuelta es c¨®mo generar ingresos (apenas captan el 3% la publicidad). Los anuncios en la Red son agresivos, molestos e intrusivos. Los usuarios huyen de ellos. Casi la mitad de los lectores afirma que ignora de manera sistem¨¢tica los banners y tan solo un 0,1% hace doble clic cuando el anuncio salta a su pantalla. Empresarios y agencias de publicidad han comprobado que la publicidad online es una aut¨¦ntica pesadilla, mientras que los anuncios en la prensa de papel son los que m¨¢s impacto tienen en los consumidores. Son especialmente valorados a la hora de adquirir un producto, mientras que los banners de las p¨¢ginas web suelen ser ignorados. Su fracaso reside en haber exportado al mundo digital un modelo publicitario propio del mundo impreso.
En Estados Unidos, un fiable term¨®metro de lo que pasa en Occidente, la prensa escrita perdi¨® el a?o pasado el 28% de los ingresos, pero este retroceso no fue aprovechado por la digital, que merm¨® tambi¨¦n un 17%. Con Rupert Murdoch a la cabeza, los peri¨®dicos impresos exploran ahora cobrar por sus contenidos. Harto de que los buscadores (Google, Yahoo!) se lleven el gran bocado del pastel publicitario, el magnate estadounidense de origen australiano ha decidido encriptar los contenidos de sus cabeceras. A partir de junio, The Times y The Sunday Times cobrar¨¢n por el acceso a los contenidos digitales.
En Espa?a, AEDE ha exigido que Google News asuma cambios radicales en su modelo de negocio y pague por usar contenidos de los diarios. El buscador se aprovecha del trabajo de los peri¨®dicos para agigantar su facturaci¨®n, mientras que las cabeceras no ven ni la sombra de los ingresos que genera la publicidad. Los motores de b¨²squedas y los agregadores de noticias "se reservan para s¨ª el grueso de los ingresos publicitarios, de manera que los editores creadores de estos contenidos solo acceden a unos ingresos marginales", asegura Benito.
Google parece estar en el epicentro del cambio. Se ha convertido en un embarazoso problema para los medios de papel, aunque hay quien piensa que la crisis de los diarios es externa a la prensa. "Es un cambio de paradigma de la sociedad, que vive otras necesidades informativas. Me preocupa pensar que pueda perder su papel como mediador", dice Amaral, consciente de que "si la prensa pierde su fuente de financiaci¨®n, no tendr¨¢ fuerza para mediar entre el poder y la sociedad".
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