El Gobierno desconf¨ªa de la apuesta "pacifista" de la izquierda 'abertzale'

La decisi¨®n de la izquierda abertzale de reclamar a ETA el cese de la violencia, que escenificar¨¢ durante este mes, suscita una profunda desconfianza en el Gobierno y en el l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy. Sospechan que lo que ¨²nico que pretenden los radicales es camuflarse con un discurso pacifista para poder concurrir en las elecciones municipales de mayo del 2011.

La izquierda abertzale realizar¨¢ en junio una serie de pronunciamientos, cada m¨¢s contundentes, en favor de las "v¨ªas pol¨ªticas y pac¨ªficas" y en rechazo de las violentas para lograr su objetivo soberanista. Los inicia hoy en un mitin del sindicato abertzale LAB en Pamplona.

Rajoy fue el que con m¨¢s claridad expres¨® su desconfianza hacia la izquierda abertzale al se?alar ayer, desde Almer¨ªa, que esta "siempre intenta hacer m¨¦ritos para que el Gobierno central le deje concurrir a las elecciones". Y a?adi¨®: "Se trata del en¨¦simo intento de Batasuna por presentarse, algo que no puede hacer hasta que ETA se disuelva".

El Ejecutivo mantiene que no le sirve un alto el fuego temporal

La vicepresidenta primera, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, evit¨® juzgar las intenciones de la formaci¨®n ilegalizada, pero s¨ª puso claras las condiciones para que pueda concurrir a los comicios de mayo. "No podr¨¢ presentarse nunca a las elecciones si no condena la violencia de forma clara y si no se separa definitivamente de ETA", afirm¨®.

Fern¨¢ndez de la Vega defendi¨® la tesis que el Ejecutivo sostiene desde que fracas¨® el ¨²ltimo intento de final dialogado del terrorismo: que ya no habr¨¢ otra oportunidad de negociaci¨®n previa a un alto el fuego. Y que la izquierda abertzale, si quiere ser legal y concurrir a las elecciones, tiene solo dos salidas: convencer a ETA de que abandone definitivamente las armas o romper con la banda terrorista.

Fern¨¢ndez de la Vega y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, ministro del Interior, vienen insistiendo en ese discurso para despejar el terreno de ambig¨¹edades. Est¨¢n enviando a los miembros de la formaci¨®n ilegalizada el mensaje de que ya no les sirve una tregua temporal de ETA para que Batasuna vuelva a ser legal y pueda presentarse a una cita electoral, y para que pueda abrirse una negociaci¨®n con la banda, como en el pasado.

Este discurso del Gobierno viene a cuento porque pretende aclarar los mensajes de los dirigentes de la izquierda abertzale. Siendo cierto, como parece, que est¨¢ por el fin de la violencia y que mantiene un pulso con ETA por la vanguardia del independentismo vasco, lo que no est¨¢ tan claro es cu¨¢l ser¨¢ la f¨®rmula del cese de la violencia de ETA que reclame. En concreto, se ignora si lo que exige es un alto el fuego temporal o definitivo.

El Ejecutivo se pone la venda antes que la herida y aclara que no basta otra tregua de ETA para darse por aludido, que solo ser¨¢ cre¨ªble un cese definitivo de la violencia para que el Gobierno pueda comprometerse en un final que contemple el futuro de los presos de la banda.

Los expertos del Ejecutivo sobre ETA creen que una amplia mayor¨ªa de sus dirigentes quiere acabar con la violencia, pero dudan que est¨¦ dispuesta a pagar el coste de una ruptura con la banda terrorista. En este sentido, no ven f¨¢cil que ETA asuma el paso hist¨®rico que supondr¨ªa que la izquierda abertzale pase a liderar el independentismo.

Es verdad que en Irlanda del Norte la paz triunf¨® cuando los pol¨ªticos del Sinn Fein mandaron sobre los militares en el proceso de paz. Pero esa tradici¨®n no existe en ETA, que nunca ha tolerado que los pol¨ªticos manden sobre los militares. Esos debates siempre se han zanjado con la expulsi¨®n de los pol¨ªticos. Pero ahora puede ser distinto. La novedad es que la direcci¨®n de la rama pol¨ªtica, respaldada por una amplia mayor¨ªa de sus bases, est¨¢ dispuesta por vez primera a mantener su liderazgo hasta las ¨²ltimas consecuencias con una ETA, adem¨¢s, muy debilitada.